miércoles, 29 de febrero de 2012

Militantes

Hay militantes de todo, o de casi todo. Gente que te quiere convencer de que votes a uno u otro candidato. Gente que te quiere convertir a una religión. Gente que te quiere convencer de que el yoga es la gran filosofía de vida. Gente que te quiere convencer de que fumar marihuana te abre la cabeza y te hace mejor persona, que estudies una carrera en vez de otra, que veas determinadas películas, leas ciertos libros, escuches tal radio. También, parece, están los militantes del vegetarianismo, que dejan sus inscripciones en la ciudad.


"Comer carne es comer muerte.
No seas cómplice del asesinato."
Pasillo de acceso al subte en Retiro.

martes, 28 de febrero de 2012

Lecturas de verano

Termina el verano en que terminé Guerra y Paz. También leí The Sense of an Ending, de Julian Barnes, y Guns, de Ed McBain, todo esto intercalado por The Collected Stories de Lorrie Moore. Debo decir que, por primera vez, Barnes me desilusionó, quizás porque siempre espero mucho de él. McBain me dio exactamente lo que quería: una lectura divertidísima que duró menos de un día; extrañaba leer un policial, en este caso un relato de crimen. Pero Lorrie Moore... que genia. Miren estas dos citas (traducción mía a la volada abajo de cada una):

“Marriage, she felt, was a fine arrangement generally, except than one never got it generally. One got it very, very specifically. (...) With its sweet, urgent beginnings, and grateful, hand-holding end, marriage was always its worst in the middle: it was always a muddle, a ruin, an unnavigable field.” “Real Estate”, de Birds of America (1998).

“Ella sentía que el matrimonio era generalmente un buen arreglo, excepto que una nunca lo tenía generalmente. Una lo tenía muy, muy específicamente. (...) Con sus dulces y urgentes comienzos, y un agradecido final tomados de las manos, el matrimonio siempre era peor en el medio: era siempre un lío, una ruina, un campo innavegable.” “Real Estate”, de Birds of America (1998).

“I was living in that awful stage of life from the age of twenty-six to thirty-seven known as stupidity. It’s when you don’t know anything, not even as much as you did when you were younger, and you don’t even have a philosophy about all the things you don’t know, the way you did when you were twenty or would again when you were thirty-eight.” “Strings to Short to Use”, de Anagrams (1986).

“Yo estaba viviendo en esa horrenda etapa de la vida entre los veintiséis y los treintaisiete conocida como estupidez. Es cuando no sabés nada, ni siquiera lo que sabías cuando eras más joven, y ni siquiera tenés una filosofía acerca de todas las cosas que no sabés, como tenías cuando tenías veinte y tendrás de nuevo cuando tengas treintaiocho.” “Strings to Short to Use”, de Anagrams (1986).



jueves, 23 de febrero de 2012

Cómplices

The Economist es una de las publicaciones que más respeto en el mundo. Leemos allí una nota terrible en la que explican por qué no publicarán más datos del Indec.

Dice The Economist (traducción propia, originales abajo): (1) En el mundo, en general, “a grandes rasgos los estadísticos gubernamentales llegan a sus cifras en buena fe. (...) Hay una única y notable excepción. Desde 2007 el gobierno de Argentina ha publicado cifras de inflación en las que casi nadie cree.” (2) Además, critica la persecución del gobierno a las consultoras (a lo que me referí en su momento acá): “En un extraordinario abuso de poder por un gobierno democrático, economistas independientes han sido forzados a dejar de publicar sus propias estimaciones de inflación a través de multas y amenazas de procesamiento.” (3) Como consecuencia, deciden dejar de publicar estos datos: "Desde esta semana, hemos decidido dejar de usar por completo las cifras del INDEC. Estamos cansados de ser sin quererlo cómplices de lo que parece ser un intento deliberado de engañar a votantes y estafar a inversores."

Cansados de ser cómplices.

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“on the whole government statisticians arrive at their figures in good faith. (...) There is one glaring exception. Since 2007 Argentina’s government has published inflation figures that almost nobody believes.”

“In an extraordinary abuse of power by a democratic government, independent economists have been forced to stop publishing their own estimates of inflation by fines and threats of prosecution.”

"From this week, we have decided to drop INDEC’s figures entirely. We are tired of being an unwilling party to what appears to be a deliberate attempt to deceive voters and swindle investors."