miércoles, 28 de diciembre de 2011

Muerte al cáncer

En la facultad, una amiga muy gorila me contó una vez que cuando se le diagnosticó cáncer a Eva Perón aparecieron grafittis en Buenos Aires con la leyenda “Viva el cáncer”. Como yo también era muy gorila (y muy chico), recuerdo que me causó un poco de gracia. Qué ocurrentes los muchachos, pensaba.

Ahora soy bastante menos chico y bastante menos gorila y lo primero que pienso es que esa señora es una señora, con mamá, con hijos, con amigos supongo, aunque su actividad no es muy buena para eso. Entonces, mi sincero deseo como ser humano es que la operación sea exitosa, que la recuperación sea buena y que venza a la enfermedad.

Como politólogo (pongamos por un segundo que eso es lo que soy) me veo inclinado también a la reflexión, sobre todo cuando veo a muchos estúpidos quizás no diciendo pero sí pensando “Viva el cáncer”. Y la reflexión es que no está bueno que tus adversarios te deseen la muerte; y que lo hagan o no depende no sólo de ellos sino también, al menos en parte, en lo que vos hagas. Estas últimas semanas fueron, en este sentido, particularmente negativas: las leyes sobre Papel Prensa, Antiterrorista y hasta la Ley de Tierras son iniciativas que nos preocupan a muchos. Entonces, mi segundo deseo, como ciudadano, es que también venza esa tendencia política a gobernar como si sus adversarios fueran enemigos, sin respetar a las instituciones, como ejemplo paradigmático de la democracia delegativa.

En pocas palabras: que muera el cáncer y que viva la república.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Se acabó el año

Se acabó el año. Al menos, se acabó en la jurisdicción que me compete, la de 7:50 a Retiro. Ha sido, estimados lectores, un año muy interesante para mí en este Laboratorio de ideas así que, ante todo: gracias. Gracias por acompañarme porque el gran temor, obviamente, era escribir y que del otro lado no hubiera nadie leyendo. Fue divertido tratar de encontrar por lo menos un tema interesante por día hábil (y fueron, con este, 242 posts desde el 3 de febrero).

A partir de hoy y hasta el 1° de marzo entramos en horario de verano. Si en el “Post inaugural” decía, básicamente, que iba a escribir de lo que se me cantara, ahora les digo que hasta marzo voy a escribir básicamente cuando se me cante hacerlo. El verano lo voy a dedicar ahora sí a otro proyecto (como decía acá). Saludos a todos los lectores: espero que tengan un gran verano y comienzo de año.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Entrañas de la ciudad

A la altura de Avenida Belgrano, un tunel cruza por debajo de la Avenida 9 de Julio. Pasé hace poco y me pareció una imagen extraña, mezcla de "Hombre mirando al sudeste" y de bunker comunista, pero bien porteño. No sé si la foto captura todo eso que me pasó cuando crucé.


miércoles, 14 de diciembre de 2011

Foto post

Seguimos con obviedades porteñas. Hace unos días fue Retiro con palabras, hoy La Giralda con fotos. En la pared del fondo, el cartel de neón dice "Chocolate con Churros. Submarino Sandwiches Toddy." Abajo, el mozo corto de genio habla por celular. A la izquierda la barra y las botellas y, más atrás, las botellitas de escocés donde se refleja la leyenda de neón.





martes, 13 de diciembre de 2011

Mucho más que una mujer excepcional

Cuando me preparaba para hacer una tesis de Maestría biográfica, mi tutor y  maestro Ezequiel Gallo me explicó que lo más difícil de la biografía era el difícil equilibrio entre el personaje y el tema. De un lado, una biografía debe ser siempre sobre un personaje excepcional, de lo contrario no se entendería por qué nos centramos en ese personaje. Por otro lado, si sólo describimos ese personaje, y no un país, una época, un tema, la relevancia de la biografía es menor.

Acabo de leer un libro que logra un gran equilibrio al respecto: se trata de Margarita Barrientos. Una crónica sobre la pobreza, el poder y la solidaridad de mi amiga Luciana Mantero (sí, este ha sido un gran año en términos de amigos  escritores).

El libro, ya leído pero no dedicado, en mi escritorio.


El personaje, Margarita Barrientos, es sin duda excepcional en su capacidad de salir de la pobreza absoluta, desde un paraje rural cerca de Añatuya (Santiago del Estero) hasta el programa de Mirta Legrand. La historia es excepcional además porque se trata de una historia de movilidad social ascendente a partir de la solidaridad. ¿Cómo lo logró? A partir de la voluntad, del manejo de los medios y del poder y de una fuerza transparente y muy auténtica. 

El libro es mucho más que una biografía, sin embargo; es, como dice el subtítulo, una crónica sobre la pobreza. Los lectores podemos entrar a través del libro a un mundo muy cercano pero muy distinto: el mundo de la villa, el cirujeo, el paco, la ocupación de tierras. Un mundo en el que las historias se construyen de otra manera. Por eso es muy acertada la decisión de ordenar los capítulos por temas: algunos más biográficos y otros sobre cuestiones específicas (el manejo de los medios, la política, la obra, la villa, la droga). 

Finalmente, el libro es también, de alguna manera, el relato del encuentro entre distintos: sobre cómo Luciana se internó en ese mundo sin dejar de ser parte del suyo, sobre cómo fue recibida y cómo debió ajustar su oído para leer lo que escuchaba. En conclusión, un libro muy interesante porque es sobre una mujer excepcional y porque, al mismo tiempo, echa luz sobre la gran cuestión argentina: la persistencia de la pobreza extrema en un país de grandes riquezas naturales y sociales.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Sintonía fina

Recuerdo que José Nun, antes de ser Secretario de Cultura, tuvo un interesante hallazgo sobre un deslizamiento importante en una traducción. Lo que en Argentina se conocía como “derrame” económico (el concepto de que si las empresas ganan el dinero, las ganancias, derraman hacia todos) en verdad, en inglés, era “goteo” (trickle down). De goteo a derrame, decía Nun, hay una distancia.

La presidente trae ahora un concepto, el de sintonía fina, que ella resignifica. En los años noventa por sintonía fina se entendía cambios menores respecto de un rumbo señalado. Se decía, por entonces, que ya se habían hecho las grandes transformaciones estructurales desde el gobierno, y que la política económica entonces pasaba por cambios menores, por una sintonía fina a partir de un rumbo señalado. La resignificación actual es que “sintonía fina” parece referirse a que el gobierno pueda no sólo tocar el control remoto grande, de la economía, sino también los controles más chiquitos de cada sector y de cada empresa.

Esta resignificación ya había sido avanzada en “El discurso en la UIA”. Yo decía allí que “sintonía fina no parece ser ajustar detalles sino entrar en el detalle, individual, de cada sector: 'vamos a tener que comenzar a precisar y a estudiar a cada uno de los sectores' 'en lo que son los grandes temas, inversión, cuestiones salariales, inflación, subsidios'.” Y concluía que “No se trata de crear marcos y leyes sino de decidir en cada caso y con sintonía fina: cuando hablemos, dijo, 'quiero que me hablen con números (…) los de las utilidades, lo que hemos invertido, lo que tenemos que hacer, de la competitividad'.”

Fuente: www.casarosada.gov.ar

En el acto de asunción del mando el 10 de diciembre (el discurso completo acá) la presidente insistió en esta línea: “quiero decirles esto de la sintonía fina, como se lo dije a los industriales, a los empresarios, la necesidad de que no puede haber reglas generales para todas las empresas ni para todos los empresarios. Que vamos a ir empresa por empresa, actividad por actividad.” Y para eso, qué mejor que una gran secretaría de comercio interior y exterior, a cargo del rey de la sintonía fina, Guillermo Moreno, el de los finos modales. Muchos interpretaron que por “sintonía fina” la presidente anunciaba los cambios que había que hacer ante las nuevas circunstancias; como con el goteo y el derrame, acá hay un cambio de significado: sintonía fina es “ir empresa por empresa, actividad por actividad.”

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Otra vez sopa

Desde que quedó claro que la presidente sería reelecta, la pregunta política más importante era si se venía la radicalización populista o una racionalización del “modelo”. Un indicador del camino, se decía, era el nuevo gabinete. En el discurso de la UIA, según mi análisis, lo que dijo la presidente es que seguiría más o menos igual: con los cambios que pidiera la situación para mantener “el modelo”, pero sin profundización. Y la “sintonía fina”, como dije allí, implica que las herramientas (meterse dentro de la micro de las empresas, presionar vía Moreno antes que ordenar a través de marcos legales, etc.) no van a variar.

Ayer, en una “conferencia de prensa” que no lo fue, el vocero presidencial anunció el nuevo gabinete. Salvo los tres cambios obligados, todos los ministros mantienen su lugar, así como la presidente del Banco Central y el Director Ejecutivo de la ANSES. De los cambios, los tres venían ya trabajando en las mismas reparticiones: Juan Manuel Abal Medina era Secretario de Comunicación Pública y sube un escalón hasta la Jefatura de Gabinete; Hernán Lorenzino era Secretario de Finanzas y hace lo mismo en Economía; y Norberto Yauhar salta dos escalones desde la Subsecretaría de Pesca hasta el Ministerio de Agricultura.

Así, el anuncio del nuevo gabinete confirma que la intención de la presidente Cristina Fernández es continuar de la misma manera: con la misma gente, con la misma orientación y con las mismas herramientas. Otra vez sopa, diría Mafalda. Veremos si las mismas recetas sirven para los próximos cuatro años.


El próximo ministro de Economía, Hernán Lorenzino. Imaginamos que no lo eligieron por la pilcha. 
Foto: NA via Infobae (http://www.infobae.com/notas/620800-Perfil-del-ministro-de-Economia-Hernan-Lorenzino.html).

martes, 6 de diciembre de 2011

No seas gil

Sí, a vos te digo: no seas gil y comprate el libro doble Camino de Cintura / El ragbier poeta de  mis amigos María Bernardello y Tomás de Vedia que se presentó el sábado. Por escasos cincuenta pesitos tenés no uno, sino dos libros, óperas primas de dos muchachitos que van a dar que hablar. Dos estilos distintos, dos géneros distintos pero un mismo libro y un mismo deseo: contarte cómo la viven que es contarte cómo la vivimos.

El libro, firmado por los dos, en mi escritorio.

El ragbier poeta es la primera novela de Tomi de Vedia, quien jugó al rugby en el SIC, en Inglaterra y en los Pumas. Wing tres cuartos rápido y fuerte, la novela hace lo mismo: va para adelante sin consideraciones ni miramientos, con humor y con alegría. Como dice Washington Cucurto en la solapa, “con soltura, ganas de coger, mucho humor”.

Camino de Cintura es la primera colección de cuentos de María Bernardello, “La Carver de Adrogué”, como la bautizó Santiago Llach. Son “cuentos extraños, hermosos”, dice Fabián Casas. En un registro totalmente distinto al de Tomás, María va al meollo de relaciones humanas siempre complejas y nunca totalmente transparentes. Dice Llach en la solapa: “muestran en acción la trama de las relaciones, de lo que se pudre y lo que se rehabilita cuando se forma una familia”.

Dos libros interesantes de autores emergentes, por el precio de uno. No seas gil: compralo y leelo que la vas a pasar bien. Son sólo cincuenta pé y me dicen que se consigue en estas librerías. Y si todavía no te convencí, fijate lo que dijo Fran Erian sobre Camino de Cintura.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Cobos y la jura

En una república, se supone que manda la ley. En una "Democracia delegativa" manda el presidente-salvador de la patria. El título de Tiempo Argentino sobre el papel de Cobos en la asunción de Cristina Fernández marca la confusión reinante, porque aún cuando quieren mostrar que la presidente cumple con la obligación legal la ponen dando instrucciones: "dio la instrucción" de que se cumpla con la Constitución. Insólito.


La obligación constitucional surge del artículo 93: "Al tomar posesión de su cargo el presidente y vicepresidente prestarán juramento, en manos del presidente del Senado y ante el Congreso reunido en Asamblea, respetando sus creencias religiosas, de "desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de Presidente (o vicepresidente) de la Nación y observar y hacer observar fielmente la Constitución de la Nación Argentina"."

Declaración de los historiadores

La semana pasada di mi opinión sobre el Instituto de Nacional del Revisionismo Histórico en "Enemigos". De tónica similar es la declaración de más de 200 historiadores e intelectuales de otras especialidades y de diversas inclinaciones políticas que copio abajo y a la que adhiero plenamente.

Sobre la creación del Instituto Dorrego

El Poder Ejecutivo Nacional acaba de crear por decreto el Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego.  Según se expresa en los considerandos de la medida, su finalidad “será estudiar, investigar y difundir la vida y la obra de personalidades y circunstancias destacadas de nuestra historia que no han recibido el reconocimiento adecuado en un ámbito institucional de carácter académico, acorde con las rigurosas exigencias del saber científico”. Entre esas figuras, se incluye a Dorrego, San Martín, Güemes, Artigas, Rosas, Yrigoyen, Juan Perón y Eva Perón, además de algunos personajes de otros países de América Latina.

Se agrega que el Instituto se abocará a “la reivindicación de todas y todos aquellos que… defendieron el ideario  nacional y popular ante el embate liberal y extranjerizante de quienes han sido… sus adversarios…”. Y, según el artículo 1º, se revisará “el lugar y el sentido que les fuera adjudicado por la historia oficial, escrita por los vencedores de las guerras civiles del siglo XIX”. Ante esta medida y los motivos que la fundan, los abajo firmantes expresamos nuestra profunda preocupación en torno a los siguientes puntos:

1. El primer considerando pone al desnudo un absoluto desconocimiento y una desvalorización prejuiciosa de la amplia producción historiográfica  que se realiza en el marco de las instituciones científicas del país –universidades públicas y privadas, organismos dependientes de CONICET, entre otras-donde trabajan cientos de investigadores en historia, siguiendo las pautas que impone esa disciplina científica pero a la vez respondiendo a perspectivas teóricas y metodológicas diversas. En los últimos treinta años la historiografía argentina ha producido abundante conocimiento sobre diferentes períodos, procesos y figuras, incluyendo todas las que menciona el decreto como “relegadas”.

2. Con todo el peso del Estado, el Instituto se crea para promover un discurso oficial sobre el pasado. Se rescata aquí una corriente específica, el revisionismo, que a mediados del siglo XX ofreció interpretaciones novedosas sobre la historia argentina, pero que, al igual que la corriente “liberal”, no responde a los criterios actuales que orientan la disciplina. Esta ha desarrollado instrumentos de análisis complejos que resisten el reduccionismo propio de esas corrientes cuyo objetivo central era la construcción de héroes y villanos. Ese enfoque maniqueo, que el Instituto adopta, no admite la duda y la interrogación, que constituyen las bases para construir, sí,  “saber científico”.

3. A través de esta medida, el gobierno nacional revela su voluntad por imponer una forma de hacer historia que responda a una sola perspectiva. Se desconoce así no solamente cómo funciona esta disciplina científica, sino también un principio crucial para una sociedad democrática: la vigencia de una pluralidad de interpretaciones sobre su pasado.

El Poder Ejecutivo de turno tiene el derecho de presentar su propia visión del pasado del país,  pero crear una institución estatal cuyo objeto es imponer una forma perimida de hacer historia y una visión maniquea de ese pasado constituye un hecho grave que, sin duda, conspira contra el desarrollo científico y  la circulación de diversas perspectivas historiográficas, a la vez que avanza hacia la imposición del pensamiento único, una verdadera historia oficial.

Mirta Zaida Lobato, Hilda Sabato, Juan Suriano

ADHESIONES (al 29/11/2011)
Acosta, María Martina - Aguiar, Liliana - Alessio, Aldo - Aliata, Fernando - Alonso, Fabiana - Alonso, Luciano - Álvarez, Adriana - Altamirano, Carlos - Argeri, María E. - Armus, Diego - Bacolla, Natacha - Badoza, Silvia - Baldasarre, María Isabel - Ballent, Anahí - Banzato, Guillermo - Barry, Viviana - Bartolucci, Mónica - Bavasso, Ceferino - Belini, Claudio - Bertoni, Lilia Ana - Bianco, Diana - Bjerg, María - Bleta, Atilio - Bolcatto, Viviana - Boixados, Cristina - Bonaudo, Marta - Botana, Natalio - Boumera, Araceli - Bovi, María Teresa - Bragoni, Beatriz - Brandolini, Carolina - Buchbinder, Pablo - Burucúa, José Emilio - Calderón Diz, María Eugenia - Candiotti, Magdalena - Carnovale, Vera - Carrizo, Bernardo - Castello, Ana María - Caula, Elsa - Cavarozzi, Marcelo - Cicerchia, Ricardo - Closa Gabriela - Conti, Viviana - Da Orden, Liliana - Denkberg, Ariel - De Privitellio, Luciano - De Titto, Ricardo - Dicroce, Carlos Alberto - Di Liscia, María Herminia - Di Stéfano, Roberto - Djenderedjian, Julio - Eujanian, Alejandro - Fernández, Alejandro - Finocchio, Silvia - Flier, Patricia - Fraschina, Alicia - Frid, Carina - Gallo, Klaus - Gayol, Sandra - Geli, Patricio - Ghirardi, Mónica - Gianella, Alicia - Giménez, Juan Cruz - Giunta Andrea - González Leandri, Ricardo - Gluck, Mario - Gorelik, Adrián - Gotta, Claudia - Gramuglio, María Teresa - Halperín Donghi, Tulio - Heredia, Edmundo - Hora, Roy - Ibarlucía, Ricardo - Iglesias, Héctor Eduardo - Jáuregui, Aníbal - Justiniano, María Fernanda - Kindgard, Adriana - Liernur, Jorge - Lanciotti, Norma - Lázzaro, Silvia - Leoni, María Silvia - Levinson, Andrés - Lida, Miranda - Lionetti, Lucía - Luchilo, Lucas - Lvovich, Daniel - Macías, Flavia - Macor, Darío - Macchioli, Florencia - Madariaga, Marta - Maina, Marcelino - Malamud, Carlos - Malosetti, Laura - Martín, María Pía - Mata, Sara - Matallana, Andrea - Mazzei, Daniel - Megías, Alicia - Míguez, Eduardo - Milletich, Vilma - Mónaco, César - Motura, Nicolás Daniel - Mujica, María Luisa - Munilla, Lía - Myers, Jorge - Navajas, María José - Nicola, Mariné - Nieto Daniel - Novaro, Marcos - Nudelman, Ricardo - Palermo, Vicente - Pastoriza, Elisa - Pavesa, Pablo - Paz, Gustavo - Pedrosa, Fernando - Peirotti, Leonor - Persello, Ana Virginia - Pianetto, Ofelia - Piazzesi, Susana - Pini,Valeria - Piñeiro, Elena - Plante, Isabel - Plotkin, Mariano - Podgorny, Irina - Pons, Horacio - Príamo, Luis - Prieto, Agustina - Quijano, Heraldo Marcial - Quiroga, Hugo - Ras, Marcia - Requena, Pablo - Reynoso, Daniel - Richard-Jorba, Rodolfo - Rocchi, Fernando - Rodríguez, Rodolfo - Rojkind, Inés - Roldán, Darío - Romano, Silvia - Romero, Luis Alberto - Rubinzal, Mariela - Ruibal, Beatriz -  Salvatore, Ricardo - Sarlo, Beatriz - Sedrán, Paula - Scarfi, Juan Pablo - Schettini, Cristiana - Silvestri, Graciela - Siracusano, Gabriela - Solís Carnicer, María del Mar - Spinelli, María Estela - Stagnaro, Andrés - Tarcus, Horacio - Tato, María Inés - Tcach, César - Ternavasio, Marcela - Teruel, Ana - Tío Vallejo, Gabriela - Tonón, María Cecilia - Valdez, María José - Vezzetti, Hugo - Vidal, Gardenia - Walpen, Juan Bautista - Yablón, Ariel.

OTRAS ADHESIONES (al 29/11/2011)
Avelar, Idelber - Bágueme Cervellera, María José - Begher, Roberto - Birn, Anne-Emanuelle - Bordelois, Gastón - Caetano, Gerardo - Cohen Agrest, Diana - Fernández, Coroliano - Ferrari Etcheverry, Alberto - Gil, Elsa Beatriz - Giúdice, Horacio - Gómez, Alejandro - Iglesias, Héctor Eduardo - Iglesias, José María - Kreimer, Carlos - López, Mario Justo - Marchese, Mariana - Noiosi, Rubén Oscar - Otero, Osvaldo - Presas, Mario - Richeri, Luis María - Romero, Amílcar - Roulet, Margarita - Sacchi, Rubén - Santa Cruz, María Isabel - Santilli, Estela - Stigol, Nora - Suárez, Carlos Abel - Suárez Lastra, Facundo - Talk, Ana María - Tampieri, Susana - Tello Rosas, Guillermo - Walger, Sylvina - Wehbe, César Emilio.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Democracia delegativa

El martes 29 falleció el politólogo argentino Guillermo O’Donnell, probablemente el más influyente internacionalmente en su campo académico. Desde el martes releí unos cuantos capítulos suyos. Ayer, específicamente, releí “¿Democracia delegativa?” (en Contrapuntos. Ensayos escogidos sobre autoritarismo y democratización, Paidós, Buenos Aires, 1997) y me impresionó mucho su actualidad.

Leo. “Las democracias delegativas se basan en la premisa de que la persona que gana la elección presidencial está autorizada a gobernar como él o ella crea conveniente, sólo restringida por la cruda realidad de las relaciones de poder existentes y por la limitación constitucional del término de su mandato. (…) La democracia delegativa no es ajena a la tradición democrática. En realidad es más democrática, pero menos liberal, que la democracia representativa. La democracia delegativa es fuertemente mayoritaria.” Y me acuerdo de quienes justifican determinadas medidas por el 54% obtenido en octubre.

Los  gobiernos y regímenes delegativos se dan sobre telones de crisis. Leo. “Esta crisis genera un fuerte sentido de urgencia y ofrece un fértil terreno para el cultivo de las propensiones delegativas que pueden existir. (…) El suyo es el gobierno de salvadores de la patria.” Por ello, la “delegación incluye el derecho (y el deber) del presidente de administrar los amargos remedios que recompondrán la salud de la nación. Desde este punto de vista parece obvio que sólo la cabeza sabe realmente lo que se debe hacer: el presidente y sus colaboradores cercanos son el alfa y el omega de la política.” Y pienso en cuántas páginas de diarios y columnas de opinión escudriñaron este mes la política para ver cómo será el gabinete. Y me acuerdo de Menem usando las híper como justificativo de todo, y a los K con el 2001.

Pero la “democracia delegativa tiene la aparente ventaja de facilitar un proceso decisorio rápido, aunque al costo de aumentar las probabilidades de que se comentan errores groseros, multiplicar las incertidumbres que rodean la implementación de las decisiones y concentrar en el presidente la responsabilidad por los resultados.” Pienso, por ejemplo, en los controles en el mercado de cambios o en la 125.

El ensayo es de 1997 y las características van más allá de este gobierno o de otros y dependen también del compromiso y de la forma de intervención de la sociedad (ciudadanos, organizaciones, partidos, etc.) Para O’Donnell, salir de esta situación requería “que una parte decisiva de la clase política llegue a reconocer la calidad autodestructiva de los ciclos y procesos y resuelva cambiar los términos en que compite y gobierna.” Yo participo en la manera que elegí porque todavía creo que se pueden cambiar esos términos para mejorar nuestra calidad democrática. Ese sería el mejor homenaje para todos los que, como Guillermo O’Donnell, trabajaron desde sus lugares y desde sus ideas, por la democracia.

Tristeza

Lo de ayer en la Legislatura me despierta tristeza, mucha tristeza.

No me quiero meter en si las patotas de unos o los manifestantes de otros o la policía de unos o de otro o qué. Lo más importante es la educación. Ayer leí una columna de Andrés Oppenheimer que ponía en contexto un informe de la CEPAL sobre la reducción de la pobreza en América Latina. Es verdad, dice Oppenheimer, que se redujo, pero mucho menos que en Asia; y allí se redujo más por tres razones: “educación, educación y educación”. La “mayoría de los países latinoamericanos se han enfocado [en sus políticas educativas] en expandir la cobertura escolar con poca preocupación por la excelencia académica.”

Si la discusión sobre cómo elegir a los docentes resulta en incidentes como los de ayer estamos jodidos. Y yo quiero creer: que podemos educar mejor, que podemos sacar a todos los argentinos de la pobreza, que podemos aprender a discutir mejor. Por eso lo de ayer me genera mucha tristeza.

jueves, 1 de diciembre de 2011

El divorcio

Hace poco leí "Vivir afuera", maravillosa novela de Rodolfo Fogwill sobre los noventa y el conurbano y muchas cosas más. Transcribo cinco párrafos en los que Guillermo Wolff, uno de los personajes, reflexiona sobre el divorcio:

"Mirándose al espejo, rato después, vestido, confirmó esa impresión que llamaba para sí "cara de divorciado": hacía años que los divorciados le representaban una posición tan despreciable como la de las cuarentonas que programan salidas al cine para la noche de los sábados, los secretarios de tribunales que nunca terminan de ascender y esa nueva promoción de contadores que estaba floreciendo al amparo de la política tributaria del ministro. 

Un divorciado es un cuerpo errante, hecho de restos de algo que fracasó. Habría que prohibir el divorcio. El divorcio es una institución errónea, diseñada para facilitar la recurrencia en el matrimonio de alguien que ya probó que no sirve para eso. Es decir: que no sirve para nada. Un verdadero hombre debe tener su economía bien organizada para comprar una mujer de modo que, bajo ninguna circunstancia, puedan llegar a confundirlo con un divorciado.

En cambio - pensó - las divorciadas parecen ganar algo con el divorcio. Tal vez porque las divorciadas que perdieron nunca están al alcance de la vista: están llorando histéricas en sus habitaciones, prostituyéndose en el barrio para mitigar en un solo acto la soledad y la miseria o padecen, neuróticas, sirviendo de secretarias con fibromas y várices y apestando con su malhumor el espíritu de las organizaciones que las contratan porque son más baratas y más serviles que las aspirantes de buena presencia.

Las divorciadas a la vista, las que circulan, son un rango superior: un estado intermedio entre las mujeres y los seres humanos. Un buen divorcio, bien dotado y con la sombra de un ex marido que fracasó y paga por ello, provoca como un estiramiento del cuerpo de la mujer. 

Ves a una mujer que de repente parece más alta, su voz se torna un poco más grave y mucho más sonora, embellece, no plancha más, no espera y seguro que es una que acaba de divorciarse de un tarado dispuesto a pagar".