miércoles, 26 de septiembre de 2012

Son las instituciones, estúpido



Por primera vez en mi vida leí el libro del momento en los círculos académicos: Why Nations Fail, de Daron Acemoglu y James A. Robinson. Se trata de una teoría sobre el desarrollo económico y cientos de ejemplos que la sustentan, tantos que el libro se torna aburrido. Por eso mi recomendación es leer el prefacio, los capítulos 1 a 4 (que describen la teoría) y el 15 que es la conclusión final. Además, los ejemplos son a veces traídos de los pelos (a Lucas Llach no le gustan los Natufians y en vez de decirte que leas algunos capítulos te dice No leas este libro....) En mi caso particular, además, no estoy de acuerdo con la lectura sobre la historia argentina de estos autores, pero eso es harina de otro costal.
En pocas palabras, la teoría es sencilla. Lo que define el desarrollo o no de los países no es ni la geografía, ni la cultura ni el grado de conocimiento de sus líderes sino sus instituciones. Los autores definen dos tipos de instituciones económicas: las instituciones económicas “inclusivas” incluyen “seguridad sobre la propiedad privada, un sistema legal neutral y una provisión de servicios públicos que provea un campo de juego nivelado en el que la gente pueda intercambiar y contratar; también debe permitir la entrada de nuevas empresas y permitir que la gente elija sus carreras.” (p. 74) La definición de instituciones “extractivas” es menos clara; es aquello que no es inclusivo y “están diseñadas para extraer ingresos y riqueza de un subconjunto de la sociedad para beneficiar a un subconjunto distinto.” (p. 76) Las instituciones políticas también pueden ser inclusivas (con suficiente centralización estatal y pluralismo) o extractivas (cuando no es el caso). Las instituciones económicas y políticas inclusivas se refuerzan a sí mismas en un círculo virtuoso y las extractivas hacen lo propio en un círculo vicioso.
El primer punto de la teoría, entonces, es sencillo: cuando hay instituciones inclusivas hay desarrollo y hay una inercia de desarrollo e instituciones que lo fomentan; “Las instituciones económicas inclusivas promueven la actividad económica, el crecimiento de la productividad y la prosperidad económica.” (p. 75) Por otro lado, las instituciones extractivas limitan el desarrollo y hay una inercia que dificulta salir de instituciones extractivas: “Las naciones fallan cuando tienen instituciones económicas extractivas, apoyadas por instituciones políticas extractivas que impiden y hasta bloquean el crecimiento económico.” (p. 83)
El segundo punto de la teoría es cómo se llega de un lado a otro. Los cambios institucionales son “el resultado de la interacción entre las instituciones existentes y las coyunturas críticas.” (p. 431) Las instituciones de diversos países van cambiando lentamente por la “deriva institucional” pero pueden cambiar mucho al llegar a coyunturas críticas. Se llega así al mayor déficit y al mayor valor de esta teoría: los autores insisten en que el resultado final al llegar a una coyuntura crítica es contingente; que la historia está hecha por personas, líderes y grupos sociales y que el resultado de su interacción no está predeterminado sino que es fruto de la mezcla de la voluntad humana y el azar. Digo que es un déficit porque, de esta manera, la teoría pierde fuerza explicativa y predictiva; pero, al mismo tiempo, resulta más creíble porque es difícil que una variable pueda explicarlo todo y, además, es agradable porque queda restaurado el lugar de la libertad humana, del azar, de la política y de la historia. Así termina el libro:
“la historia no es destino. A pesar del círculo vicioso, las políticas extractivas pueden ser reemplazadas por otras inclusivas. Una confluencia de factores, en particular una coyuntura crítica junto con una amplia coalición que empuje por reformas u otras instituciones propicias existentes, es a menudo lo que necesita una nación para dar pasos hacia instituciones más inclusivas. Además es clave algo de suerte, porque la historia siempre se desarrolla de una manera contingente.” (p. 458)

Original de la cita: “history is not destiny. Despite the vicious circle, extractive institutions can be replaced by inclusive ones. A confluence of factors, in particular a critical juncture coupled with a broad coalition of those pushing for reform or other propitious existing institutions, is often necessary for a nation to make strides toward more inclusive institutions. In addition some luck is key, because history always unfolds in a contingent way.”

viernes, 21 de septiembre de 2012

Primavera


Llega la primavera y esta vez me pega bien, con alegría, no como el año pasado. Tanta alegría que me dan ganas de comprarle esta Volki al vecino y así como está subir a toda la familia y a los amigos y pasear y pasear porque estamos en los 60 y es todo alegría. ¿O no?

lunes, 17 de septiembre de 2012

Dos años


Hace más o menos dos años dejé de fumar. Fue en septiembre, y como no sé bien qué día fue elegí el 15 como fecha para recordarlo. Así que el sábado cumplí dos años sin fumar. Por momentos me felicito a mí mismo por haberlo logrado; después me deprimo al pensar que, aún contando los años de Santillan bebé, estuve más tiempo de mi vida fumando que libre de tabaco. A veces lo extraño, sobre todo en determinadas situaciones que asociaba con el cigarrillo: un viaje en la ruta, un día de playa, una tarde de frío en la montaña. 


En una de esas situaciones, hace un par de meses, me encontré con el cartel de la foto; en una cabaña en Bariloche había un póster que decía: "Remember how great cigarettes used to taste? Luckies still do. Change to Luckies and get some taste for a change." (¿Te acordás qué sabor copado tenían los cigarrillos? Los Luckies todavía lo tienen. Cambiá a Luckies y cambiá por el sabor de verdad.) Abrí la puerta de la cabaña y me recibió el olor a nieve, respiré hondo y me vinieron unas ganas de fumar que todavía me duran. Pero no sucumbí; en parte porque sé positivamente que el primer cigarrillo que prendería ahora me parecería horrible. Son dos años; me faltan unos cuantos para pasar a los años de tabaco, pero igual hay que festejar.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Estación marcador



De los mismos creadores de "Fuck Sube", "Mandar al frente" y "Uia, se me descarriló el tren" llegó una superproducción que recuerda a "Esa sensación ochentosa": te escribo los nombres de las estaciones en marcador indeleble, pero no te calentés que el tren lo manejo bien, eh. ¿Será tan difícil armar la cosa para que se maneje más o menos bien un tren, tecnología de siglo XIX?

martes, 11 de septiembre de 2012

Bestias


Resulta que ayer yo de manera bien cuidadosa expresé mi opinión personal contraria a la extensión del voto a menores y al poco tiempo me encuentro con esta maravilla de la comunicación política. Brillante. Brillante lo de "bestias", como para que no queden dudas. Muy bueno lo de "ahora van por los de 16", que hace parecer como si les quisieran quitar en vez de dar algo. Genial lo de "no tienen perdón". Y, sobre todo, notable lo de "Peronismo de la Capital", sin emblema, sin más firma, sin saber quiénes son estos peronistas de la capital. Maravilla.

lunes, 10 de septiembre de 2012

No me convenció



El viernes publicamos un documento en la Fundación Pensar sobre el proyecto de permitir el voto optativo a los jóvenes de 16 y 17 años. El documento entero (que escribimos con María Alegre) se puede leer acá. Lo que hicimos en el documento fue buscar antecedentes de la discusión, intentando no juzgar antes de leer lo que estuviera al alcance; y encontramos que ambas posiciones pueden ser defendidas razonablemente. Las principales líneas fueron las siguientes:
- Estudio comparativo de países. Como decíamos acá, sólo 14 sobre 195 países en el mundo habilitan el voto a menores de 18. (Austria, Brasil, Bosnia, Corea del Norte, Cuba, Ecuador, Eslovenia, Guernsey, Jersey, Indonesia, Isla de Man, Nicaragua, Sudán y Timor del Este.) Es cierto que son pocos y no necesariamente países similares al nuestro, pero había una época en la que casi todos los países negaban el voto a la mujer, por ejemplo.
- Equiparación de edades. Hay quienes dicen que el voto debe ser permitido desde la misma edad en que comienzan otras obligaciones o derechos. En Argentina, algunos dicen que eso prueba que debe pasarse a los 16, donde hay imputabilidad penal (aunque limitada), entre otras cosas; otros, en cambio, alegan que es mejor mantener la edad de votación junto con la edad en que se adquiere la mayoría plena.
- ¿Se está maduro para votar a los 16? Algunos creen que esta es la gran cuestión, pero es verdad también que hay gente que está inmadura para votar a los 18, a los 25 y por qué no a los 52. Insistir con este punto es casi deslizarse hacia argumentos en defensa del voto calificado. Igualmente, tampoco hay estudios científicamente concluyentes que prueben la inmadurez o la madurez a los 16 años.
- ¿Negar el voto es violar los derechos humanos de los jóvenes de 16 a 18? Hay quienes dicen que sí, comparando los movimientos por el voto de los jóvenes con los de las mujeres, minorías étnicas, etc. Otros replican que es una limitación transitoria, temporal, por lo que es difícil emparentar un caso con otro. Por otro lado, para el caso argentino la respuesta de algunos es preguntar dónde está la movilización juvenil o popular por el sufragio.
En definitiva, hay argumentos para uno u otro lado. Esto es lógico porque, al fin de cuentas, la fijación de cualquier edad como umbral es un acto arbitrario. ¿Por qué 18 y no 17? ¿Porque no 21, o 14, o 6?
Eso es lo que dice el documento.
Lo que digo yo, acá, es que si no hay argumentos fuertes para el cambio, ni una movilización para lograrlo, ni demasiado interés social (sólo político), quizás lo mejor sea dejar la cosa como está. Que los chicos terminen tranquilos el secundario (y tratemos que termine más de la mitad): ya tendrán tiempo para votar durante el resto de sus vidas.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Una rana en el espejo


A veces no voy en tren, ni en avión, y voy en auto nomás. Algunas veces de esas veces, descubro cosas extrañas, como el paraíso en un lugar inesperado. Ayer, en un semáforo, miré por el espejo retrovisor y me encontré con la rana René, que me saludaba, siempre alegre,  porque se ve que el tráfico no le molesta, desde un auto casi tan verde como ella. Mis hijas discutían si era La Rana René o Kermit the Frog y ella seguía allí, feliz, mientras en el auto dos mujeres charlaban y reían. La rana René, la que yo veía en la tele en lo de mis viejos los sábados a la mañana hace treinta años, apareció de pronto en mi espejo retrovisor.

martes, 4 de septiembre de 2012

Ser de acá


No soy de aquí, ni soy de allá.
No soy de allí, ni soy de acá.
Hay algo ahí
que se desangra
en la tinta que pugna
por expresar lo que no se puede
somos lo que queremos
a veces
solo lo que podemos
a veces
solo
solos
tratamos de descubrir
en medio del viaje.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Mandar al frente


El paso a nivel de la estación Martínez de la línea Retiro - Tigre está clausurado. Para que no queden dudas, la Municipalidad de San Isidro informa la razón con claridad: "falta de mantenimiento por parte de TBA". Lo que se dice mandar al frente, incluso si TBA no existe más o no opera más esta línea o quien sabe cómo es la cosa. Pero suena bien igual, suena creíble, porque todos los que andamos por ahí sabemos que hace rato que se invierte poco a pesar de "El Modelo" o quizás justamente por él. Ver la máquina que estaría arreglando el paso a nivel - y digo estaría porque desde el viernes que la veo ahí pero siempre parada - es volver a los 80: por la máquina y por ese hermoso logo de Ferrocarriles Argentinos que, estoy seguro, pondría orgulloso a Pino Solanas, el votante de Ciccone.