En enero, y en un tren un poco más tarde que el de 7:50, estoy viajando muy pancho leyendo Guerra y Paz de Tolstoi. Él, Pancho, también viaja muy pancho, sentado.
¿Por qué tan panchos? Porque Tolstoi nos dice que nos la tomemos con soda. Para él la historia es una cuestión muy compleja y básicamente predestinada "desde la eternidad"; en esta visión, la importancia de la voluntad, hasta de los personajes más importantes, es mínima. ¿Hubiera sido muy distinta la historia sin Kirchner, sin Perón, sin Bonaparte? Tolstoi dice que no. Acá va cita comprimida del Libro 9, Capítulo 1 (traducción propia del inglés y versión inglesa abajo en itálicas):
“Cuanto más intentamos explicar razonablemente dichos eventos de la historia menos razonables y menos comprensibles se tornan para nosotros. (…) El hombre vive conscientemente para sí mismo, pero es un instrumento inconsciente para la realización de los objetivos históricos, universales, de la humanidad. (…) Cuando una manzana ha madurado, ¿por qué se cae? ¿Por su atracción a la tierra, porque su tallo se marchita, porque el sol la ha secado, porque está más pesada, porque el viento la agita o porque el chico parado debajo la quiere comer? Nada es la causa. (…) En eventos históricos, los así llamados grandes hombres son etiquetas dadas a eventos, y como etiquetas tienen sólo una pequeñísima conexión con el evento en sí. Cada uno de sus actos, que aparece a ellos como un acto de su voluntad, es en un sentido histórico involuntario y se relaciona con todo el curso de la historia y predestinado desde la eternidad.”
¿Vieron la entrevista de Pagni a Pablo Gerchunoff en La Nación? Gerchunoff explica al kirchnerismo sin describir personalidades o ideologías sino circunstancias, lo cual seguramente no agrada a los ultra kirchneristas. Al mismo tiempo, no hace una crítica furibunda del kirchnerismo, casi dando a entender que no hubiera sido mucho la diferencia con otro liderazgo, lo que seguramente no agrada a los anti kirchneristas furiosos. Y lo dice así, muy pancho.
“The more we try to explain such events in history reasonably, the more unreasonable and incomprehensible do they become to us. (…) Man lives consciously for himself, but is an unconscious instrument in the attainment of the historic, universal, aims of humanity. (…) When an apple has ripened and falls, why does it fall? Because of its attraction to the earth, because its stalk withers, because it is dried by the sun, because it grows heavier, because the wind shakes it, or because the boy standing below wants to eat it? Nothing is the cause. (…) In historic events the so-called great men are labels given to events, and like labels they have but the smallest connection with the event itself. Every act of theirs, which appears to them an act of their own will, is in an historical sense involuntary and is related to the whole course of history and predestined from eternity.”
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