lunes, 24 de septiembre de 2018

Hice esto


Me escribió una amable señora o señorita de prensa de una editorial para ver si publicaba algo sobre un libro de poesía en mi blog. Obviamente, me emocioné: por un segundo me pareció que alguien lee lo que escribo. Además, a los días me pasó lo mismo con algo que escribí hace años: alguien me dijo que quería charlar conmigo sobre mi tesis de maestría.
Eso emociona un poco, uno se siente un poco menos inútil, porque aunque intuye que puede haber lectores del otro lado, no se hace muchas ilusiones. Entonces me escribió esta señora o señorita y primero me dio cierto orgullo, cierta idea positiva de mí mismo; después, un poco, me dio risa y tristeza; risa pensando en lo chico que es este mundito editorial argentino como para que alguien piense que lo que yo hago acá pueda mover algo el amperímetro. Tristeza por lo chico de ese mundito y porque, al final de cuentas, es un mundito al que no termino de acceder y me gustaría. Finalmente, lo que me produjo todo esto fue un poco de codicia, una codicia menor, obviamente, acorde a las limitadas dimensiones de este mundito: si escribo algo lindo sobre este libro, quizás la editorial se enamore de mí y quiera publicar lo que tengo escrito, una novela, una colección de cuentos, otra novela en la que estoy trabajando.
Así que empecé a leer al libro, tirado en una cama de un hotel tres estrellas en un viaje de trabajo. Y a la segunda página me di cuenta de que no había manera de que me gustara. Pero seguí adelante, pensando que algo copado le podría encontrar y entonces podría hacerme el lindo con la editorial y quién te dice mi novela éxito total en el verano but it only got worse: el libro, además de malo, está mal editado. El tema con la poesía es que vienen las interpretaciones y todas son en principio defendibles: entonces es discutible si, en este caso, la opacidad total del libro, todo críptico y cerrado, sin personajes, sin que sea demasiado posible saber si es un poema, cinco o cincuenta, si son todo parte de lo mismo o cosas separadas, si todo eso es algo copado y súper cool o si es pretencioso y chau. Para mí es lo segundo, no me convenció, no me dio ganas de seguir leyendo, pero bueno, ¿qué sé yo de todo esto…? Es discutible. Pero que la misma palabra (esquiva/o) aparezca en tres secciones del mismo poema a cinco páginas de distancia es un llamado de atención también. Ahora, que falten tildes te hace pensar que faltó un poco de lectura de parte de la editorial.
Entonces le respondí a la buena señora o señorita de prensa y le dije la verdad: que no me gustó el libro y que no quiero hacer una reseña negativa. Así que hice esto.

martes, 18 de septiembre de 2018

Ritmo y rima de la vida



Me recomendaron que leyera The Anthologist, de Nicholson Baker. Me lo recomendaron porque estoy escribiendo una cosa que puede llegar a ser una novela en la que hay un personaje que es poeta y otro que anda buscando a ese personaje; y la novela de Baker es sobre un poeta luchando por terminar una antología de poesía dedicada sólo a poemas con rima, la que llamaría Only Rhyme (Solo rima).
El poeta, Paul Chowder, lucha durante un verano porque tiene que escribir la introducción a la antología y no lo logra. La novia lo deja y él se queda solo con el perro (y con un ratoncito que vive en su cocina), luchando por escribir esa introducción, y haciendo muchas cosas para no escribir esa introducción: ordena su escritorio, se lastima los dedos, juega al badminton con una vecina, ayuda a la vecina a colocar pisos en su casa, corta el pasto, rompe la cortadora de pasto, visita museos de poetas y, sobre todo, piensa y habla sobre la poesía y sobre la historia de la poesía.
La novela resultante, que bien podría ser la introducción a esa antología, es, sobre todo, una reflexión sobre la poesía (“¿Qué es la poesía? La poesía es prosa en cámara lenta.” - l. 162) y, por lo tanto, un poco aburrida para quien no tenga gran interés por ella. El narrador está obsesionado con discutir algunas cuestiones centrales a la poesía en lengua inglesa. Objeta la visión tradicional sobre el pentámetro yámbico (la métrica en la que está escrita casi toda la obra dramática de Shakespeare): no son cinco tiempos, dice Chowder, tienen un descanso al final, por lo que en verdad son dos partes de tres tiempos; el pentámetro yámbico es un vals. Y la gran métrica de la poesía de lengua inglesa no es esa sino la línea de cuatro tiempos: sólo le falta decir que la poesía es rock and roll. La otra gran discusión es su defensa de la rima, que para Chowder no es artificial sino natural. De bebés aprendemos a hablar con sonidos, dice, “La rima nos enseñó a hablar” (l. 1241). “La lengua es una tarada que rima. Quiere que rime porque así es como almacena lo que sabe. Tiene una lista detallada de cada movimiento muscular para cada consonante y vocal y diptongo y fricativo” (l. 1220).
El punto de Chowder es que la poesía es natural. La métrica y la rima están en la vida. “Cuando escuchás a un chico llorando, llora con métrica” (l. 680). El poeta, que en este caso es un gran perdedor, apenas reconocido, abandonado por la novia, incapaz de enseñar, el poeta tiene la capacidad de descifrar el sonido y el ritmo de la vida aunque nunca pueda aprender a vivir. De hecho, casi se diría que para ser buen poeta hay que no saber vivir, hay que ser un torturado, y la lista de poetas brillantes suicidas es interminable. “Cuando veo las vidas de los poetas entiendo mi problema. Ellos estaban dispuestos a hacer los sacrificios que yo no estoy dispuesto a hacer. Ellos eran tan torturados, estaban tan arruinados. Yo estoy solo un poco arruinado” (l. 365).
Además de la métrica y la rima, Chowder nos habla de los temas. Hay solo dos. Eros y Tanatos (ah,sí, hablamos de esto en la lectura anterior, sobre la novela de Tusquets): “esas son dos verdades sobre las que debemos seguir pensando para nosotros. Te amo, y todas las personas que conozco y de las que dependo van a llegar al fin de sus vidas y el momento en el que se vayan será totalmente inesperado aún cuando una parte tuya sabía que estaba al caer” (l. 1372). En este sentido, el tema de esta novela es el amor (a la poesía).
Yo creo que para ser poeta aplica lo que dice Bukowski en “So you wanna be a writer” (y no estoy seguro si esto aplica para el prosista). Si te nace no tenés alternativa. Y si te nace, dale ya y dale con todo. Como dice Chowder / Baker: “dale masa inmediatamente. No va a funcionar si te lo guardás en reserva. Empezá diciendo lo que realmente te interesa decir, y el decirlo te va a guiar a la próxima línea, y la otra, y la otra” (l. 240). A Chowder le cuesta más cerrar que empezar. (Quizás otra definición de poesía sea prosa que se abre y no se cierra.) El punto es que “Podés empezar en cualquier lado. Ese es el tema con empezar. Si empezás, estás en movimiento. Si no empezás, no estás en ningún lado. Si parás, no estás en ningún lado” (l. 2030).

Originales de las citas usadas
“What is poetry? Poetry is prose in slow motion.” (l. 162)
“Rhyme taught us to talk.” (l. 1241)
“The tongue is a rhyming fool. It wants to rhyme because that’s how it stores what it knows. It’s got a detailed checklist of muscle moves for every consonant and vowel and diphthong and fricative and flap and plosive.” (l. 1220)
“When you listen to a child cry, he cries in meter.” (l. 680)
“When I look at the lives of the poets, I understand what’s wrong with me. They were willing to make the sacrifices that I’m not willing to make. They were so tortured, so messed up. I’m only a little messed up.” (l. 365)
“those are two truths that we should keep on thinking about for ourselves. I love you, and all the people I know and depend on are going to reach the end of their lives and when they go it’s completely unexpected even when part of you knew it was in the offing.” (l. 1372)
“slam it in immediately. It won’t work if you hold it in reserve. Begin by saying what you actually care about saying, and the saying of it will guide you to the next line, and the next, and the next.” (l. 240)
“You can start anywhere. That’s the thing about starting. If you start, you’re in motion. If you don’t start, you’re nowhere. If you stop, you’re nowhere.” (l. 2030)


lunes, 10 de septiembre de 2018

Otro duelo



Leí También esto pasará, de Milena Busquets, que es algo así como la primera etapa del proceso de duelo de una hija por la muerte de su madre: el libro comienza en el entierro y termina la primera vez que la hija logra, de alguna manera, volver al cementerio donde yace su madre. En un momento el libro me recordó a Didion en The year of magical thinking, pero con mucha menos profundidad emotiva.
El gran tema del libro es, obviamente, el de la muerte. Y aunque el sentimiento más habitual es el dolor - y la nostalgia, que es una forma del duelo - no deja de haber cierto humor. En la primera escena la narradora nos dice: “aquí estoy. En el funeral de mi madre y, encima, con cuarenta años.” (p. 9) La narradora, que escribe muchas veces hablando a su madre, parece dar una versión de la vida signada por la muerte: su padre murió a los 17 y, “desde entonces, los muertos se encadenan, el último eslabón de este macabro collar, que pesa una tonelada, seré yo, supongo.” (p. 42) Toda nuestra vida, nuestra geografía, se ve modificada por la muerte de un ser querido: “Me duelen todos los caminos recorridos con mi madre; la muerte, tan cabrona, nos expulsa de todas partes.” (p. 53) Esta visión se condensa en una discusión con un amigo; él sostiene que la vida se define por lo vivido, lo gozado, y ella le responde: “creo que somos más las cosas que hemos perdido que las que tenemos”. (p. 137)
El otro gran tema de la novela es el sexo. Como Ronaldo y Romario, Eros y Tanatos son una gran dupla ofensiva. Creo que lo que más me gustó del libro es justamente esta mirada femenina sobre el sexo y sobre los hombres. La narradora, Blanca, está rodeada de muchos hombres: dos ex-maridos, un amante casado, un hombre misterioso que le despierta interés, el novio cubano de una amiga con quien coquetea y un viejo amigo que es el catalizador del final de la novela. “Los hombres siempre siempre siempre acaban metiendo la pata” (p. 23) pero Blanca los necesita para hacer frente al duelo; se erotiza aún cuando no quiere (“Hasta el último momento, creo que le voy a dar una bofetada, pero al final mi otro corazón, el que su polla ha invadido, se pone a palpitar y me olvido de todo.” - p. 19) y “La fuerza física de los hombres sólo debería servir para darnos placer, para estrujarnos hasta que no quede ni una sola gota de pena ni de miedo en nuestro interior.” (p. 31)
El duelo es también, o podría llegar a ser también, el cierre de un capítulo de su vida y el comienzo de otro. La narradora no habla mucho de esto. Y acá dudamos de su profundidad, como dudamos un poco también con lo que parece falta de apego hacia aquellos hombres y hacia sus propios hijos. La narradora sí deja anotado por allí que algo le falta para ser verdaderamente adulta: “Me sigue pareciendo raro y un poco absurdo que sea yo la que está al mando de todo esto” (p. 47) dice en un momento; y “Me parece incongruente y extraordinario que un amigo mío sea alcalde, como si todo el mundo tuviese que seguir conmigo en el patio de la escuela” (p. 68) en otro. Pero no dice que, como parece, su madre no la dejó crecer. No sabemos si lo logrará después, como tampoco sabemos si logrará animarse a construir algo más, quizás con el hombre misterioso: en general los hombres “camuflan una reticencia profunda a volver a intentar construir algo que, de todos modos, acabará en ruinas. Y sin embargo cada día ignoro menos el carácter enfermizo de la soledad”. (p. 150)
¿Crece Blanca? Cuando la dejamos, el duelo parece estar bien encaminado, parece que también eso pasará, pero no sabemos si será el comienzo de que se resuelvan esas otras cuestiones o si seguirá siendo la misma Blanca a la que las cosas le pasan.

lunes, 3 de septiembre de 2018

Pentágono



Leí The Good Soldier, de Ford Madox Ford, de quien siempre quise leer algo porque es mencionado como uno de esos escritores que sólo algunos dicen que hay que leer y porque el nombre (en rigor seudónimo) del tipo es maravilloso.
No me volvió loco, la verdad sea dicha. The Good Soldier relata no un triángulo amoroso sino algo así como un pentágono: dos parejas centrales, la del narrador y Florence (dos americanos) y la de Edward y Leonora (dos ingleses), y una jovencita inglesa. Y lo hace, me parece a mí, para hablar de la curiosa manera de relacionarse de esta gente; Ford, que es inglés, se pone en un narrador americano para hablar de la lejanía emocional, la frialdad de los ingleses de cierta clase social: “a mí, que estaba por horas con ellos, se me aparecían como personas tiernas, ordenadas y devotas, sonreían, se iban en los intervalos adecuados, me llevaban a reuniones: ¡simplemente gente de bien! ¿Cómo carajo - cómo carajo lo hacían?” (l. 2.393) Si la novela se hace un poco artificial, más un juego intelectual de perspectiva de los actores que emocional, es un poco porque esa es la idea que nos quiere transmitir el autor. Y está bien, aunque no sea precisamente divertido ni fácil de darle vida. En una de las escenas finales, cuando dos personas que se aman se despiden para siempre en una estación de tren: “No había en las caras de esas personas ningún tipo de expresión. La señal para la partida del tren era de un rojo muy brillante; esa es la afirmación más apasionada que puedo hacer de esa escena.” (l. 2.991)
Me resultó, sí, muy interesante la construcción de este narrador que va contando, en capas sucesivas, reconstruyendo una historia de trece años; dice al comienzo: “Me voy a imaginar a mí mismo por una quincena o algo así al costado de la chimenea de una cabaña en el campo, con un alma que empatiza frente a mí.” (l. 133) Él mismo se reta y se justifica de cómo va contando la historia yendo y viniendo en el tiempo, como si realmente estuviera sentado contándolo a un amigo: “He contado esta historia, soy consciente, de una manera dispersa por lo que puede ser difícil para cualquiera encontrar su camino a través de esto que bien puede ser un laberinto.” (l. 2.175)
En mi lectura marqué una escena que me pareció genial pero que ahora también encuentro inverosímil. En el pasillo de un hotel tipo spa de esos a los que iban los enfermos de 1910, Leonora se encuentra con la amante de su marido y le pega un coscorrón; al hacerlo, el pelo de la amante queda enganchado en la pulsera de Leonora. Florence, que había presenciado la escena, las ayuda a desenredar. Así se conocen Leonora y Florence, que se hacen amigas, y poco después Florence reemplazará a la golpeada como amante del marido de Leonora. ¿Un poco demasiado, no?
Hay, también, citas que me parecieron interesantes:
“A cada hombre le llega finalmente un momento en la vida en el que la mujer que fije su sello sobre su imaginación lo fija por siempre. No viajará hacia más horizontes; nunca más se pondrá la mochila al hombro; se retirará de esas escenas.” (l. 1.375)
“Supongo que lo que nos mantiene derechos en este mundo a la mayoría, si es que nos mantenemos derechos, es la vanidad.” (l. 1.393)
“el registro de la humanidad es un registro de sufrimientos”. (l. 2.450)

Originales de las citas usadas
“to me who was hourly with them they appeared like tender, ordered and devoted people, smiling, absenting themselves at the proper intervals; driving me to meets—just good people! How the devil—how the devil do they do it?” (l. 2.393)
“There was upon those people's faces no expression of any kind whatever. The signal for the train's departure was a very bright red; that is about as passionate a statement as I can get into that scene.” (l. 2.991)
“So I shall imagine myself for a fortnight or so at one side of the fireplace of a country cottage, with a sympathetic soul opposite of me.” (l. 133)
“For every man there comes at last a time of life when the woman who then sets her seal upon his imagination has set her seal for good. He will travel over no more horizons; he will never again set the knapsack over his shoulders; he will retire from those scenes.” (l. 1375)
“I guess it is vanity that makes most of us keep straight, if we do keep straight, in this world.” (l. 1.393)
“the record of humanity is a record of sorrows” (l. 2.450)