martes, 17 de enero de 2012

Argumentos

Yo entiendo a quienes piden ya un aborto para la niña de 11 que quedó embarazada tras ser violada. Tiene mucho sentido: imagino el dolor de la chica, de los padres... un horror.

Ahora, por un segundo pido a los lectores que supongan que ese feto es una “vida”, que tiene “alma”. Menos, les pido menos. Pónganse en el lugar de alguien que cree que ese feto es portador de un alma. Para esa persona, el aborto sigue siendo asesinato más allá de la edad de la madre y de la forma en que fue concebido el feto. Para esa persona, la vida siempre va a valer más que el dolor de la niña, de los padres, etc. Para esa persona, dada su creencia, es racional oponerse al aborto, incluso en el caso de una niña violada de 11 años.

Yo casi siempre estoy en los puntos medios, pero en la cuestión del aborto no creo que existan muchos puntos medios porque el valor de la vida es supremo. (El único punto medio es el valor de la vida misma: cuando corre riesgo la vida de la madre.) En el fondo, si creés que hay vida desde la concepción, el aborto es asesinato; y si no creés que hay vida desde la concepción el aborto debe ser básicamente libre. Los primeros creen que los segundos son unos asesinos y los segundos creen que los primeros son gente salida del Medioevo que se opone a la libertad de millones de mujeres.

¿Cuál es mi punto? Que esta es una cuestión de valores y los argumentos sirven de poco. ¿Yo qué haría? No importa, ¿no? Lo que importa, en esta discusión, es qué cree cada uno.

lunes, 16 de enero de 2012

Pancho y yo leemos Tolstoi

En enero, y en un tren un poco más tarde que el de 7:50, estoy viajando muy pancho leyendo Guerra y Paz de Tolstoi. Él, Pancho, también viaja muy pancho, sentado.


¿Por qué tan panchos? Porque Tolstoi nos dice que nos la tomemos con soda. Para él la historia es una cuestión muy compleja y básicamente predestinada "desde la eternidad"; en esta visión, la importancia de la voluntad, hasta de los personajes más importantes, es mínima. ¿Hubiera sido muy distinta la historia sin Kirchner, sin Perón, sin Bonaparte? Tolstoi dice que no. Acá va cita comprimida del Libro 9, Capítulo 1 (traducción propia del inglés y versión inglesa abajo en itálicas):

“Cuanto más intentamos explicar razonablemente dichos eventos de la historia menos razonables y menos comprensibles se tornan para nosotros. (…) El hombre vive conscientemente para sí mismo, pero es un instrumento inconsciente para la realización de los objetivos históricos, universales, de la humanidad. (…) Cuando una manzana ha madurado, ¿por qué se cae? ¿Por su atracción a la tierra, porque su tallo se marchita, porque el sol la ha secado, porque está más pesada, porque el viento la agita o porque el chico parado debajo la quiere comer? Nada es la causa. (…) En eventos históricos, los así llamados grandes hombres son etiquetas dadas a eventos, y como etiquetas tienen sólo una pequeñísima conexión con el evento en sí. Cada uno de sus actos, que aparece a ellos como un acto de su voluntad, es en un sentido histórico involuntario y se relaciona con todo el curso de la historia y predestinado desde la eternidad.”

¿Vieron la entrevista de Pagni a Pablo Gerchunoff en La Nación? Gerchunoff explica al kirchnerismo sin describir personalidades o ideologías sino circunstancias, lo cual seguramente no agrada a los ultra kirchneristas. Al mismo tiempo, no hace una crítica furibunda del kirchnerismo, casi dando a entender que no hubiera sido mucho la diferencia con otro liderazgo, lo que seguramente no agrada a los anti kirchneristas furiosos. Y lo dice así, muy pancho.

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“The more we try to explain such events in history reasonably, the more unreasonable and incomprehensible do they become to us. (…) Man lives consciously for himself, but is an unconscious instrument in the attainment of the historic, universal, aims of humanity. (…) When an apple has ripened and falls, why does it fall? Because of its attraction to the earth, because its stalk withers, because it is dried by the sun, because it grows heavier, because the wind shakes it, or because the boy standing below wants to eat it? Nothing is the cause. (…) In historic events the so-called great men are labels given to events, and like labels they have but the smallest connection with the event itself. Every act of theirs, which appears to them an act of their own will, is in an historical sense involuntary and is related to the whole course of history and predestined from eternity.”


miércoles, 11 de enero de 2012

El rey del cuartetazo

Me traés unas servilletas por favor,
pregunta la señora al morocho
vestido de azul,
con camisa y pantalón de jean oscuro
con una eme dorada bordada.
Cómo no, señora, responde,
se las va a traer el rey del cuartetazo, agrega,
y se va.
Yo no veo la cara de la señora,
pero la imagino sorprendida,
mientras como mi hamburguesa y escucho
no a Rodrigo ni a la Mona,
sino a algo sin alma:
una base electrónica
de bombo y bajo artificiales
repetida como episodio de Seinfeld
pero sin la magia, ni la gracia.
Cada tanto unas voces agudas
se trepan sobre la base
y dicen algo para no ser entendido.
El rey del cuartetazo vuelve sonriente
con servilletas de papel
hechas un bollo en sus manos.
Tome señora, dice gentil,
y yo chupo de la pajita y tomo Coca Cola
en el Abasto.
Al rato, cuando me voy,
aunque tenga que enfrentar el calor de enero,
veo al cordobés
trapeando con energía el suelo
con uno de esos mops que acá sólo existen en McDonald’s,
con sus dreadlocks grises y sucios,
sacando brillo a sus sueños de cuartetero.