Me traés unas servilletas por favor,
pregunta la señora al morocho
vestido de azul,
con camisa y pantalón de jean oscuro
con una eme dorada bordada.
Cómo no, señora, responde,
se las va a traer el rey del cuartetazo, agrega,
y se va.
Yo no veo la cara de la señora,
pero la imagino sorprendida,
mientras como mi hamburguesa y escucho
no a Rodrigo ni a la Mona,
sino a algo sin alma:
una base electrónica
de bombo y bajo artificiales
repetida como episodio de Seinfeld
pero sin la magia, ni la gracia.
Cada tanto unas voces agudas
se trepan sobre la base
y dicen algo para no ser entendido.
El rey del cuartetazo vuelve sonriente
con servilletas de papel
hechas un bollo en sus manos.
Tome señora, dice gentil,
y yo chupo de la pajita y tomo Coca Cola
en el Abasto.
Al rato, cuando me voy,
aunque tenga que enfrentar el calor de enero,
veo al cordobés
trapeando con energía el suelo
con uno de esos mops que acá sólo existen en McDonald’s,
con sus dreadlocks grises y sucios,
sacando brillo a sus sueños de cuartetero.
Ey no sabía de tus talentos e inspiraciones poéticas. Me imaginé al "Rey del cuartetazo" y me dio cariño.
ResponderEliminarMe encantó. Beso grande
Me olvidé de firmar! Luciana
ResponderEliminarGracias Lu! Me encantó tu comentario, gracias!
ResponderEliminarJajaja! Me encantó Fernando, sos muy hábil y en general tus expresiones están muy bien acompañadas de carisma, talento, y congruencia. Gracias por dejar un espacio donde poder contarlo. Un beso. Maru (Marux. Maruxa. Marixi. Fama Grimm. María Ximena Peralta)
ResponderEliminar