viernes, 19 de octubre de 2012

La paloma de Levrero



Foto y texto de @natowers (ver también No camp)

Hace días que viene a visitarme una paloma. Le saqué una foto y la mandé por mail. Asunto: “La paloma de Levrero”.
Hoy me dejó un regalo en el balcón. Me hablaron pestes de las palomas: que son sucias, que son ratas voladoras, que lo del nido es lo peor que me pudo pasar. OK, pero qué querés que te diga, a mí me alegró el huevito, lo sentí un reconocimiento al balcón y a mis plantas.
Ahora desde mi escritorio la veo irse y volver. Viene, se pasea por el filo del balcón, salta a la maceta, da unas vueltitas, se acomoda y esconde el cuello. Si me muevo un poco brusco se asusta y se tira y vuela. Al rato vuelve. Me cuido de no hacer ruido, me quedo calladita. Una locura.
Hace un rato vi unas nubes y me preocupé. Fui al lugar donde dejamos la basura en el edificio a ver si encontraba una caja, un algo para hacerle un techito. No encontré cajas, ni nada con teleología constructiva. Pero encontré una vieja maceta mía, un poco sucia. Un poco de refilón, vi unos libros arrumbados adentro, entre la tierra seca. Metí la mano con un poco de cara de asco y saqué mi copia de la Trilogía Involuntaria. No sé cómo llegó ahí. Pero no puedo dejar de pensar que la paloma de Levrero me hizo ir a buscarla.

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