lunes, 22 de julio de 2013

Salir


Nunca había leído Una noche con Sabrina Love y tampoco había visto la película, así que pude disfrutar mucho el libro cuando lo agarré hace un par de semanas. Sobre uno de los más viejos formatos de la literatura (el de cómo me convertí en hombre), Pedro Mairal cuenta una historia al mismo tiempo universal y particular de manera directa y con frescura y humor.
El personaje principal es Daniel, un chico recién salido del secundario del interior entrerriano. Daniel da ternura, y a través de él el autor nos da una mirada muy especial sobre todo lo que el flaco vive en su viaje iniciático. La estructura es simple, directa, sin idas y vueltas en el tiempo, sin voces diversas: es un relato que empieza y que sigue adelante como una pelota que cae por una ladera, fluye naturalmente hasta su final como un río de llanuras. Sobre todo, Mairal no parece querer convencernos de nada, no tiene una posición sobre la política o sobre el mundo de la literatura, ni incluye un sólo personaje que se dedique a escribir. Es un relato de gente que vive en el mundo real, y de cómo una de esas personas se convierte en un hombre.
La respuesta, más allá de las anécdotas de un viaje a dedo desde Entre Ríos hasta un telo en Recoleta, es que nos hacemos hombres al entender todo lo que nunca entenderemos sobre las mujeres: "Al amanecer había bajado en el ascensor como descendiendo para siempre a un mundo sin mujeres (...) Una vez que se te suben las minas a la cabeza estás perdido, le había dicho Gagliardi" (p. 214/5). En su viaje Daniel conoce mujeres distintas, y termina por intuir los misterios que puede haber detrás de cada una de ellas y con eso pierde algo de la inocencia, comienza a protegerse, parece tan listo para salir a vivir como cualquiera puede llegar a estarlo jamás.


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