lunes, 25 de enero de 2016

Escritor en el Pacífico

Honolulu Hotel, de Paul Theroux, me hizo acordar a un poema de Charles Bukowski: "Así que querés ser un escritor" (so you want to be a writer). La novela de Theroux, armada con 80 textos cortos, es sobre un escritor a quien le pasa algo (que nunca nos cuentan) y se va a Hawái a no escribir.
Este narrador se va a Hawái, consigue trabajo como gerente en un hotel de segunda y se queda ahí siete u ocho años, sin escribir. Se casa, tiene una hija y ve cosas que pasan a su alrededor: la columnista de sociedad que le roba el amante a su hijo gay (quien luego mata al amante de ambos); el huésped del hotel que hace carpintería escondido misteriosamente en su cuarto durante años hasta que desaparecen los ruidos y descubren que está muerto dentro del ataúd que él mismo se construyó; los cuentos del dueño del hotel, Buddy Hamstra, un pillo bárbaro, y mucho más. Muchas anécdotas más.
Sobre todo, el narrador no escribe. Y no escribe en el medio de una sociedad prácticamente iletrada: "Hawái era una cultura de gruñidos y murmullos" (p. 354) en vez de palabras. Por mucho tiempo, no escribir resulta para el narrador, si no placentero, al menos pacífico. Con el tiempo, sin embargo, la vida de no escritor se torna "casi insoportable" (p. 216): "Yo había querido seguridad, un lugar donde vivir, un trabajo fácil, sol, soledad. El precio que pagué fue el aburrimiento de un tipo que nunca antes había conocido, algo similar a ser enterrado vivo." (p. 380)
Al final, no hay manera de escapar a la propia naturaleza, y con el tiempo el narrador vuelve a escribir. Lo sabemos porque tenemos el libro en nuestras manos, aunque no termina de explicarse del todo bien cómo es que ocurrió eso. En parte, la explicación es la hija, que empieza a leer, lo que renovó "mi viejo hábito de ver a mi vida como algo que vale la pena recordar y compartir" (p. 424).  Pero sobre todo es algo que mucho antes en el libro le dice su amigo León, otro hombre letrado en medio de los salvajes: "Sos un escritor. Entre otras cosas, esa es una condición patológica", (p. 382).
Así es cómo me acordé del viejo Bukowski, que en ese poema le dice al joven que aspira a ser escritor que no lo haga por razones ajenas a la propia necesidad de escribir. No te esfuerces, no tiene sentido, dice el viejo; si tiene que ser, será: "cuando realmente sea el momento, / y si has sido elegido, / se hará por / sí mismo y seguirá haciéndose / hasta que te mueras o que se muera dentro tuyo."
No estoy seguro de que el Paul Theroux de este libro me haya convencido. No me volvió loco el libro, no me gustó mucho la forma, no me hizo pensar que fuera un elegido. Pero era claro, cuando leía, que ese pobre tipo tratando de ser gerente del Hotel Honolulú no podía dejar de escribir.

Originales de las citas utilizadas
"Hawaii was a culture of grunts and mutters." (p. 354) 
"now my nonwriting life at the hotel was almost unbearable." (p. 216)
"I had wanted security, a place to live, an easy job, sunshine, solitude. The price I paid was boredom of a kind I had never known before, something akin to being buried alive." (p. 380)
"With Rose's encouragement I renewed my old habit of seeing my life as something worth remembering and sharing." (p. 424)
"You are a writer. Among other things, that's a pathological condition". (p. 382)
Bukowski: "when it is truly time, / and if you have been chosen, / it will do it by / itself and it will keep on doing it / until you die or it dies in you."

No hay comentarios:

Publicar un comentario