Me gustan los libros
y hablar de libros y, como habrán notado, escribir de libros, así que no es
sorprendente que alguien me regalara The Complete Polisyllabic Spree. The ...
Spree es una colección de columnas sobre lecturas de uno de mis escritores favoritos:
Nick Hornby. (Libros de Hornby comentados en el blog: How To BeGood, Juliet, Naked, A Long Way Down, Fever Pitch, Slam).
La columna se
llamaba “Stuff I’ve been reading” (“Cosas que estuve leyendo”), se publicaba en
una revista que parece haber desaparecido (The Believer) y trataba, entre otras cosas, de las curiosas
maneras a través de las cuales nos llegan los libros. Cada columna empezaba por una
enumeración de libros comprados y libros leídos, y a veces la conexión entre
esas dos columnas era azarosa: porque le regalaban libros, porque una lectura
llevaba a otra, porque a veces compramos libros que nunca vamos a leer. Incluso
los más obsesivos, que nos trazamos algún tipo de plan de lectura, nos
encontramos a veces con desvíos. Por ejemplo, Hornby cuenta que ponía a los
libros que nunca iba a leer en un estante determinado; pero de pronto un hijo
sacó un libro y se puso a jugar con él en el piso y ahí Hornby lo vio y se puso
a leerlo en el acto. “Ser lector es un poco como ser presidente, salvo que
supone generalmente menos cenas de Estado. Tenés esta agenda que querés llevar
adelante, pero te distraen eventos de la vida, e. g., libros que llegan por
correo / la Tercera Guerra Mundial, y sos temporalmente desviado del camino
elegido.” (p. 61)
Sobre todo, el libro
se trata del placer de leer por el mismo placer de leer. Más allá de cómo
llegues a un libro, lo importante es que te haga bien. No hay que leer libros
porque pensemos que tenemos que leerlos o porque otros piensen que tenemos que
leerlos; tampoco tienen que ser difíciles ni leerse para un supuesto
crecimiento personal: “Si la lectura de libros puede sobrevivir como actividad
de recreación (...) entonces tenemos que promover las alegrías de la lectura
antes que sus (dudosos) beneficios.” (p. 5)
Un corolario de esa
postura (o justamente al revés) es una mirada crítica de la distinción entre lo
elevado y lo popular, una postura anti-elitista. “Quizás una novela literaria
es una novela que en verdad no funciona, y una película artística simplemente
una película que la gente no quiere ver.” (p. 60) Hablando de la poesía, dice:
“Si algo no te da al menos la posibilidad de ser comprendido en las primeras
dos lecturas, entonces mi lema es ‘Al carajo.’” (p. 89) Ligado con esto, Hornby
critica que en los temas elegidos haya tanto de literatura, que entre los personajes
haya tantos escritores y tan pocos plomeros, oficinistas o empleados de
comercio: “¡Pónganse de acuerdo, muchachos! ¡No pueden estar todos escribiendo
literatura sobre la literatura!” (p. 161)
Como en todo lo
demás que escribe, Hornby es gracioso y sensato y sensible, así que el libro se
lee divinamente y el paseo por la mente de un lector es un placer. Y como si fuera poco, me llevé seis libros a mi lista de
“libros que me gustaría leer.”
Originales de las citas usadas
“Being a reader is sort of like being president,
except reading involves fewer state dinners, usually. You have this agenda you
want to get through, but you get distracted by life events, e.g., books
arriving in the mail / World War III, and you are temporarily deflected from
your chosen path." (p. 61)
“If reading books is to survive as a leisure activity
(...) then we have to promote the joys of reading, rather than the (dubious)
benefits.” (p. 5)
“Maybe a literary novel is just a novel that doesn’t
really work, and an art film merely a film that people don’t want to see…” (p.
60)
“If something doesn’t give you even a shot at
comprehension in the first couple of readings, then my motto is ‘Fuck it’”. (p.
89)
“Sort it out, guys! You can’t all write literature
about literature!” (p. 161)
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