Leí Without Fail, el noveno libro (en orden cronológico) de la saga de Jack Reacher, por Lee Child.
Lo mejor del libro es que, por primera vez desde que Reacher ya no es policía
militar, hay una razón lógica para el involucramiento de Reacher. Como debe ser
en el mundo del policial negro: hay un problema, entonces alguien busca al
investigador. El problema no le cae al detectives porque va caminando por la
calle, sino que alguien tiene un problema y busca al tipo que tiene que
solucionarlo. Y en este caso, por primera vez, alguien busca y encuentra a
Reacher.
Al principio tiene sentido. Reacher es (entre otras cosas) un asesino,
y lo busca el Secret Service para que haga una auditoría. Mi principal problema
con este libro es que, después de eso, se da algo que en alguna medida se da en
casi todos los libros pero peor acá: al final el único que labura bien es
Reacher (y su colega Neagley) y todos los demás, aunque son profesionales, son entre
flojitos y un desastre. En este caso, la líder del equipo de protección, que
supuestamente es una súper profesional (lo dice Reacher, así que debe serlo)
tiene la piel muy delgada, duda de sí misma, y hasta se asusta porque alguien
habría entrado a su casa (¡vamos, nena, tenés entrenamiento y una 9 mm!) Todos,
FBI, Servicio Secreto, etc., parecen amateurs y hasta le ceden a este tipo de
afuera un espacio que no le corresponde. Un poco como en House of Cards, donde todos los políticos son unos ingenuos de
cuarta y el personaje de Spacey es el único cínico, acá son todos chapuceros
menos Reacher. Es aburrido así. En El Padrino Vito es mejor que los demás y
Michael también; como son mejores, ganan, pero pierden batallas y sufren
derrotas profundas.
* Después de un libro entero sin sexo, Reacher vuelve a acostarse con
una mujer hermosa. Siempre huelen re bien las mujeres de Reacher.
* Hay una pista muy obvia a la que llegan por casualidad pero que no
miran durante días.
* Una aparición poética, una bala cruza el cuello de una mujer: “Cayó y dejó en el aire detrás suyo su sangre como un signo de interrogación” (p. 251). “She went down and left her blood in the air behind her like a question mark.”
* Tengo un proyecto (bah, una idea de proyecto) de escribir sobre el
uso de los sueños en Cormac McCarthy. Bueno, creo que en este libro por primera
vez Child lo hace soñar a Reacher.
* Hay dos momentos de cierta emoción; una con Froehlich y una con
Nagley. Hay alguien metiéndole emoción a la serie en p. 253 y p. 374.
Bueno: voy a hacer detox unas semanas con otras cosas y en un rato vuelvo con el diez porque esto es así, pase lo que pase, parece, tendré que seguir.
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