¿Es El gran surubí el libro más hermoso de la historia de la literatura
argentina?
La primera vez que lo
vi, hace años, en Eterna Cadencia, dije “lo quiero”, pero cuando pregunté por
el precio reculé. Es un libro muy hermoso y era muy caro. Mucho tiempo después,
hace poco más de un mes, me lo encontré en La Boutique del Libro de Martínez y
estaba muy barato por esas rarezas del mundo editorial. Por eso les digo:
búsquenlo y cómprenlo, porque es hermoso.
Es uno de esos libros
que hay que tener, que van a poder leer un millón y medio de veces. Es una
novela ilustrada (por Jorge González) escrita en sonetos (por Pedro Mairal),
una enorme novela que se lee en minutos, un ascensor supersónico, subiendo a lo
más elevado de la poética y de la historia de la literatura, de José Hernández
a Herman Mellville, y bajando a lo más llano de la experiencia cotidiana en
cada soneto.
Después de ser detenidos
por una difusa autoridad estatal, un grupo de jóvenes es llevado a Martín
García, a pescar surubíes para alimentar al conurbano ante la falta de carne:
“la conurba mayor capitalina / la boca de la hambruna subsidiada / la falta de la
vaca idolatrada / ya casi no había carne en la Argentina”. Aparece allí un
surubí gigante, un Moby Dick del Paraná: “que medían de aquí hasta por allá /
que tenían tamaño de ballena / que era muy peligrosa la faena / que buscaban el
norte el paraná”; “lo viste no lo vieron vi la jeta / la boca era como una
camioneta”. Y de allí en adelante las aventuras, los motines, las peleas, los
amores, el escape y mucho más en sesenta sonetos que, como dice Hernán Casciari
en el prólogo, parecen cientos de páginas de una novela.
¿Es El gran surubí el libro más hermoso de la historia de la literatura
argentina? No sé, pero sin dudas es un libro para tener.
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