lunes, 6 de enero de 2020

Bombardeos


Leí, se podría decir que por un equívoco, The Blitz, de Henry Brook. Un equívoco o dos. El colegio de hijas manda mails con listas de lecturas sugeridas para el verano; para cada año mandan una lista con la idea de que los chicos lean por lo menos uno de ellos. De la lista de hija#2 el que más me interesó fue The Blitz, así que le dije que, si a ella le interesaba, lo bajaba al Kindle y lo leíamos los dos. Ella, por supuesto, me dijo que sí; pero después el libro le pareció muy difícil y poco interesante así que lo dejó. El equívoco mío fue suponer que a ella le interesaría leer ese libro, y el del colegio que era un libro para una niña de su edad. No lo es. Tanto no lo es que me resultó interesante a mí, que he leído un poco más que ella sobre la Segunda Guerra Mundial.
Lo interesante de The Blitz, más allá de que es un libro sencillo para lectores jóvenes - la colección dice “Usborne True Stories brings tales of adventure, heroism and mystery to modern, young readers” -  es que te cuenta ese momento tan importante de la Segunda Guerra Mundial desde distintas ópticas individuales.
El Blitz fue la campaña de bombardeos aéreos de Alemania a Gran Bretaña, que duró del 7 de septiembre de 1940 hasta el 16 de mayo de 1941. (Después de eso hubo algunos bombardeos hasta el “Little Blitz”, de febrero a abril de 1944, y luego los ataques con misiles V1 y V2 en junio de 1944.) Unas 40.000 personas murieron en el propio Blitz, y 60.000 en total (lo cual es claramente muchísimo, y al mismo tiempo casi nada en comparación con las bajas infligidas por los aliados a Alemania y Japón con sus campañas de bombardeos “estratégicos”.)
Más allá de un primer y último capítulo en el que se cuenta esa mirada más general del proceso, lo que agrega este libro es la historia construida desde abajo, desde historias individuales de actores de distinto tipo en este drama. El primer capítulo es sobre Ray Holmes, un piloto de caza inglés; el segundo sobre Bárbara Nixon, una bomb warden, encargada de que la gente fuera a los refugios; siguen los hermanos Beachem, dos chicos evacuados, como tantos otros, a casas de extraños lejos del peligro. Y siguen Alan Seymour, del equipo de ambulancias; un equipo anti-incendio que luchó infructuosamente para salvar la catedral de Coventry; Robert Davies, ingeniero a cargo de desactivar bombas no explotadas; el bombero Henry Burrow, el piloto de bombardero alemán Karl Brüning y otro piloto de caza inglés, Donald Beaumont.
En definitiva, y a pesar de los equívocos, es un libro que me dio nuevas perspectivas sobre un tema que ya conocía y que siempre me interesó.

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