El bueno de Jack Reacher estaba
tomando un café en Manhattan y de pronto queda involucrado en otro lío más. Una
esposa y una hija desaparecidas, una ex esposa muerta, un grupo de mercenarios,
una hermana en busca de justicia, una ex agente del FBI que años después no
puede dejar atrás un caso, un tipo demacrado y su santa hermana. Terminé The
Hard Way, de Lee Child, hace un par de semanas; no hice el apunte de lectura
rápido y ahora no tengo mucho para decir. Sé que lo leí rápido, que me
entretuvo. Que por momentos me molestó la inverosimilitud. Que se me hace cada
vez más difícil seguir con la saga. Y me dejé algunas notas.
1) De nuevo el caso le cae de
casualidad total. Inverosimilitud de base.
2) Muestra típica del ritmo del
lenguaje de Child: “He was addicted to risk. He always had been. No point in
denying it. It made him who he was”. / “Era un adicto al riesgo. Siempre lo había sido. No
tenía sentido negarlo. Lo convertía en lo que era" (p. 57).
3) Argentina presente; Reacher
husmea unos cajones: “There were phone books on them, and manuals for firearms,
and a one-volume history of Argentina, and a book called Glock: The New Wave in
Combat Handguns”. / “Adentro había agendas telefónicas, y manuales de armas de
fuego, y una historia de Argentina de un tomo, y un libro con el título Glock:
la nueva tendencia en armas cortas de combate” (p. 91).
4) Cada vez más, la serie es
cómica. Diálogo: “Is this what you did? In the FBI? In your brainstorming
sessions?” “Absolutely. Didn’t you?” “I was an MP. I was lucky to find anyone
with a brain to storm” / “¿Esto hacían? ¿En el FBI? En sus tormentas de ideas?”
“Totalmente. ¿Ustedes no?” “Yo era PM. Necesitaba suerte para encontrar a
alguien con ideas, pero a lo sumo una garúa” (p. 130).
5) Reacher describe Londres: “It
was like the oldest parts of downtown Manhattan lopped off at the fifth floor
and compressed in size and therefore heated up in speed but also somehow cooled
down in temper and made more polite. Reacher smiled.” / “Era como las partes más
viejas del downtown de Manhattan cortado a la altura del quinto piso y
comprimido y por lo tanto con más temperatura en velocidad pero también de
alguna manera más frío en carácter y hecho más amable. Reacher sonrió” (p. 262).
6) Una rareza: el libro no termina
con Reacher alejándose a pie, sino con un epílogo un año más tarde.
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