Leí Esta historia ya no está disponible, de
Pedro Mairal, a quien hemos leído con devoción, y si no toda su obra publicada
muy cerca de ello. Mairal es, en mi opinión, el mejor escritor de su generación
argentina (lo que probablemente signifique de mi generación); Esta historia ya no está disponible es
probablemente lo que menos me gustó de él, y así y todo es un libro que te da
mucho. (Mi podio de la obra de Mairal hasta aquí: en tercer lugar un libro
hermoso, sobre todo en su versión ilustrada en tapa dura, El gran surubí,
una novela en verso; segundo lugar para otro libro que despliega a Mairal como
un entrerriano por adopción, Salvatierra; y en
primer lugar la que es para mí la gran novela argentina de comienzos del siglo
XXI, El año del desierto, una novela
brillante y profunda sobre nuestra historia.
Volviendo a Esta historia…, como es un libro que
agrupa distintas colecciones de textos (desde los de El equilibrio, publicado hace muchos años por Garrincha, hasta textos post-pandémicos), es un
libro dispar y a veces repetitivo. En términos generales, se trata más de
textos de no ficción (aunque también hay algunos pequeños cuentos) en los que
Mairal mira al mundo, a las pequeñas situaciones propias y ajenas que
construyen al mundo, con su mirada personal y lo describe con el manejo de (y
la pregunta por) el idioma que le es propio. Lo dice muy bien Alejandro Zambra
en la contratapa: “Yo no diría que Marial vive para narrar: en algún momento,
después de absorber, de calar sin pausas ni prisas el presente, Mairal decide
narrar, y lo hace con tanta precisión, tan perfectamente adentrado en la
experiencia, que es difícil no creerle; no creerle todo, digo.”
(Lamentablemente, esto también es repetitivo: la editorial había usado el mismo
blurb en Breves amores eternos).
Además de su
mirada del mundo, hay una mirada del mundo literario y quizás también una
mirada sobre su propia obra, o el comienzo de algunas preguntas en torno a
ella. Nos dice: “Cada vez me da más miedo escribir. No hay manera de no
transparentarse. Se te ve el alma. Tratás de opacar algunos aspectos de tu vida
y no se puede. Lo que mostrás se vuelve invisible y lo que ocultás se ubica en
primer plano. Escribir es siempre un furcio, un lapsus.” (p. 226) No es una
despedida de la escritura, claro, pero también se ve en “Esta historia…” a un
Mairal que además de ser escritor es músico, que piensa a veces en términos
musicales. Quizás uno de los textos nuevos que más disfruté, de hecho, es uno
en el que habla de cómo escribió una canción, “Soroche y Guayabo”. (Allí hay,
además, una bella descripción de la mirada de Pedro como escritor, de esa
herramienta que tiene para escribir, el ojo para mirar: “La vida de los otros
se despliega como una novela alucinante” (p. 153).
El Mairal músico
imagina que “El ruido del infierno son simplemente dos armonías alienadas que
suenan en paralelo” (p. 164); el Mairal escritor sigue escribiendo con empatía
y curiosidad la música ambivalente de este mundo.
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