viernes, 30 de junio de 2023

Desesperar

 


Leí Desperate Characters, de Paula Fox, novela de 1970 de la que nunca había escuchado hablar. Y está mal eso, porque es una gran novela, me parece.

Desperate Characters sigue a una pareja, Sophie y Otto Bentwood, durante más o menos un fin de semana. La sigue más a ella que a él, en una especie de tercera primera persona, pero el punto central es la pareja, son ellos dos, una pareja de 40 y cortos que decidió no tener hijos y que se encuentra en un momento curioso de la vida. Ella está volviendo de un romance del que él parece no haberse enterado (pero no es obvio), él está justo en el momento en que se está separando de su socio de años o décadas. Y en estos tres o cuatro días en que los vemos les pasan cosas: a ella la muerde un gato de la calle y temen que haya contraído rabia, un hombre negro entra a su casa, descubren que alguien vandalizó su casa de fin de semana, y todo esto sobre el telón de fondo de la Nueva York dura y en flujo social de fines de los sesenta, como en lucha permanente por los espacios entre sectores sociales, y con Vietnam ahí detrás.

El tema de la paternidad -o falta de- está muy presente en el libro. ¿A dónde va una pareja que no tiene hijos? ¿Cómo se pasa a la adultez y la vejez incluso sin hijos? ¿Es la desesperanza causa de la falta de hijos o es acaso solo una forma diferente de la desesperanza?

El primer día van a una fiesta en lo de unos amigos y se encuentran con amigos del hijo de la casa. Otto, a quien poco antes Sophie acusa de apenas estar en el siglo correcto, lo que él acepta, comenta sobre la generación más joven: “‘Eligieron seguir siendo niños’, dijo como adormecido, ‘sin saber que nadie tiene esa opción’. ¿Qué era un niño? ¿Y cómo podría saberlo ella? ¿Dónde estaba la niña que había sido? ¿Quién podía decirle cómo había sido ella de niña?” (p. 30). La falta de maternidad / paternidad y el hecho de estar envejeciendo igual, dejando de ser niños, jóvenes. “Ya no podía comer y beber como lo hacía antes. Inexorablemente terminaba siendo invadida por elementos que eran al mismo tiempo desagradables e irrisorios. Sólo hacía muy poco tiempo se había dado cuenta de que una es vieja por mucho tiempo.” (p. 48).

Mientras los seguimos durante el fin de semana, los Bentwood se nos presentan por momentos como perfectamente íntimos y en otros momentos totalmente ajenos. “Habían estado casados quince años. ¿Qué sabía ella de los pensamientos de él?” (p. 148) Y así como no quieren ver la fealdad de la ciudad que los rodea –“‘Ojalá hubiera otra manera de ir a Flynders’, murmuró Sophie. ‘Leéme’, pidió Otto. ‘Ya salimos de esto.’ ‘Es tan desesperanzadoramente feo.’ ‘No lo miros’, dijo él rápido.” (p. 119)–, tampoco parecen querer ver demasiado hacia adentro, de cada uno o de la pareja. Y a pesar de todo lo que falta, de lo que no está bien, parecen seguir eligiéndose, así como pueden, por desesperación o por desesperanza. Como dice Otto: “Yo estaría mejor si fuera un poco más como mi padre. El basó su vida en el supuesto de que nada resultaría de nada. Y la esperanza irrumpía en él de la misma manera que la decepción irrumpe en la vida de otros. Odiaba la esperanza. Lo desarmaba. Supón lo peor, hijo mío, y nunca te decepcionarás…” (p. 122)

 

Originales de las citas usadas

“‘Charlie’s right’, she said. ‘You’re barely in the right century.’ ‘That’s true’.” (p. 11).

“‘They’ve chosen to remain children’, he said sleepily, ‘not knowing that nobody has that option.’ What was a child? And how would she know? Where was the child she had been? Who could tell her what she had been like? She had one photograph of herself at four, sitting in a wicker rocker, a child’s chair, her legs straight out, in white cotton panties, wearing someone’s Panama hat that was too big for her.” (p. 30).

“She could not eat and drink the way she once had. Inexorably, she was being invaded by elements that were both gross and risible. She had only recently realized that one was old for a long time.” (p. 48).

“They had been married for fifteen years. What did she know of what he thought?” (p. 148)

“‘I wish there was another way to go to Flynders’, Sophie murmured. ‘Read to me’, urged Otto. ‘We’ll be out of this soon.’ ‘It’s so hopelessly ugly.’ ‘Don’t look at it’, he said quickly.” (p. 119)

“I’d be better off if I were more like my father. He based his life on the assumption that nothing would come of anything. And hope broke in upon him the way disappointment breaks in on other people’s lives. He hated hope.It unmanned him. Assume the worst, my son, and you’ll never be disappointed….” (p. 122).

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