Say no more

Como casi todos sabrán, Página/12 publicó ayer en su contratapa una columna en la que Fito Páez expresaba el asco que le produce la mitad de Buenos Aires que votó por Mauricio Macri. El dato positivo es que, a diferencia de Filmus y Aníbal, Páez parece haber reconocido que ganó Macri; más aún, habla de una “aplastante mayoría macrista”. Lamentablemente, todo lo demás es negativo.

Para Fito, el macrista es un votante que se siente “molesto ante cualquier idea ligada a los derechos humanos”; que “le gusta tener el bolsillo lleno” sin importar a costa de qué; es, en suma, un votante que “quiere un gobierno de derechas” (porque Fito es progresista de España, donde se dicen “derechas” e “izquierdas”, en plural). ¿Quién es esta gente que votó a Macri? “Gente con ideas para pocos. Gente egoísta. Gente sin swing.” Y por todo esto: a Páez le “Da asco la mitad de Buenos Aires”, y tiene una “decepción profunda ante la necedad general de una ciudad que supo ser modelo de casa y vanguardia en el mundo entero”.

Un observador un poco más agudo de la realidad, Tomás Abraham, había dicho en Perfil un día antes: “He percibido en quienes quieren a toda costa desbancar a Macri, entre mis amigos progres, los bien pensantes, los que se espantan ante la palabra neoliberalismo, la gente políticamente correcta de la cultura porteña, etc.: lo que más les disgusta no es que sea de derecha, sino que sea rico.”

Prejuicio, intolerancia y discriminación puros. Y me hablan de derechos humanos. Say no more.