lunes, 5 de marzo de 2012

Lectura perturbadora

Terminé de leer El núcleo del disturbio, una colección de cuentos de la muy recomendada Samanta Schweblin. Aunque tiene cosas muy buenas, no me gustó mucho. La mayoría de los cuentos son extraños: suceden en mundos raros, o los personajes (y el lector) se encuentran perdidos, puestos en lugares distintos con reglas diferentes, desubicados en tiempo y espacio. Por otro lado, los personajes masculinos matan perros, abandonan o matan a sus esposas, violan. No hay lugar para la vida burguesa, salvo en un cuento, en donde el lugar es el sarcasmo: comienza describiendo una familia de aparente perfecta armonía, en un vecindario de paz, en una ciudad de orden y felicidad, hasta que termina en una batahola infernal.

Lo que sí me gusto es que logra, por momentos, transmitir imágenes muy vívidas. Al segundo o tercer cuento noté que algo se repetía: un excelente uso de la luz. Schweblin construía imágenes usando luces que se movían para iluminar algo y oscurecer otra cosa. Me llamó mucho la atención y sentí que entendía todo cuando leí en la contratapa que la autora es egresada de la carrera de Imagen y Sonido. Algunos ejemplos de los cinco primeros cuentos:

  • “La noche cubre el cielo y a lo lejos, sobre la línea negra en la que se pierden los rieles de la estación, una luz amarilla anuncia próximo el último tren de la tarde.” (“Hacia la alegre civilización de la Capital”)
  • “Nené mueve el volante sin control y por un momento los faros del coche iluminan el campo. Pero lo que se ve entonces no es justamente el campo: la luz del auto se pierde en la inmensidad de la noche pero alcanza para diferenciar en la oscuridad la masa descomunal de centenares y centenares de mujeres...” (“Matar un perro”)
  • “...e intuirán las figuras que, al paso de Escudero, dibujarán los candelabros con sus sombras en los pasillos transitados.” (“Mujeres desesperadas”)
  • “Las luces destellan un par de veces, señal de que todo va a terminar.” (Adaliana”)
  • “La inmovilidad resaltaba los mínimos cambios: una luz que se apaga, una rata que cruza la calle de lado a lado, peces en el agua.” (“La pegajosa baba de un sueño de la revolución”)

1 comentario:

  1. Si!! Increíble como lo logra, inclusive en su libro Pájaros en la boca, parece que nos esta "mostrando" las cosas en vez de decirlas con palabras. Eso es lo que más me cautivó de sus escritos! Yo acá sigo intentando... saludos

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