El otro día vi este cartel arriba de una verdulería en Palermo, en la esquina de Charcas y Uriarte.
Cartel de Pablo Bruera, intendente de La Plata, en pleno Palermo.
Según @eltutatorres, a Bruera se le habría roto el GPS.
El cartel y su ubicación son toda una muestra del momento político. Nótese primero la estética: casi todo el cartel se concentra en el candidato (cerca de dos tercios en su cara y casi todo el tercio restante en su nombre), y el partido ha desaparecido. No es extraño el espacio que ocupa el candidato; en un viejo paper de 1992 (“La metamorfosis de la representación”), Bernard Manin decía que la comunicación política se centraría cada vez más en el candidato y menos en el partido. Lo que sí es extraño es que el partido haya desaparecido por completo.
Tenemos que pasar entonces a la política, donde hay otro gran interrogante: además del partido que lo presentaría, no sabemos a qué cargo aspira Bruera en 2011. Sabiendo lo que sabemos de Pablo Bruera (que es intendente de La Plata, que es de filiación justicialista, que en 2007 fue con una lista asociada al Frente para la Victoria pero que estaría distanciado de Alak), ¿qué comunica el cartel? Comunica la confusión de no saber con qué partido irá ni a qué cargo: intendente de La Plata, gobernador de la Provincia de Buenos Aires, diputado nacional.
Ahora, si ni siquiera sabe en qué distrito participará, haciendo publicidad en la Ciudad de Buenos Aires, la confusión ya es mayúscula. En más o en menos, eso es lo que parece dominar hoy en la oposición: la confusión. ¿Una gran alianza, dos polos opositores o cada uno por las suyas? Todavía queda tiempo, porque faltan más de seis meses para las elecciones, pero el reloj es implacable.
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