Ese es el nivel de pobreza según el Indec. El dato tiene tan poca credibilidad que hasta los diarios oficialistas lo ponen chiquito en sus portadas. De la falta de credibilidad de las estadísticas hemos hablado bastante ya, pero hay que seguir, hay que insistir, no sea cosa que nos terminemos acostumbrando. En “Mucho más que folclore” decía que detrás de la manipulación de las estadísticas “hay algo peor que la inflación y la mentira: hay un desprecio por la república y un avance frente a los derechos individuales.” Bueno, quizás con la cuestión de la pobreza es peor aún, porque algo que no se mide bien no se puede cambiar. Decir que hay 8,3% de pobres es decirle al alrededor de 10% restante de pobres que no nos importa. Que no es una prioridad pública sacarlos de la pobreza.
En un documento que hicimos en la FundaciónPensar hicimos una comparación de largo plazo de pobreza en Argentina, Brasil y Chile basándonos en datos de la gente del CEDLAS. Nuestra conclusión: “entre 1992 y 2010, la cantidad de pobres en Brasil se redujo de 83,7 a 53,3 millones de personas (una reducción de 36%); en Chile los pobres pasaron de 4,7 a 2,0 millones (una reducción de 57%); en Argentina aumentó la cantidad de pobres de 5,3 a 6,7 millones de personas (un aumento de 25%).” Si no medimos bien no podemos operar.
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