Caminando por mi pacífico barrio suburbano, algo me llamó la atención, algo estaba mal con un auto.
"Estacionaste mal. Estás ocupando la cochera." Así reza el cartel que un vecino enojado dejó en un limpiaparabrisas doblado, roto, seguramente por el mismo vecino enojado. ¿Qué pasó después? No lo sé. Pero quizás el dueño del auto se enojó y le rompió una ventana a la casa. Podría ser. Son cosas que pueden pasar cuando se intenta hacer justicia por mano propia, que es algo que se suele hacer cuando el Estado no está para cumplir la ley ("Todo trabado", "¿Cuántas veces violaste la ley hoy?") o cuando son los mismos encargados de velar por ella quienes la incumplen: Ejemplos. Quizás la rotura del limpiaparabrisas quedó ahí, pero puede haber generado un ciclo de violencia. Para impedir eso está el Estado, la violencia institucionalizada: por eso la política es la economía de la violencia.
No es ilegal pintar el cordon de amarillo? De hecho pinto sobre la vereda en el pasto.
ResponderEliminarSi los controles (léase multas) funcionaran como es debido estas situaciones no serían habituales. No hay caso viejo, somos hijos del rigor. Un abrazo kirchnerista.
ResponderEliminarPor la ciudad 1 mas: gracias. Supongo que sí, aunque no me consta que haya sido el vecino/a quien pintó el cordón.
ResponderEliminarGustavo: gracias y sí, es exactamente el punto; preferiría que haya estado, sanciones y ley.