jueves, 17 de noviembre de 2011

Un comienzo

Ayer se anunció un paso más en un sendero que podría llevar a la racionalidad en la provisión de los servicios de energía y agua en Argentina. Como decía acá, cuánto avanzará el gobierno en este camino es aún incierto.


En concreto, la buena noticia es que un montón de personas que estaban recibiendo un subsidio que no deberían recibir dejarán de hacerlo. La mala noticia es que aún falta mucho. Mucha más gente y mucho más aumento: porque lo que cambia con lo anunciado no es cuánto se pagará en total a quienes producen y distribuyen agua y energía, sino sólo la proporción que corresponde a los usuarios y la que corresponde a los contribuyentes. Y lo que se paga hoy por los servicios no cubre el costo de operación más los costos de ampliaciones de los sistemas.

Claramente, acá pensamos que es el camino correcto: hicimos referencia a la insostenibilidad e iniquidad de los subsidios en "Sos un garca, sabelo" y en "Dios atiende en Buenos Aires". Probablemente, entonces, se deberá seguir avanzando de a poquito en este camino de malas noticias. (Eso sí, parece que leyeron muy poco a Maquiavelo, quien recomendaba dar las malas noticias de un saque y las buenas de a poquito.)

2 comentarios:

  1. Discrepo, la mala noticia es que si bien esto no es un aumento de tarifas, es un aumento de lo que privados pagarán por los servicios. Desencadenará esto inflación? será compensado con un aumento en el superavit del sector público? la presión sobre márgenes de la economía, obligará a empresarios a reclamar una devaluación?
    Who knows?

    @ivordonez

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  2. Gracias, Ivo.
    El impacto inflacionario de lo anunciado debería ser limitado por los sectores y porque marginalmente está secando el mercado; tiene el carácter de un impuesto y ceteris paribus reduce el déficit fiscal y la emisión. Lo veo más contractivo que inflacionario. Sí va a reducir los márgenes empresarios en esos sectores.
    Bah, digo, sin ser economista, ¿no?

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