jueves, 1 de diciembre de 2011

El divorcio

Hace poco leí "Vivir afuera", maravillosa novela de Rodolfo Fogwill sobre los noventa y el conurbano y muchas cosas más. Transcribo cinco párrafos en los que Guillermo Wolff, uno de los personajes, reflexiona sobre el divorcio:

"Mirándose al espejo, rato después, vestido, confirmó esa impresión que llamaba para sí "cara de divorciado": hacía años que los divorciados le representaban una posición tan despreciable como la de las cuarentonas que programan salidas al cine para la noche de los sábados, los secretarios de tribunales que nunca terminan de ascender y esa nueva promoción de contadores que estaba floreciendo al amparo de la política tributaria del ministro. 

Un divorciado es un cuerpo errante, hecho de restos de algo que fracasó. Habría que prohibir el divorcio. El divorcio es una institución errónea, diseñada para facilitar la recurrencia en el matrimonio de alguien que ya probó que no sirve para eso. Es decir: que no sirve para nada. Un verdadero hombre debe tener su economía bien organizada para comprar una mujer de modo que, bajo ninguna circunstancia, puedan llegar a confundirlo con un divorciado.

En cambio - pensó - las divorciadas parecen ganar algo con el divorcio. Tal vez porque las divorciadas que perdieron nunca están al alcance de la vista: están llorando histéricas en sus habitaciones, prostituyéndose en el barrio para mitigar en un solo acto la soledad y la miseria o padecen, neuróticas, sirviendo de secretarias con fibromas y várices y apestando con su malhumor el espíritu de las organizaciones que las contratan porque son más baratas y más serviles que las aspirantes de buena presencia.

Las divorciadas a la vista, las que circulan, son un rango superior: un estado intermedio entre las mujeres y los seres humanos. Un buen divorcio, bien dotado y con la sombra de un ex marido que fracasó y paga por ello, provoca como un estiramiento del cuerpo de la mujer. 

Ves a una mujer que de repente parece más alta, su voz se torna un poco más grave y mucho más sonora, embellece, no plancha más, no espera y seguro que es una que acaba de divorciarse de un tarado dispuesto a pagar".

2 comentarios:

  1. Una genialidad! Todavía no puedo creer que lo "descubrí" tan tarde! A mi me gusta cuando se inspira(ba) con los dialogos. En los Pichiciegos, los dialogos me hicieron descostillar de la risa! MK

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  2. Los Pichiciegos es una obra increíble. La leí en pocas horas, de corrido.

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