¿Qué extraño resulta, no? Lamentablemente, Argentina vivió momentos en que mucha gente creía que valía la pena morir por ideas políticas. Hoy, una inscripción como ésta suena extraña y hasta mentirosa: porque realmente nos cuesta creer que haya quien sostenga desde la salud mental una consigna como esa. Pero es importante recordar que hubo gente dispuesta a matar y morir por ideas políticas, y agradecer que no vivimos en un tiempo así.
Fer, no será que estamos en un momento mas peligroso que aquella época a la que haces mensión? Me refiero a que lamentablemente creo que estamos en una época mucho mas egoísta de la política, en donde quienes quieren defender sus ideas (o su posición y los beneficios que ella tiene), si están dispuestos a matar (madonna Quiroz apañado desde arriba, la banda de golpeadores de Delia que fueron a la plaza de mayo la noche del cacerolazo también apañados desde arriba, los rompecolumnas de Moreno, y tantos otros que ni nos enteraremos), aunque dudo mucho que estén dispuestos a morir.
ResponderEliminarDesde la revolución Francesa (con esta y su guillotina obviamente incluidas) esto es una constante: al enemigo no se lo derrota, se lo aniquila.
ResponderEliminarSaludos
Gracias, muchachos.
ResponderEliminarPablo: no, no creo que sea peor. Hoy no nos matamos, y eso está bueno. Por eso no estoy de acuerdo tampoco con lo que dice Carlos. Creo que el gran logro de la democracia es que como norma logra convertir a enemigos en adversarios, logrando economizar la violencia.
Abrazos y gracias!