Acabo de leer un
clásico de la novela negra, la novela Double
Indemnity, de James M. Cain. Novela de crimen más que policial, tiene muchos
ticks de la novela negra que tanto me
gusta en Chandler o Hammett. La novela negra está siempre situada en una
ciudad, la ciudad es siempre fuente de peligro, crimen y pecado; no hay
personajes claramente morales, pero al final el mal no triunfa: el detective se
ocupa, generalmente, de volver a poner orden en el mundo, aunque el orden será
roto poco tiempo después, aunque sabemos que nunca habrá un equilibrio estable. En
la novela negra la mujer es muchas veces la fuente del problema. Por maldad o
por estupidez, o por estupidez fingida que en realidad es maldad, muchas veces
las mujeres son el origen del mal. En Double
Indemnity es casi doblemente así.
El personaje
principal es un vendedor de seguros llamado Walter Huff. (La industria del
seguro “Es la ruleta más grande del mundo. No parece, pero lo es, desde la
manera en que calculan el porcentaje del 00 a la mirada en sus caras cuando te pagan
tus fichas. Vos apostás que tu casa se va a prender fuego, ellos apuestan a que
no, eso es todo." (p. 23) Como en la escena de la película Casino en la que el personaje de De Niro
increpa a un asistente porque una maquinita da dos jackpots seguidos, un hombre
de seguros le dice a otro: "Escuche, Sr. Norton. Cuando un hombre toma una
póliza de seguros, una póliza de seguros que vale $50.000 si muere en un
accidente de tren, y después tres meses más tarde de hecho muere en un accidente de tren eso no es posta. No puede ser." (p. 60)
Walter entra en el
mal camino cuando enloquece por una mujer. La primera vez que la ve nos dice
claramente por qué: “Debajo de esos pijamas azules había una figura para volver
loco a un hombre." (p. 6) Walter enloquece por Phillys, termina haciendo
lo que ella quiere y al hacerlo está perdido. “Entonces empecé a pensar. Trataba
de no hacerlo, pero me arrastraba a ello. Supe entonces qué había hecho. (...)
Me había puesto en su poder, así que había una persona en el mundo que podía
apuntarme con el dedo, y yo tendría que morir. Había hecho todo eso para ella,
y no quería verla nunca más mientras viviera.” (p. 54) Después de eso: "La
amaba como un conejo ama a una serpiente de cascabel. Esa noche hice algo que
no había hecho en años. Recé." (p.70)
Una mujer,
Phyllis, lleva a Walter por el mal camino, y una segunda mujer, Lola, lo lleva a
la ruina. Es por amor a ella que Walter termina volviendo a poner orden en el
mundo. "Quizás no lo expliqué bien, lo que sentía por esta chica Lola. No
era nada parecido a lo que había sentido por Phyllis. Aquello era un tipo de
excitación malsana que me dominaba apenas la veía. Esto no era nada como
aquello. Era sólo una dulce paz que me dominaba apenas estaba con ella." (p.
86)
Por culpa de la
primera Walter peca, y por culpa de la segunda paga. Walter nos dice que es
porque “Una mujer es un animal gracioso” (p. 44), o por lo que es "la
naturaleza de una mujer". (p. 81) No da vuelta la mirada para preguntarse por
qué el varón entra en el juego, prefiriendo decir que es culpa de ellas.
Citas usadas
“It’s the biggest gambling wheel in the world. It don’t look like it, but it is, from the way they figure the percentage on the 00 to the look on their face when they cash your chips. You bet that your house will burn down, they bet it won’t, that’s all.” (p. 23)
“’Listen, Mr. Norton. When a man takes out an insurance poliy, an insurance policy that’s worth $50,000 if he’s killed in a railroad accident, and then three months later he is killed in a railroad accident it’s not on the up-and-up. It can’t be.”(p. 60)
“Under those blue pajamas was a shape to set a man
nuts”. (p. 6)
“Then I started to think. I tried not to, but it would creep on me. I knew then what I had done. I had killed a man. I had killed a man to get a woman. I had put myself in her power, so there was one person in the world that could point a finger at me, and I would have to die. I had done all that for her, and I never wanted to see her again as long as I lived.” (p. 54)
“I hung up. I loved her like a rabbit loves a rattlesnake. That night I did something I hadn’t done in years. I prayed.” (p. 70)
“Maybe I haven’t explained it right, how I felt about
this girl Lola. It wasn’t anything like what I had felt for Phyllis. That was
some kind of unhealthy excitement that came over me just at the sight of her.
This wasn’t anything like that. It was just a sweet peace that came over me as
soon as I was with her”. (p. 86)
“A woman is a funny animal.” (p. 44)
“It was a funny sidelight on human nature, and especially
on a woman’s nature”. (p. 81)