lunes, 29 de enero de 2018

Memorias de un general



Después de leer lo que me dijeron es la mejor historia general de la Guerra de Secesión (The Battle Cry of Freedom de James McPherson), mi amigo @epinh me regaló las memorias del general (y más tarde presidente) Ulysses S. Grant, quien terminó como general en jefe de todos los ejércitos de la Unión en aquel enfrentamiento. Leer memorias puede ser complejo si uno no está tan interesado en el personaje, pero es un gran complemento a una historia general de un período: de verlo todo desde arriba, pasás a ver partes desde un actor, y entrás en detalles más individuales y concretos; cómo comían, cómo se casaban, qué hacían con los hijos (uno de menos de 15 acompañó a Grant en algunas campañas.)
Es interesante que lo que McPherson ve en su historia de arriba, que el resultado de la guerra fue contingente, que podría haber ocurrido otra cosa, también se ve a nivel individual en la vida de Grant. Mientras estudiaba en la escuela militar de West Point, Grant leía muchas novelas y soñaba no con una carrera militar sino con ser profesor “en alguna universidad respetable” (p. 16). De hecho, la primera oración del prefacio es: “‘El hombre propone y Dios dispone’. Solo muy pocos eventos en los asuntos de los hombres ocurren por su propia elección.” (p. xix) La otra cuestión que surge claramente de las memorias de Grant es el grado en que aquella fue una guerra política, con decisiones militares influidas por cuestiones como la cercanía o los resultados electorales.
Quizás lo más interesante es cuánta importancia le da Grant a las personalidades de los oficiales, mucho más que a cuestiones como, por ejemplo, la tecnología disponible. Una y otra vez vuelve a evaluar a los oficiales como líderes y para diversas funciones. De las memorias surge algo así como un estilo de mando o de management de Grant; su primer punto sería justamente empezar por comprender a las personas con las que uno interactúa. El segundo es algo así como la gestión por resultados. Eso surge de su muy admirado jefe, Abraham Lincoln. Cuenta Grant que en su primera reunión aquel le dijo que “Todo lo que quería o había querido era alguien [un jefe militar] que se hiciera responsable y actuara, y que le pidiera la asistencia que necesitara, comprometiéndose él a usar todo el poder del gobierno en proveer dicha asistencia.” (p. 370) De la misma forma, a su subordinado preferido, el general Sherman, le indica en unas órdenes escritas: “No me propongo fijar acá a usted un plan de campaña, sino fijar el trabajo que es deseable realizar y dejarlo libre para ejecutarlo en su propia manera.” (p. 376) Una tercer cuestión sería lo que surge de lo anterior: órdenes por escrito. Finalmente, la importancia de poner antes el deber a la ambición (que es casi como una manera de referirse al trabajo en equipo.) En esa línea, hay dos frases que van a diferenciar entre quien trabaja para alcanzar resultados y quien trabaja para alcanzar posiciones: “Todos tenemos nuestras supersticiones. Una de las mías es que en posiciones de gran responsabilidad, cada quien debería cumplir con su deber al máximo de sus capacidades allí donde haya sido asignado por una autoridad competente, sin el uso o aplicación de influencias para cambiar su posición.” (p. 242) Y: “Es de los hombres que son seleccionados, y no de aquellos que buscan, de quienes podemos siempre esperar el servicio más eficiente.” (p. 368)

Leer memorias no es siempre lo más divertido si uno no es especialista del tema o cercano al personaje, pero el cambio de escala, de una historia general a una mirada individual, es casi siempre muy enriquecedor.

Originales de las citas usadas
Quería ser profesor “in some respectable college” (p. 16)
“‘Man proposes and God disposes’. There are but few important events in the affairs of men brought about by their own choice.” (p. xix)
"All he wanted or had ever wanted was some one who would take responsibility and act, and call on him for all the assistance needed, pledging himself to use all the power of the government in rendering such assistance.” (p. 370)
“I do not propose to lay down for you a plan of campaign, but simply lay down the work it is desirable to have done and leave you free yo execute it in your own way.” (p. 376)
“Every one has his superstitions. One of mine is that in positions of great responsibility every one should do his duty to the best of his ability where assigned by competent authority, without application or the use of influence to change his position.” (p. 242)
“It is men who wait to be selected, and not those who seek, from whom we may always expect the most efficient service.” (p. 368)