sábado, 14 de febrero de 2015

Colgando

Saul Bellow, Dangling Man, Penguin 2006 (1944)

Dangling Man, de Saul Bellow, es una novela en forma de diario. En los comienzos de la Segunda Guerra Mundial, Joseph deja su trabajo para entrar al ejército, pero su ingreso se atrasa y queda colgado, esperando, sin nada que hacer más que reflexionar sobre su lugar en el mundo, sobre la libertad individual. "No hay nada que hacer más que esperar, colgando, y desanimarse más y más." (p. 4)
La reflexión pasa por contraponer el Joseph anterior con el actual. Hasta hacía poco tiempo, Joseph tenía un plan, pero eso resulta cada vez más extraño en el contexto de la guerra: "Hay muchas personas, cientos de miles, que han debido entregar cualquier idea de futuro. Ya no hay ningún futuro personal." (p. 44) La sociedad en la que vivimos nos dice al mismo tiempo que somos todos valiosos y busca convertirnos en una pieza de un sistema. "Se aplica gran presión para que no nos valoremos a nosotros mismos. Por otro lado, la civilización enseña que cada uno de nosotros es un premio inestimable." (p. 86) Al final del día, nuestros planes e idealizaciones "nos pueden consumir como parásitos, comernos, tomarnos, y dejarnos prostrados sin vida. Y sin embargo siempre volvemos a invitar al parásito". (p. 62)
En su tiempo colgado, Joseph no logró hacer uso de su libertad. Encerrado en su cuarto, su carácter cambia, entra en conflictos y peleas: "Me siento como una granada humana a la que se le ha sacado el seguro. Sé que voy a explotar y estoy permanentemente anticipando el momento." (p. 109) "Si fuera menos terco debería confesar mi fracaso y decir que no sé qué hacer con mi libertad." (p. 111) Entre la libertad y la regimentación, gana la segunda. "Tenemos miedo de gobernarnos a nosotros mismos. (...) Y pronto corremos, elegimos un amo, nos echamos sobre nuestras espaldas y pedimos la correa." (p. 125)
Con un estilo casi siempre sencillo y metódico, Bellow nos lleva al medio de una conciencia. Como en otras novelas con formato de diario (pienso en La Novela Luminosa de Levrero), en el libro no pasa casi nada en términos de acción: está todo en la cabeza de ese personaje que se piensa a sí mismo, que vuelve sobre sus propios pliegues. Sobre esa base de lenguaje directo y sencillo, sin embargo, aparecen destellos poéticos que revelan, según dice Coetzee en la introducción que tengo en mi edición, que Joseph no es otra cosa que un escritor: una de esas personas que están siempre incómodas, que intentan sin éxito acomodarse con palabras, pero que quedan siempre, de alguna manera, colgando.

Originales de las citas usadas
"There is nothing to do but wait, or dangle, and grow more and more dispirited." (p. 4)
"There are many people, hundreds of thousands, who have had to give up all thought of future. There is no personal future any more." (p. 44)
"Great pressure is brought to bear to make us undervalue ourselves. On the other hand, civilization teaches that each of us is an inestimable prize." 86
[Our plans and idealizations] "can consume us like parasites, eat us, drink us, and leave us lifelessly prostrate. And yet we are always inviting the parasite". (p. 62)
"I feel I am a sort of human grenade whose pin has been withdrawn. I know I'm going to explode and I am continually anticipating the time". (p. 109)
"If I were a little less obstinate I would confess failure and say that I do not know what to do with my freedom." (p. 111)
"We are afraid to govern ourselves. Of course. It is so hard. We soon want to give up our freedom. (...) we hate it. And soon we run out, we choose a master, roll over on our backs and ask for the leash." (p. 125)
"I am no longer to be held accountable for myself; I am grateful for that. I am in other hands, relieved of self-determination, freedom canceled." (p. 143)

lunes, 9 de febrero de 2015

Conectar los puntos

E. L. Doctorow, The Book of Daniel.
Random House, 2007 (1971).

Los padres de Daniel y Susan, miembros del partido comunista de EE.UU. en los años 50, son acusados y condenados por espionaje y ejecutados en la silla eléctrica. Veinte años después, internada en un psiquiátrico tras un intento de suicidio, Susan le dice a su hermano: "Todavía nos están cogiendo" (p. 9) Encerrado en la biblioteca de la Universidad de Columbia, Daniel escribe, en vez de su tesis de doctorado, The Book of Daniel, la novela que intenta conectar los puntos de una historia traumática y, a la vez, tratar de desentrañar quién se los cogió, si la izquierda, la derecha, la Justicia, sus propios padres o todos, porque de lo que no hay duda es que "Esta es una historia de una cogida, ¿ok?" (p. 23)
El padre comunista que describe E. L. Doctorow tenía todo conectado por su ideología. "Juntaba todas las injusticias históricas y me mostraba cómo todo lo que había pasado era inevitable según el análisis marxiano." (p. 35) La novela de Daniel es una manera de conectar los puntos de su propia vida, pero no siguiendo la objetividad de las grandes estructuras sociales sino la subjetividad de una vida signada por acontecimientos terribles; una vida de la que ni él mismo puede explicar el sentido: "me enfurece que cualquiera, y sobre todo mi hermana menor, pueda haber caracterizado a mis acciones, pueda haber encontrado en lo que yo estaba haciendo y la manera en la que estaba actuando suficiente consistencia, un patrón suficiente, como para hacer un juicio moral con confianza." (p. 208)
Es "la novela como una secuencia de análisis" (p. 281), al mismo tiempo una necesidad y una monstruosidad: ¿por qué revivirlo todo? ¿Por qué no intentar, como dice el padre adoptivo, dejar de llorar "por una condición de sus vidas que es irrevocable."? "Por favor dejanos vivir con la misma normalidad e imperfección con la que vive la gente." (p. 75) Lo que es monstruoso es la secuencia. (...) El lector monstruoso va de una palabra a la siguiente. El escritor monstruoso pone una palabra después de otra. El mago monstruoso." (p. 246)
Doctorow escribe esta gran novela principalmente en la primera persona de Daniel y otras veces usando una tercera muy cercana al narrador. Pero también, y sin aviso, aparecen retazos de textos de tono casi académico sobre cuestiones relacionadas con la temática (desde la historia de Guerra Fría hasta métodos de ejecución de prisioneros) y también, sin avisar, las voces del padre, la madre y una abuela. La atención al detalle (qué comió el padre el día antes de ser arrestado, cómo estaba vestida la madre el día que la detienen a ella, etc.) y las imágenes son fuertes, nítidas, incluyendo la descripción de la ejecución, entregada casi como una pelea con el lector: "Supongo que pensás que no puedo hacer la electrocución. Sé que hay un vos. Siempre hubo un vos. VOS: a vos te voy a mostrar que puedo hacer la electrocución." (p. 296)
Alrededor de la novela, de una historia de personas, se pinta un cuadro de los Estados Unidos de los años 50 y 60, de la Guerra Fría a la de Vietnam, los comienzos del movimiento estudiantil, etc. Hay, además, una crítica al comunismo ("Los comunistas no respetan a las personas, sólo a las posiciones." p. 203) pero un poco más ampliamente a toda la militancia, a toda jactancia de poder cambiar el mundo: "Nunca podría haber apreciado lo oscuros que éramos. (...) Yo pensaba que éramos re importantes. Yo pensaba que éramos personas importantes. Yo pensaba que el mundo realmente giraba alrededor de mi familia. Teníamos esta cosa de entenderlo todo." (p. 93) Sobre el grupo de militancia de los padres dice que "Juntos como una bandada de pájaros de gargantas blandas eran hermosos los unos para los otros." (p. 95) También es impagable una sección de unas cinco páginas sobre Disneyland, un parque que está en Annaheim, "una ciudad que está por ahí entre Buchenwald y Belsen" (p. 285) y que se especializa, como todo totalitarismo, "en el manejo de las masas" (p. 289)
The Book of Daniel es una gran novela americana.
  
Originales de las citas utilizadas
"'They're still fucking with us,' she said." (p. 9)
"This the story of a fucking, right?" (p. 23)
"Putting together all the historic injustices and showing me the pattern and how everything that had happened was inevitable according to Marxian analysis." (p. 35)
"it enrages me that anyone, let alone my kid sister, could have characterized my actions, could have found in what I was doing and the way I was acting enough consistency, enough of a pattern, to make a confident moral judgment." (p. 208)
"the novel as a sequence of analyses." (p. 281)
"You're crying about a condition of their lives that is irrevocable. Please allow us to live as normally and as imperfectly as all people live." (p. 75)
"What is most monstrous is sequence. (...) The monstrous reader who goes on from one word to the next. The monstrous writer who places one word after another. The monstrous magician." (p. 246)
"I suppose you think I can't do the electrocution. I know there is a you. There has always been a you. YOU: I will show you that I can do the electrocution." (p. 296)
"Communists have no respect for people, only for positions." 203
"I could never have appreciated how obscure we were. (...) I thought we were big time. I thought we were important people. I thought the world really revolved around my family. We had this way of understanding everything." (p. 93) 
"Together like a flock of soft-throated birds they were beautiful to one another". (p. 95)
"Annaheim, a town somewhere between Buchenwald and Belsen". (p. 285)
"One cannot tour Disneyland today without noticing its real achievement, which is the handling of crowds." (p. 289)