lunes, 20 de septiembre de 2021

Un mundo


Leí mal Atlas que, en su versión original, era un libro compuesto por textos breves e imágenes varias de viajes y lugares en el mundo de Borges, un mundo en parte real y en parte literario. Leer algunos textos sin las imágenes parece un error, pero así viene en las Obras Completas y ni se me ocurrió comprar una versión original. Sí se me ocurrió, después de escribir esa última oración, consultarlo en la biblioteca y debo decir que las fotos no mejoran demasiado la experiencia. Salvo, quizás, por la foto de un Borges bien entrado en años con el terror y la felicidad infantil por estar, finalmente, con un tigre real, de carne y hueso, y no un mero arquetipo. Y la foto de Borges en Ginebra, quizás la más bella y significativa de las incluidas en este libro publicado en colaboración con María Kodama.


En los temas tratados, el de los arquetipos viene una y otra vez (del mar, de un tigre, de una brioche); también aparecen otros tópicos típicos: duelos a cuchillos, sueños y pesadillas, el tiempo, laberintos. Visitamos Roma, Canadá, Irlanda, Inglaterra, Estambul, Venecia, Buenos Aires, claro, Alemania, Madrid, Egipto y California, donde hay un viaje en globo. Y tenemos, por supuesto, grandes momentos borgeanos:

·       “No hay un solo hombre que no sea un descubridor.” (p. 439, Prólogo).

·       “crepúsculo dudoso” (p. 442).

·       “Le fue dado el lenguaje, esa mentira” (p. 447).

·       “Toda palabra presupone una experiencia compartida” (p. 453).

·       “En la memoria todo es grato, hasta la desventura.” (p. 457).

·       “el eventual artista es un hombre que bruscamente ve” (p. 460).

·       “todas las cosas del mundo me llevan a una cita o a un libro.” (p. 472).

·       "todo lo que atañe al agua es poético y nunca deja de inquietarnos" (p. 479).