viernes, 11 de enero de 2019

Explosión de derechos


Archivos en la LBJ Library (Austin, Texas).

Leí Grand Expectations: The United States, 1945-1974, de James T. Patterson, acercándome al objetivo de completar la lectura de la Oxford History de EE.UU. La gran virtud del libro es cómo logra unificar una gran cantidad de temas, tendencias y cambios en una narrativa unificada, en un argumento central. (La contracara es que lo hace, a veces, exagerando en la repetición de dicho argumento central).
Ese argumento es más o menos el siguiente: EE.UU. sale de la Segunda Guerra Mundial como el país más importante del mundo y preparado para un crecimiento económico sin precedentes. Dicho crecimiento genera una mejora de las condiciones de vida también sin precedentes y, a su vez, un aumento cada vez mayor de las expectativas, que se ve reforzado por un optimismo cada vez mayor que produce una revolución de derechos; derechos que son sancionados legalmente y en los tribunales (sobre todo en lo que concierne a la cuestión racial). Las expectativas y los derechos son como un globo que se infla sin pausa desde 1945 hasta 1965-1968, momento a partir del cual explota con una reacción conservadora, generando una sociedad polarizada y con mayores niveles de violencia.
Lo que comienza con una sociedad unida por la guerra, confiada y en crecimiento (aunque obviamente con durísimas inequidades, de vuelta, sobre todo raciales), optimismo que hace pico en el plan de Lyndon Johnson de una “Gran Sociedad”, termina con una economía estancada y con alta inflación, con mayores niveles de violencia (asesinatos de Jack y Bobby Kennedy, Martin Luther King, etc.) y con la confianza destruida en lo que hace a su papel en el mundo (Vietnam) y en su dirigencia (Watergate). Así se termina, de alguna manera, el gran arco liberal (en el sentido americano de opuesto a conservador) inaugurado por Roosevelt: desde 1945 a 1969, sólo gobierna un presidente republicano (Eisenhower), y sólo 23% del tiempo, contra 77% del tiempo para Roosevelt, Truman, Kennedy y Johnson.
En el origen está un boom económico que “catapultó a millones de personas a los niveles de las clases medias propietarias, de alto consumo y mejor educadas.” (l. 1089) “La producción por empleado aumentó en un impresionante 3,3% por año entre 1947 y 1965, a comparación con niveles de entre 2 y 2,5% entre 1900 y 1940 (y de 1,4% entre 1973 y 1977)”. (l. 1101) Esto no es sólo cuantitativo sino cualitativo; es la centralidad del automóvil, la migración del campo a la ciudad y la suburbanización, el auge de la televisión y el consumo masivo. Es “Mad Men”, Cheever, Richard Yates. Esto despertó preocupación en la izquierda sobre un achatamiento cultural y de la derecha por “el aumento de la liberación sexual, la delincuencia juvenil y el cambio generacional.” (l. 5916)
Todo esto se daba con la Guerra Fría como contexto. Guerra Fría que se convirtió en caliente en Corea (1950-1953) y Vietnam, y que generó miedo real de una conflagración nuclear (sobre todo con las crisis de los misiles en 1962 y de Berlín). Un primer punto central en términos de relaciones exteriores es que de la Segunda Guerra salió un consenso: “la opinión pública viró decisivamente hacia la aceptación de un compromiso sustancial de los EE.UU. con el resto del mundo” (l. 1410). Más aún, había un compromiso más sustantivo - al menos hasta Nixon - respecto de ese compromiso: “Prevenir la propagación del comunismo” fue durante todo el período “la estrella guía de la política americana.” (l. 9997) Esa postura y la “teoría del efecto dominó”, es la principal explicación de Vietnam. Al menos desde Kennedy, todos los presidentes tenían claro que era imposible ganar y sin embargo tardaron años (y miles de vidas) en salirse, en gran parte por ese consenso compartido, expresado más sucintamente por la doctrina Truman. (Para la guerra de Vietnam hay que ver este documental.)
A pesar de la Guerra Fría, que tendía a llevar la política americana a la derecha, el rasgo principal de la época fue el creciente impulso del liberalismo (hasta 1965-1968). El desarrollo principal en este sentido fue el movimiento por los derechos civiles de los negros, tratando de concluir lo que la Guerra de Secesión y la “Reconstrucción” habían dejado trunco. El avance en este sentido fue impresionante; al mismo tiempo, sin embargo, fue insuficiente (en el sentido de que generó cada vez más reclamos sustantivos cada vez más difícil de satisfacer) y generó desde el comienzo una gran resistencia en el Sur (y eventualmente una gran reacción en todo el país en la medida que la protesta se tornó cada vez más violenta.) De esta época son la ley de derechos civiles de 1964 (“por lejos la ley más importante en la historia de las relaciones raciales en EE.UU.” - l. 9015) y la ley de derecho al sufragio de 1965. 
Esas dos leyes, más leyes de ayuda federal a la educación y de reforma inmigratoria, marcan el pico del liberalismo, guiado por la maestría legislativa de Lyndon Johnson y el empuje que le dio el asesinato de Kennedy. “A ningún otro presidente le importó tanto la política doméstica y los derechos civiles como a Johnson, y ninguno desde FDR en los años 30 había llegado ni cerca a conseguir tantas leyes, muchas de ellas esperadas por mucho tiempo por los partidarios de la reforma. Hacia mediados de 1965, sin embargo, había señales de que la marea estaba por bajar.” (l. 9750) 1968, con un aumento de la violencia (incluyendo los asesinatos de M. L. King y Bobby Kennedy), fue el punto de inflexión hacia la reacción, que llegó a su auge en 1972 con la elección de Nixon.
(No voy a defender a Nixon, pero es curioso que Patterson, que claramente no quiere a Nixon y lo hace responsable de la creciente polarización, no tiene más opción que marcar algunos de sus éxitos. Por ejemplo, que logró “legislación significativa” entre 1969 y 1972, incluyendo cambios que abren la puerta al “affirmative action” y la creación de la agencia ambiental (EPA). Y en cuestiones internacionales que logró finalmente salir de Vietnam, abrir relaciones con China y cierta pacificación con la Unión Soviética - detente). Sea como fuera, “La escalada de demandas de derechos después de 1965, y especialmente los disturbios urbanos (...) despertó una reacción significativa, la más vívida de muchas consecuencias que surgieron de la polarización de la era. Sobrevivió con creces a los 60.” (l. 11035) Patterson acusa a Nixon de inflamar “esas ansiedades con el objetivo de acercarlos, junto con blancos del sur, al partido Republicano.” (l. 12102) Eso ocurrió, como atestigua la coalición de Reagan años después, en parte por virtud de Nixon, en parte porque el compromiso de Johnson con los derechos civiles expulsó del partido de Lincoln a muchos blancos en el Sur y en el Norte (el mismo Johnson era consciente de esto.)
A pesar de esta reacción, Patterson termina con una mirada optimista. Más allá de la reacción violenta y de la polarización, mucho quedó. Principalmente, “la mayoría de las personas se mantuvieron comprometidas después de 1974 con las leyes de derechos civiles que habían transformado el estatus legal de las minorías desde 1974. (...) Los americanos también continuaron apoyando altos niveles de gasto interno para salud, educación y seguridad social (...) Un tercer legado liberal de la era de la postguerra, los avances en las libertades civiles, también sobrevivieron a los 70. (...) Otro objetivo de muchos americanos (...), mayor elección personal, también avanzó con particular velocidad”. (l. 12944-12961)

Originales de las citas
“the dominant, increasingly celebrated trend of these years was economic progress that ultimately—in the 1950s and 1960s—shot millions of people into the ranks of the home-owning, high-consuming, ever-bettereducated middle classes.” (l 1089)
“Output per employee increased by a remarkable 3.3 percent per year between 1947 and 1965, compared to rates of between 2 and 2.5 percent between 1900 and 1940 (and 1.4 percent between 1973 and 1977).” (l. 1101)
“Much of the hand-wringing about "mass culture" in the 1950s came from the Left. From right-wing contemporaries came different laments: over the rise of sexual liberation, juvenile delinquency, and generational change.” (l. 5916)
“public opinion shifted decisively toward acceptance of substantial American engagement with the rest of the world: the people, following their leaders, developed large expectations about the role of American foreign policy.” (l. 1410)
“Preventing the spread of Communism, after all, remained the guiding star of American policy. Presidents Truman, Eisenhower, and Kennedy had followed it, as had their partisan opponents. All three Presidents had affirmed American support of South Vietnam and enunciated versions of the domino theory as a rationale.” (l. 9997)
“The civil rights act was nonetheless a significant piece of legislation, far and away the most important in the history of American race relations.” (l. 9015)
“No other President cared so much as Johnson did about domestic policies or about civil rights, and none since FDR in the 1930s had come close to securing so many laws, many of them long awaited by reformers. It was a high tide of American liberalism in the postwar era. By mid-1965, however, there were signs that the tide was about to ebb.” (l. 9750)
“The escalating demands for rights after 1965, and especially the riots, did more than bewilder people. They also aroused significant backlash, the most vivid of the many reactions that arose amid the polarization of the era. It long outlasted the 1960s.” (l. 11035)
“Far from trying to muffle the resentments of many in the working and lower-middle classes, Nixon fanned their anxieties in the hope of drawing them, along with southern whites, to the Republican party. Hard-working and patriotic people, he said in 1969, were the "great silent majority" of Americans.” (l. 12102)
“the majority of people remained committed after 1974 to the civil rights statutes that had dramatically transformed the legal status of minorities since 1945. (…) Americans also continued to support higher levels of domestic spending for health, education, and Social Security (…) A third liberal legacy of the postwar era, advances in civil liberties, also survived the 1970s. (…) Another goal of many Americans in the postwar era, greater personal choice, also advanced with special speed”. (l. 12944-12961).