martes, 31 de julio de 2012

El fútbol y lo poético


Club de Amigos de Jorgito.


Sí, cualquiera el título. Cualquiera. Pero veníamos en el auto con @natowers hablando de Víctor Hugo Morales. Y yo le decía que a pesar de su ultrakirchnerismo y de que yo estoy muy lejos de él, me seguía pareciendo el mejor relator de la historia, por el uso del lenguaje, por su capacidad para generar en el oyente imágenes muy claras de lo que ocurre dentro de la cancha y porque logra en el medio inventar historias divertidas aún en los partidos más aburridos. En eso paramos en un semáforo y vemos pegada en el paragolpes de una Traffic una calcomanía que decía: "Jorgito: desde que no estás en la Platea Norte Baja falta la alegría." 

"El fútbol es el lugar más poético de este país", dijo ella.

lunes, 30 de julio de 2012

Un potus volador


La semana pasada terminé Keep the aspidistra flying de George Orwell, préstamo de mi amigo el Doc. Se trata de una crítica al mundo comercial y capitalista, donde la aspidistra, una planta que supongo que en Argentina sería como el potus, es una metáfora de la decencia, de vivir como se debe, como corresponde.  

Más allá de lo que sucede, el centro de la cosa es un personaje, Gordon Comstock, quien en un un momento: "tuvo una visión de Londres, del mundo occidental; vio mil millones de esclavos laburando y arrastrándose alrededor del trono del dinero. Se ara la tierra, se navegan los barcos, los mineros transpiran en húmedos túneles subterráneos, los oficinistas se apuran para agarrar el de ocho quince con el temor de que el jefe les morfe el hígado. Hasta en la cama con las patronas tiemblan y obedecen. ¿A quién obedecen? Al clero del dinero, a los capos del mundo de caritas rosas. La Clase Alta. Una caterva de jóvenes conejitos pisteros en autos de miles de dólares, de brokers que juegan al golf y financistas cosmopolitas, de abogados de Puerto Madero y maricones conchetos, de banqueros, capos de los medios, escritores de los cuatros sexos, boxeadores yankis, mujeres aviadoras, estrellas de cine, obispos, poetas premiados y gangsters de Chicago." (Ver original abajo). El libro, de 1935, quizás no resistió demasiado bien el paso del tiempo: por momentos se torna aburrido y el personaje me terminó molestando bastante; pero es interesante para entender el período de entreguerras y es una notable fuente de citas, como se ve a continuación.

"In all bookshops there goes on a savage Darwinian struggle in which the works of living men gravitate to eye-level and the works of dead men go up or down". (p. 8) "En toda librería se libra una brutal lucha darwiniana en la que las obras de los hombres vivos gravitan a la altura de los ojos y las de los muertos van para arriba o para abajo."
"Money, money, all is money! Could you write even a penny novelette without money to put heart in you? Invention, energy, wit, style, charm - they've all got to be paid for in hard cash." (p.9) "¡Guita, guita, todo es guita! ¿Podrías escribir una novelita de cinco mangos sin guita que te de confianza? Imaginación, energía, ingenio, estilo, encanto - todos tienen que ser pagados al contado."
"They were one of those depressing families, so common among the middle-middle classes, in which nothing ever happens." (p. 39) "Eran una de esas familias deprimentes, tan comunes en la clase media-media, en las que nunca pasa nada."
"Every intelligent boy of sixteen is a Socialist. At that age one does not see the hook sticking out of the rather stodgy bait." (p. 43) "Todo pibe inteligente de dieciséis es socialista. A esa edad uno no ve el anzuelo detrás de la dudosa carnada." 
"Faith, hope, money - only a saint can have the first two without having the third." (p.57) "Fe, esperanza, dinero - sólo un santo puede tener las primeras dos sin tener la tercera".
"No rich man ever succeeds in disguising himself as a poor man; for money, like murder, will out." (p. 80) "Ningún hombre rico puede ser exitoso disfrazándose como un hombre pobre; tarde o temprano el dinero, como el asesinato, se descubre."
"Only there are three alternatives instead of two, and all three of them make us spew. Socialism's only one of them (...) suicide and the Catholic Church." (p. 88) Hay tres alternativas, y las tres nos dan ganas de vomitar: el socialismo, el suicidio y la Iglesia Católica.
Las mujeres tienen la culpa: "Because it's the women who really believe in the money-code. The men only obey it; they have to, but they don't believe in it. It's the women who keep it going. The women and their Putney villas and their fur coats and their babies and their aspidistras." (p. 114) "Porque son las mujeres las que realmente creen en el código del dinero. Los hombres lo obedecen; tienen que hacerlo, pero no creen en él. son las mujeres las que lo mantienen. Las mujeres y sus casas de fin de semana y sus tapados de piel y sus bebés y sus potus." 
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"He had a vision of London, of the Western world; he saw a thousand million slaves toiling and grovelling about the throne of money. The earth is ploughed, ships sail, miners sweat in dripping underground tunnels, clerks hurry for the eight-fifteen with the fear of the boss eating their vitals. And even in bed with their wives they tremble and obey. Obey whom? The money-priesthood, the pink-faced masters of the world. The Upper Crust. A welter of sleek young rabbits in thousand guinea motor cars, of golfing stockbrokers and cosmopolitan financiers, of Chancey lawyers and fashionable Nancy boys, of bankers, newspaper peers, novelists of all four sexes, American pugilists, lady aviators, film stars, bishops, titled poets and Chicago gorillas." (p- 150)

viernes, 27 de julio de 2012

Comunicaciones


El otro día, en el camino de Pilar a Derqui vimos un teléfono público de principios de los noventa, de esos con cúpula, todo venido abajo. Tenés que sacarle una foto para el blog, me dijeron, pero no me pareció lo más prudente parar ahí, a metros de la vieja ruta 8. Ayer vi uno más nuevo, de Telecom, más de finales de los noventa, en el pasillo al subte de Retiro. Le saqué una foto con el smartphone; la nueva generación mirando a la vieja.

miércoles, 25 de julio de 2012

Cosas que siguen ahí


La primera vez que fui al Café de la Esquina fue en los noventa. Mi gran compañera de estudios vivía por ahí cerca. Cada tanto, cuando el mate ya estaba totalmente lavado, o cuando nos cansábamos de los ladridos de su hermosa ovejera alemana, hacíamos tres o cuatro cuadras y nos tomábamos un recreo en ese bar notable, como el de este otro post

Ayer me reuní allí con otra persona y llegué temprano. Miré un rato Clarín pero me acordé  casi al instante de mi amiga de la Facu, que vive en Madrid y a quien vi no más de cinco veces en los últimos diez años. Aproveché la hiperconectividad y en ese mismo momento le escribí un mail de un párrafo, acordándome de aquellos tiempos. Me respondió a la tarde, con la misma calidez, como si ella hubiera estado en ese mismo café conmigo por la mañana.

martes, 24 de julio de 2012

Hit the road, Jack


Te encanta manejar en la ruta, cruzando un paisaje de la Pampa, con una buena puesta de sol. Sobre todo si estás solo, o si hay silencio. A veces pasa. Y después de leer On the road, aunque no te haya gustado mucho, la ruta adquiere otra dimensión, aumenta la sensación de libertad, de posibilidad.

lunes, 23 de julio de 2012

Un buen tiro



Una ronda de golf
puede ser un infierno
podés cagarte de calor
o de frío en invierno
te pueden agarrar mosquitos
o perder pelotas a lo pavote
podés sufrir como un condenado
pegando sólo cascotes
arrastrándote por la cancha
como las lombrices
podés errar putts hechos
podés equivocarte mil veces
pero un tiro de golf
un buen golpe volador
puede pagar muchas frustraciones
puede lograr que te envalentones
para volver a hacer macanas
por más sufrimientos
las próximas semanas.

Llegás a la salida del hoyo tres
mirás los obstáculos, mirás la bandera
son ciento veinticinco yardas
dice el cartel de madera
hay una laguna en el medio
y del otro lado el green y la bandera roja
el green, esa cama de pasto cortito,
va a estar pesado porque ayer llovió
y hoy está todo húmedo y brumoso
la pelota va a hundirse en el pasto
va a hacer un agujerito que vas a arreglar
con la horquilla de hierro que tenés
en el bolsillo derecho, el arregla pique
la pelota va a caer y rodar sólo un poco.
Ciento veinticinco yardas,
sin viento, sin subida ni bajada
hierro 9, entero pero tranquilo.
Seguís mirando
a la izquierda hay una banca
una zona de arena que tenés que evitar
y a la derecha hay otra, pero está más atrás
no entra en juego si elegiste bien el palo
y lo elegiste bien, es hierro nueve: sacalo.
Hay que errar por derecha
así que ponés el tee en la izquierda
de la línea que hacen las dos
bochas blancas que indican la salida
para hacer una línea recta
de izquierda a derecha
y así evitar la banca siniestra.

El tee es un palito de madera
con punta para enterrar en la tierra
y una base del otro lado
para apoyar la pelota
el tee es blanco y la bola también
nuevita, recién salida de la caja
una Callaway Warbird tres.
Te agachás y plantás el tee
en la tierra húmeda con pasto bien fino
y ponés la pelota con cuidado
de modo que la marca quede mirándote
y te queda en los dedos tierrita y arena
que te sacás en el pantalón.

Te ponés detrás de la pelota
en línea recta quedan
vos, la pelota y la bandera
en el medio la laguna, el agua
donde nadan tres patos;
afuera, a la izquierda, por donde
vas a caminar al green después de pegar
hay un grupito de teros que te miran
pero no pensás en los teros ni los patos
en sus vuelos y sus alas de guerra
pensás en la bola en el aire
la Warbird
el águila guerrera
en el cielo
mientras en el suelo
queda el pasto, el agua, el tero.
Viste toda la jugada desde ahí atrás
ahora tenés que ejecutar.
Tenés en la mano el hierro nueve
con su cabeza bien abierta
para que la pelota vuele más hacia arriba
que hacia adelante
te tomás un segundo para asegurarte
que lo tenés bien en la mano
con la presión correcta,
con la posición adecuada.

Ahora te parás frente a la pelotita
con la cabeza del palo justo detrás
haciendo la línea imaginaria
hacia el objetivo, el hoyo, la bandera.
Das un paso atrás para el swing de práctica
levantá con la izquierda,
volvé con la izquierda,
te decís
entero pero suave, sin fuerza
sin sacarle la vista, te recordás
y lo hacés:
llevás el palo atrás
y como un limpiaparabrisas volvés
con el mismo tempo hacia adelante;
agarraste en el camino unos pastitos
que volaron y un poco de tierra quedó ahí
en la cabeza del hierro nueve.

El swing se sintió bien
limpiás la tierra del palo con tu zapato
y te ponés de nuevo en posición
tus pies, la cabeza del palo y la pelota
apuntan todas a la bandera roja
el grip está bien, con la presión indicada
el peso está en la parte delantera de los pies
el culo un toque para afuera
estás a punto de arrancar
y te acordás de la laguna
y la sacás de tu cabeza y ponés en su lugar
la imagen de la pelota en el aire
se te mete en la cabeza el tero y lo sacás
y así hasta que sólo quedan tus ojos
y la pelota, el águila guerrera,
y es todo silencio y vacío.

Levantás el palo suave, lento y derecho
llega hasta el final y vuelve casi solo
sin que tu voluntad lo lleve
sin que te des cuenta
y terminaste bien al final
y sos apenas consciente
de que en el camino impactaste a la pelota
más que un golpe fue un empujón
y sólo sentiste una caricia
hecha por la bola a través del palo
en las palmas de tu mano
y un ruido entre swish y tic
lejos del smock o del toc
el swing fue entero, libre, hasta el final
y quedó el peso en la rodilla izquierda
se sintió bien, en armonía, sin violencia
con el tiempo justo, sin fuerza,
y entonces sí
levantaste finalmente tu cabeza
tu mirada
y buscaste la pelota en el aire
y ahí está todavía subiendo y subiendo
alta se eleva
el águila guerrera
pensás y te acordás del primario
ahí está
por encima de la laguna y los juncos
y hasta creés que la ves girar en el aire
y entonces para de subir
se detiene en el medio del cielo
como un helicóptero sin aspas
y entonces dudás: ¿llega?
sí, llega, llega, te decís
volá, volá, le pedís sin decir nada
porque es todo silencio
y la pelota empieza a caer
casi en línea recta
cae del cielo como un pedazo de granizo
hasta que finalmente llega al piso
desde los cien metros imaginás
escuchar la caída, el pique
el abrazo con el pasto corto y mojado
con la tierra del green
y ves el saltito mínimo,
y ves que rueda un toque
blanco sobre verde
hasta que queda ahí
en el medio del green
cerquita de la bandera
y exhalás
guardás el palo en la bolsa
qué lindo que es esto, pensás
y seguís adelante
en una ronda de golf
que todavía puede ser un infierno
pero un tiro
un buen tiro
un vuelo libre y sereno
esa sensación en la mano
puede hacer
que no sea todo en vano.

viernes, 20 de julio de 2012

Coincidencias

Sastrería Facundo. También para gorditos.
Foto by: @natowers


Ayer vi esta tienda que retrató @natowers poco después de haber leído este fragmento en el tren:
He was really horribly fat. He filled his trousers as though he had been melted and then poured into them. But of course, like other fat people, he never admitted to being fat. No fat person ever uses the word 'fat' if there is any way of avoiding it. 'Stout' is the word they use - or, better still, 'robust'.
Realmente era horriblemente gordo. Llenaba sus pantalones como si hubiera sido derretido y después vertido dentro de ellos. Pero por supuesto, como otras personas gordas, nunca admitía ser gordo. Ninguna persona gorda usa la palabra 'gordo' si hay alguna manera de evitarlo. 'Corpulento' es la palabra que usan - o, mejor aún, 'robusto'. 
Es de George OrwellKeep the Aspidistra Flying, Harvest, San Diego, 1956 (1936), p. 24. Quizás Orwell podría haber usado "gordito", como Facundo. 

jueves, 19 de julio de 2012

Vidas alternativas



Acabo de terminar de leer Counterlife, de Philip Roth, que podría ser traducido como Vidas Alternativas. Un hermano dentista que vive una típica vida familiar suburbana norteamericana se transforma en un colono judío en Israel. El otro hermano, novelista crítico, siempre al filo de la sociedad, decide a los 45 casarse y tener un hijo. ¿Qué lleva a los hermanos a cambiar? Una cirugía para zafar de la impotencia sexual pero que puede haber resultado fatal. El lector no sabe muy bien qué sucede y qué no porque todas los escenarios están abiertos, en esta novela como en nuestras vidas: “La construcción de una vida alternativa que es el propio anti-mito de cada uno está en su mismo núcleo.” (p. 147)

El dentista se pregunta por qué su vida de clase media es denigrada: “Enrique se preguntaba por qué, para esa elite intelectual, parece una joda ser un buen hijo y esposo. ¿Qué es lo que está mal con una vida normal? ¿Es el deber una idea sin valor, somos realmente una mierda los decentes y obedientes...?” El novelista, más consciente de que todo puede ser ficcionado, responde así en una conversación hipotética con su hermano convertido al fundamentalismo judío: “Mientras hablaba yo pensaba, el tipo de historias en las que la gente convierte la vida, el tipo de vidas en que la gente convierte a las historias.” (p. 111)

El libro se complica porque el personaje principal es un novelista y no sabemos a ciencia cierta qué de lo escrito es la novela y qué la crítica de la novela. Si la operación la tuvo el dentista tenemos su muerte con entierro y panegírico y también lo tenemos habiendo sobrevivido e instalado en Israel. Si fue el novelista quien tuvo la operación, lo tenemos sobreviviendo y tratando de construir su vida suburbana; pero también muriendo, y al hermano y a la amante revisando y criticando escritos que forman parte de esta misma novela. Es la construcción de la ficción como parte de la ficción en una novela sobre la construcción de vidas alternativas, porque para un novelista nunca parece haber mucha distancia: “lo copié en mis notas, en ese depósito de mi fábrica de narrativa que nunca para de crecer, donde no hay una demarcación clara que divida eventos que realmente ocurrieron y fueron finalmente consignados a la imaginación de imaginaciones que son tratadas como si realmente hubieran ocurrido – la memoria tan entrelazada con la fantasía como en el cerebro.” (p. 264)

La novela no me parece de lo mejor que leí de Roth (Patrimony me gustó más, por ejemplo, y American Pastoral, The Professor of Desire, The Human Stain...) Quizás, en parte, por esta complicación adicional que se produce al mezclar la ficción con la ficción de la ficción. Complicación que parece innecesaria, sobre todo si le creemos al personaje novelista y a lo que parece también el mismo Roth cuando dice, al final: “Siendo serios, tan serios como la muerte, todos creamos mundos imaginados, a menudo verdes y como pechos maternos, donde podemos finalmente ser ‘nosotros mismos’. Una más de nuestras búsquedas mitológicas.” (p. 322) En todo caso, no creo que haya encontrado una novela mitológica pero sí algo muy interesante y muchas perlas como las siguientes.

  • El país. “Disillusionment is a way of caring for one’s country too.” (p. 158) “El desencanto también es una manera de querer al país.”
  • El trabajo del novelista. “Most people (beginning with the novelist – himself, his family, just about everybody he knows) are absolutely unoriginal, and his job is to make them appear otherwise.” (p. 156) “La mayoría de la gente (empezando por el novelista – él, su familia y casi todos sus conocidos) carecen absolutamente de originalidad, y su trabjo es que parezca lo contrario.”
  • Qué quieren los hombres. “Every man’s dream is as follows: she is fantastically good-looking, she does not age, she is fun and lively and interesting, but above all, she doesn’t give a fellow a hard time.” (p. 201) “El sueño de todos los hombres es el siguiente: ella está buenísima, ella no envejece, es divertida y tiene onda y es interesante, pero sobre todo ella no le rompe las pelotas al pibe.”
  • La muerte es inverosimil. “even as an adult one continues, like a child, to believe that when someone dies it’s some kind of trick, that death isn’t entirely death, that they are in the box and not in the box, that they are somehow capable of jumping out from behind the door and crying, ‘Had you fooled!’ or turning up on the street to follow you around. (p. 221) “incluso de adulto uno sigue, como un niño, creyendo que cuando alguien muere hay algún tipo de truco, que la muerte no es totalmente la muerte, que están en el cajón y no están en el cajón, que de alguna manera pueden saltar de atrás de una puerta y gritar ‘¡Era una joda!’ o aparecer en una calle y seguirte por un rato.”
  • El adulterio. “He was experienced enough and old enough to understand that affairs, adultery, whatever you call it, take a lot of built-in pressure out of marriage and teach even the least imaginative that this idea of exclusivity isn’t God-given but a social creation rigorously honored at this point only by people too pathetic to challenge it.” (p. 234) “Era suficientemente experimentado y suficientemente viejo para entender que los amoríos, el adulterio, como quieran llamarlo, sacan un montón de presión acumulada del matrimonio y enseñan incluso a los menos imaginativos que esta idea de exclusividad no viene de Dios sino que es una creación social honrada rigurosamente a este punto sólo por quienes son demasiado patéticos como para enfrentarla.”
  • La estupidez. “Maria had said that it was just too stupid, but stupidity happens unfortunately to be real, and no less capable of governing the mind than fear, lust, or anything else.” (p. 306) “María había dicho que era todo demasiado estúpido, pero resulta que la estupidez es real, y no menos capaz de gobernar la mente que el miedo, la lujuria o cualquier otra cosa.”


Los originales de las citas del comentario
  • “The construction of a counterlife that is one own’s anti-myth was at its very core.” (p. 147)
  • “Why, asked Henry, is being a good son and husband such a big joke to that society of intellectual elite? What’s so wrong with a straightforward life? Is duty necessarily such a cheap idea, is the decent and the dutiful really shit...?” (p. 222)
  • “As he spoke I was thinking, the kind of stories that people turn life into, the kind of lives that people turn stories into.” (p. 111)
  • “In dead seriousness, we all create imagined worlds, often green and breastlike, where we may finally be ‘ourselves’. Yet another of our mythological pursuits.” (p 322)


martes, 17 de julio de 2012

Paisajes



Salí a buscar el diario y el diario no estaba, pero los pastitos de mi jardín estaban blancos, estaban duros, rígidos con la helada y cuando salí para la estación el techo del auto del vecino era un paisaje lunar, un lienzo de metal sobre el que se imprimió un fondo de pantalla gélido, con miles de simbolitos de nieve uno al lado del otro, como granos de arena en una playa con palmeras y un coco partido al medio, así era la playa que vi en la sección Turismo del diario del fin de semana, pero el diario hoy no llegó, cayó una helada pero el diario no cayó desde el otro lado del cerco, no.

lunes, 16 de julio de 2012

Cuatro estaciones


Dos primas agarraron la lana de la abuela e hicieron una instalación: el hilo de lana cruzaba la casa de un lado al otro, subía y bajaba unas escaleras, se enganchaba detrás de los sillones, se hacían nudos en sillas de modo que, tras pocos minutos de juego, la casa entera parecía una telaraña, una instalación a tono con la moda de Spiderman. 

El padre y tío se cansó de tener que agacharse para pasar debajo de un hilo mientras bajaba otra sección con el pie para no tropezarse y llegar así hasta el libro o la taza de te. Entonces el padre y tío fue ordenando todo; al rato perdió la paciencia y en vez de desentrañar la galleta gigante fue cortando cada vez que se trababa y juntaba un enorme manojo de lana. Tras unos minutos, el padre y tío tenía nuevamente una galleta gigante, pero que ahora entraba en sus dos manos, y no requería ya una casa entera para expresarse. 

El gran enjambre de lana quedó ahí, tirado en la mesa ratona, hasta que la madre y tía lo agarró a la hora del café; y empezó a buscar puntitas, y desarmar así las galletas, y armar pequeños ovillos, y ordenarlos por color. A los pocos días, tras paciente labor, teníamos otra instalación, una flor de ovillos grises y blancos y marrones. 

Luego tuvimos una foto y, ahora, un texto.

jueves, 12 de julio de 2012

Efectos colaterales


No todas las cosas que te pasan cuando tenés hijas son buenas. El otro día caminaba plácidamente por la cocina de mi casa cuando sentí que mi tobillo se doblaba y que casi se iba para el otro lado. Después miré y eché al aire un insulto contenido contra Disney, todas sus princesas y todo su merchandising: nunca me rompí una pierna o un tobillo jugando al fútbol pero casi me lesiona un taquito de Minnie...

martes, 10 de julio de 2012

50.000

En algún momento de mañana, cuando suba este post, y mientras estoy de vacaciones, este blog llegará a las 50.000 páginas vistas. Para algunos 50.000 será poco. A mí me parece un montón, así que gracias a todos los lectores. 
Para aquellos interesados, estos son los posts que más ayudaron a llegar a los 50.000:
- Por qué no la voto, 22 de junio de 2011: 1.515 vistas.
- La cajita y la felicidad, 10 de mayo de 2011: 639 vistas.
- Conmigo no, Julio, 24 de noviembre de 2011: 552 vistas.
- Ser o no ser, 27 de junio de 2012: 454 vistas.
- Sos un garca, sabelo, 22 de junio de 2011: 320 vistas.

miércoles, 4 de julio de 2012

Sos un factor, humano


Los muchachos del Instituto Universitario Escuela Argentina de Negocios ofrecen una Licenciatura en Dirección del Factor Humano. Del "factor humano". En una empresa en la que trabajé en un momento se debatió si se cambiaba el nombre de "Recursos Humanos". Salieron posibilidades como "Relaciones Humanas", que suena muy lindo, muy humano, pero no tiene que ver con lo que hace esa gerencia, ¿no? Digo, ahí no se trata de manejar relaciones humanas sino de incorporar gente, capacitarla, desarrollarla, decidir a quiénes promover y así sucesivamente, pero no sobre las relaciones de las personas. 

¿Sólo a mí me resulta un poco fuerte esto de dirigir el "factor humano"? Me suena como si lo que importara fueran las máquinas (en una industria), la tierra (en un campo), la mercancía (en un comercio) y los humanitos fueran un factor secundario. "Ah, sí, González, usted ocúpese del factor humano, eh." En aquella empresa en la que se pensaba cambiar se criticaba el concepto de "recursos": la persona, decían algunos, es mucho más que un "recurso". El contador Rodríguez es un gran tipo, además de hacer bien las cuentas. Y está bien, pero prefiero que me digan que soy un recurso, que me contratan para hacer determinada cosa, que escuchar que soy un "factor", como el "factor suerte", algo que puede fallar. En el fondo, si ya hay algo más o menos aceptado, como Recursos Humanos, ¿para qué cambiar, no?

lunes, 2 de julio de 2012

Un mundo de fantasía



Una banda de maleantes utiliza una extraña metodología: un grupo de personas se forma debajo de una tela haciendo el muñeco de un ciempiés y recorre la ciudad causando destrozos; rompen autos, roban, dejan desnudas a las señoritas más hermosas de la ciudad y hasta matan personas; en una misma oración el autor habla de autos abollados y muertos, y una “manteada” puede terminar en muerte.

Así comienza La banda del Ciempiés, de Mario Levrero, una novela situada en una ciudad no identificada de EE.UU. que parodia lo peor del género policial. La novela ocurre en realidad en un mundo de fantasía donde nada es lo que parece. Smithe Andrews, el jefe policial que muere y revive, el oso que parece a punto de matar a una señorita para aparecer luego como un animal amaestrado, el jefe de una agencia de detectives que, al final, no hace nada, una ardilla dedicada a tirar bellotas a la gente en un parque y muchos personajes más. Nada es lo que parece: “de un modo u otro, razonó, siempre seremos tiranizados por constelaciones de hechos incomprensibles; la zona dentro de la cual podemos decidir con nuestro yo consciente y voluntario es tremendamente limitada y, aún así, al mismo tiempo bastante irreal.” (p. 137) Un mundo donde sabemos muy poco, en una novela que termina con un escena en la que el narrador da una teoría sobre lo ocurrido y un sabio responde: “No – dijo, al fin –. Es la mejor teoría que he escuchado, pero está tan lejos de la verdad como todas las otras.”

Este es uno de los libros que menos me gustó de uno de los autores que más sigo, pero tiene cosas muy divertidas y otras profundas. Como en muchas de sus obras, Levrero juega con los sueños; sus personajes tienen sueños complejos, oscuros y preocupantes, aún cuando el tono general de la novela sea cómico. La cantidad de personajes que inventa y las situaciones ridículas que aparecen no pueden sino divertir, y hay siempre un manejo especial de escenas sexuales, donde se mezclan excelentes imágenes, el ridículo, los sueños y el deseo.

Esta novela se inscribe dentro de lo más lúdico de Levrero (como Nick Carter) y lejos de lo más oscuro (como La Trilogía Involuntaria o Dejen todo en mis manos), y aunque no sea lo que a mí más me gusta, es una excelente manera de perder el tiempo: “Quería, en suma, seguir disfrutando de un tiempo que fuera exclusivamente para sí mismo, aunque fuera para perderlo; de todos modos, el tiempo dedicado a los demás también era pasible de ser computado como tiempo perdido. Angus trató de razonar acerca de lo que pudiera ser un tiempo ganado, pero le fue imposible encontrar un ejemplo. La expresión carecía de significado; al parecer, el tiempo sólo puede perderse.” (p. 137-138)