martes, 30 de enero de 2024

Contar todo

 


Leí Alguien a quien contarle todo, de Joana D’Alesio, @rejoychu en Twitter y amiga en la vida real, que confirma una vez más que en La Crujía están pasando cosas buenas. El libro es, según la contratapa, “un libro de relatos entrelazados que funciona como una novela rota” y no está mal, me parece, la descripción.

La narradora de los relatos o de la novela es una mujer joven con una hija, un poco neurótica, que nos va contando lo que le pasa como madre, como mujer, como esposa, como hija, como hermana y como amiga, siempre mirándose un poco de costado, como dudando de sí misma, y esa vocecita que se mira y mira al costado y nos cuenta, con humor, lo que le pasa, se me hizo cercana. Por ejemplo, cuando su amiga llora por una pelea menor con la pareja, mientras la narradora está con una preocupación mucho mayor, tiene tiempo para pensar cómo lloran las dos: “Juli cuando llora es más linda todavía que cuando no llora. Sus ojos verdes se vuelven más brillantes. (...) Me da envidia, yo cuando lloro parezco un boxeador medio viejo que acaba de perder la última pelea de su vida, ella en cambio es como una doncella que perdió su conejo blanco.” (p. 30).

Como novela rota, el libro habla de dos grandes duelos, el de la pareja y el de la madre, y de cómo la mujer va a tener que seguir adelante sin esa persona a quien contarle todo. En ese momento, se lee casi como una declaración de amor a la madre: “La odio por haberse muerto antes de tiempo, ¿a quién le voy a contar esto? ¿Con quién voy a hablar de las cosas si no es con ella? Mamá es la única que entendería esta bronca que siento ahora, tengo un agujero en el pecho lleno de lava, me arde.” (p. 71) Pero al final del día todas esas cosas que atraviesa la narradora, eso de pensarse como madre, como mujer, como esposa, como hija, como hermana y como amiga, cuando ya no se procesa hablando con la madre se procesará hablando con sí misma, como ha hecho siempre, con esa vocecita curiosa y cercana que cautiva a lo largo del libro (y, por qué no, escribiendo).

lunes, 29 de enero de 2024

Tragedia moderna

 


Leí A Thousand Acres, novela de Jane Smiley ganadora del Pulitzer de 1992 y el National Book Critics Circle Award de 1991. La novela no me volvió loco, pero tiene cosas muy buenas.

A Thousand Acres relata la caída de una familia, los Cook de Zebulon County, Iowa. Los Cook eran una familia importante en el condado, habían logrado en tres generaciones amasar la considerable superficie de mil acres (poco más de 400 hectáreas), el tamaño máximo que se consideraba en esa época y lugar que podía atender una familia dedicada a eso. Lo habían logrado a partir de una ética de trabajo, esfuerzo y ascetismo, la ética protestante de los inmigrantes del Norte de Europa instalados en el Midwest. “Era como si tuviéramos un catequismo: ¿qué es un granjero? Un granjero es un hombre que alimenta al mundo. ¿Cuál es el primer deber de un granjero? Producir más comida. ¿Cuál es el segundo deber de un granjero? Comprar más tierra. ¿Cuáles son las señales de una buena granja? Campos limpios, edificios bien pintados, desayuno a las seis, cero deudas, nada de agua estancada. ¿Cómo sabrás al conocerlo que estás frente a un buen granjero? No te pedirá ningún favor.” (p. 45). Lo mejor del libro es justamente eso, cómo describe hasta el detalle ese mundo rural, esa forma de vida, ese tipo de comunidades.

Pero el libro va un poco más adentro, a una familia en particular. Y detrás de esa ética de trabajo Smiley relata un drama mayor. Larry Cook es el padre de tres hijas (Ginny, Rose y Caroline) y al comienzo de la novela, en 1979, decide retirarse y entregarle la granja a sus hijas y yernos. Más allá de los detalles, y sin querer contar más de lo debido, allí comienzan los problemas que llevarán a la caída de la familia, pero en verdad se van develando secretos guardados por décadas; secretos que muestran que detrás de esa ética de trabajo se escondían verdades oscuras de las que no se podía hablar, en parte, porque esas comunidades viven de las apariencias. Y una forma de vida de subordinación total para la mujer, desde ya. La novela se convierte así en un drama familiar que no me parece brillantemente contado, ni por el vuelo del lenguaje ni por la profundidad de la narradora, que es la mayor de las hijas.

A Thousand Acres es obviamente una reposición de King Lear (aunque aclaro que digo "obviamente" pero yo sólo me doy cuenta de esto cuando me lo dicen): el padre de tres mujeres decide entregarles su reino y a partir de ahí viene la caída. De hecho, hasta los nombres dan la pauta: Lear es Larry, Goneril y Regan son Ginny y Rose, Cordelia es Caroline, etc. Pero la moralidad está corrida: la historia básica de Lear, donde el rey tiene una falla trágica pero no es necesariamente un demonio, una hija es “buena” y otras dos “malas”, se va corriendo y el “mal” parece ser mucho más esa forma de vida que uno u otro personaje. Y ahí tampoco me convence mucho la cosa, porque aunque pueda ser cierto que esa forma de vida rural pueda engendrar dramas como el de los Cook, no me convence lo que me trata de decir la narradora, y tampoco veo la profundidad emocional de personajes atrapados en esa olla de presión.

lunes, 22 de enero de 2024

Increíblemente triste

 


Hoy a la mañana me desperté temprano, antes de que sonara la alarma, y me quedé en la cama leyendo Extremely Loud and Incredibly Close, de Jonathan Safran Foer. Al rato estaba llorando. Leía y lloraba, pasando las páginas del Kindle con el dedo que secaba las lágrimas, pensando qué lindo que es que un libro te pueda movilizar así, pensando qué hijo de puta este Jonathan que me lo hace de nuevo porque si no llegué a las lágrimas con Everything is Illuminated estuve cerca, pensando en ese chico y su padre y su abuelo, porque el libro, aunque sea sobre el 11 de septiembre y sobre el duelo y el dolor es, para mí, antes que nada, sobre padres e hijos, y pensando en mi viejo, claro.

Extremely Loud and Incredibly Close es la historia de Oskar Schell, un niño de nueve años que para mí tiene rasgos del espectro (aunque no hay nada definitivo al respecto en la novela y según este blog Foer dice que no y yo soy un normativizador feo malo caca por pensarlo). Más importante, Oskar está pasándola muy mal porque hace un año su padre murió en las torres gemelas en los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. Ese día, Oskar había llegado a la casa de la escuela y había escuchado, así chiquito como era, los mensajes que había grabado en el contestador su padre desde la torre. Al año, cuando conocemos a Oskar, el niño encuentra una llave que supone que pertenecía al padre y comienza la búsqueda del candado correspondiente por toda Nueva York. (Pienso ahora cuán masculino el tema de buscar donde meter eso que tiene él ahí). Buscando el candado para su llave, Oskar está buscando más bien otra cosa, claro; está buscando aceptar la muerte de su padre, está buscando aceptar que su madre puede tener un “amigo”, está buscando encontrar la manera de seguir adelante sin su papá.

La novela también va hacia atrás, relatando parte de la historia familiar: del padre de Oskar y, sobre todo, de sus abuelos paternos. Sus abuelos son sobrevivientes de los bombardeos a Dresden en la Segunda Guerra Mundial, en los que no sobrevivió la hermana de la abuela, que era la novia del abuelo, y que estaba embarazada. (Dresden en la literatura es Slaughterhouse-Five de Vonnegut, claro). Aunque el narrador principal de la novela es el propio Oskar, Extremely Loud..., como Everything is Illuminated, se construye con distintos tipos de textos o distintos narradores. En este caso con la narración de Oskar y con cartas que la abuela le escribe a Oskar y el abuelo al padre de Oskar. Hay también un texto totalmente distinto de los demás, que Oskar elige compartir con su clase en la escuela: una entrevista de una madre japonesa sobreviviente de una de las bombas atómicas que relata cómo murió su hija ese día. Ese texto, la decisión de Oskar de elegir compartir ese texto, subraya el tema del duelo, y del duelo por un padre o hijo y por un hecho extraordinario: madre-hija en la bomba atómica de Nagasaki, novio-novia e hijo no nacido en el gran bombardeo de Dresden, padre-hijo e hijo-padre en las torres gemelas.

Sea como sea, la búsqueda de Oskar, con las limitaciones del caso porque es un niño muy chico que está muy solo, y por las limitaciones propias por ser de alguna manera neurodiverso, te rompe el corazón. La novela ha sido criticada por ser un poco artificiosa (el abuelo en Dresden, el padre en las torres gemelas) pero cualquiera que te haga sentir sólo con palabritas algo así como lo que sentí yo merece un reconocimiento; alguien que me mueva como me movió Foer a seguir leyendo porque quería seguir acompañando al bueno de Oskar en su proceso es algo especial.

Terminé el libro así, leyendo en el Kindle tempranísimo, con los ojos rojos, y al rato me llegó el mail de todas las mañanas que me manda el New York Times con la palabra del día. “Patrilineal”, decía, “Relating to or based on relationship to the father or descent through the male line”. “Patrilineal. Relativo a o basado en la relación al padre o la descendencia a través de la línea masculina.”




lunes, 8 de enero de 2024

Desnudo

 


Leí The Emperor’s Children, de Claire Messud, y me pareció una novela extraordinaria.

En los meses previos al 11 de septiembre de 2001, tres amigos de alrededor de 30 (Danielle, Marina y Julius) tratan de encaminar sus vidas o aceptar que la cosa les está costando más de lo que esperaban. Alrededor de ellos, el padre de Marina, Murray, presenta una sombra formidable, la madre es una figura de entereza, el sobrino de 18 (Bootie) rompe los esquemas mientras su madre sufre y un periodista australiano juzga todo desde afuera (o adentro).

Como un soldado de infantería, Messud dispara y se mueve, dispara y se mueve. La novela está armada en primeras terceras sucesivas; es decir, cada capítulo sigue a un personaje y sus pensamientos (primera persona) pero bastante desde afuera (tercera persona). Tanto que al final no podemos decir que haya un héroe o heroína de la novela sino por lo menos cinco personajes principales (los tres amigos, Murray y Bootie). Y está bien, porque no hay un héroe bien construido y un conjunto de cartones pintados alrededor, sino unos cuantos personajes bien construidos, cada uno protagonista de su historia. Así, por momentos el libro parece una tragedia con Murray de héroe y otras un Bildungsroman con los otros cuatro y en el fondo es todo eso o nada de eso. De la misma manera, el título del libro hace referencia al libro que escribe Marina (sobre los usos de la moda infantil en la sociedad), a los amigos como hijos del imperio a punto de ser atacado, a la hija y los amigos de Murray o al hecho de que el emperador, todos los emperadores, están desnudos, que cada una de nuestras vidas está condenada al fracaso.

Messud teje todo esto con una prosa densa, de muchas subordinadas, logrando una musiquita muy especial de la que siempre querés un compás más y así va tejiendo y moviendo hasta que todo cambia al final o, quizás, nada cambia.

Lecturas 2023

Para mí, no fue el año más auspicioso para leer: otra mudanza, la muerte de mi viejo, el trasfondo electoral. En total, leí 26 libros, 16% por debajo del promedio de 31 que llevo desde que sigo mis estadísticas de lectura (2012-2023). Hay sólo un año con menos libros leídos (2021) y otro de 26 libros como este (2013).

Siguiendo con lo estadístico, la mitad de los libros fueron en inglés (el promedio de 2012-2023 es de 58%) y el 77% de varones (apenas por debajo del promedio de 80%). You are still short on women, Fer. Como de costumbre, el cuadrante más flojo es el de mujeres en español, que este año sumó exactamente cero libros... Es un problema, pero las escritoras argentinas más de moda (Enríquez, Schweblin) no me divierten. Como de costumbre, leí más ficción (77%) que no ficción (23%) pero no ficción fue relativamente alto para lo que es habitual (no tengo la estadística completa de esta variable).

En cuanto al contenido, un poco más de la mitad de los libros que leí en 2023 corresponden de alguna manera a proyectos de lectura. Hay tres del proyecto Borges: los dos libros que me faltaban para terminar las obras completas y el excelente Borges Profesor de Arias y Hadis. Con esto “cerré” el proyecto Borges; nunca se deja de leer Borges, claro, pero no creo que lo haga mucho en los próximos años. Con From Colony to Superpower de George Herring cerré lo que me faltaba del proyecto de la Oxford History de EE.UU.; ahora hay que esperar que se publique el libro de Bruce Shulman, que es sobre el período que más me interesaba inicialmente (1896-1929). Finalmente, hay diez libros dentro del proyecto de literatura americana de los siglos XX y XXI, donde no incluyo dos libros de Lee Child porque no creo que entren en la categoría de literatura. Abajo el listado completo.

Lo peor de 2023 es que no leí ningún libro publicado por un amigo, salvo Las grandes ligas de Ignacio Valiente, con quien nos escribimos cada tanto pero no nos conocemos personalmente. A ver si se ponen las pilas los amigos.

2024 pinta mejor: el primer apunte de lectura será seguramente de The Emperor’s Children, de Claire Messud, que estoy disfrutando mucho; y tengo dos o tres más que pintan bien para enero. Veremos cómo nos va y si el mundo acompaña para tener un buen año de lecturas. Cierro entonces deseándole eso a los tres o cuatro lectores de este blog: que 2024 los encuentre con buenos libros y las condiciones para leerlos con alegría.

 

Proyecto Borges

1.       Martín Arias y Martín Hadis, Borges profesor.

2.       Jorge Luis Borges, Textos cautivos.

3.       Jorge Luis Borges, Biblioteca Personal. Prólogos.

 

Proyecto Literatura Americana

1.       Louis Begley, About Schmidt.

2.       Louis Begley, Schmidt Delivered.

3.       Louis Begley, Schmidt Steps Back.

4.       Evan Connell, Mrs. Bridge.

5.       Paula Fox, Desperate Characters.

6.       Mary Gordon, There Your Heart Lies.

7.       Oscar Hijuelos, Beautiful María of mySoul.

8.       Lorrie Moore, I am Homeless if This is not my Home.

9.       Robert Penn Warren, All the King’s Men.

10.     John Steinbeck, Travels with Charley.

 

Proyecto Cambridge History

1.       George Herring, From Colony to Superpower.

 

Otros

1.       Lee Child, Bad Luck and Trouble.

2.       Lee Child, Nothing to Lose.

3.       Mario Levrero, París.

4.       Pedro Mairal, Esta historia ya no estádisponible.

5.       Salvador Benesdra, El traductor

6.       Ignacio Valiente, Las grandes ligas.

7.       Ian McEwan, First Love, Last Rites.

8.       Sally Rooney, Beautiful World, Where AreYou.

9.       Jared Diamond, Guns, Germs, and Steel.

10.     Anna Funder, Stasiland.

11.     Khalil Gibran, The Prophet.

12.     Chimamanda Ngozi Adichie, A Feminist Manifesto in Fifteen Suggestions.