lunes, 27 de febrero de 2023

Pastelón



Tengo a Oscar Hijuelos en una de mis listas de lectura y como no encontré The Mambo Kings, que es su novela más reconocida, la que lo convirtió en el primer “latino” en ganar un Pulitzer por ficción, leí Beautiful María of My Soul, que sí conseguí. Beautiful María of My Soul es lo que mi esposa llamaría un pastelón: esto es, una novela romántica y pegajosa donde al final todo sale bastante bien.

Beautiful María... relata la historia de una muchacha nacida en el campo cubano en condiciones precarias, que se convierte en bailarina en la ciudad y termina su vida en Miami tras la revolución, y de cómo ella inspiró un bolero famoso. Dos cosas separan a esta novela de la definición de pastelón: primero, que Hijuelos le pone un poco más de pimienta, con algunas secciones más subidas de tono de lo que admite un pastelón tradicional; y la otra es que hay algo de meta-literatura: no sólo el libro se lee como una reescritura y segunda parte de la historia que Hijuelos relató en The Mambo Kings, sino que al final aparece ese libro y el propio Hijuelos como parte de este.

Beautiful María... no me pareció una cosa maravillosa, pero hay algo en el arrullo de Hijuelos, aunque a veces repetitivo y molesto en su uso del español (a veces con errores, a veces poniendo la misma expresión en español y en inglés) que se hace agradable al oído, y la historia divierte y el personaje de María atrae y repele al mismo tiempo.

Releo y me digo, o me recuerdo, que hay algo en Hijuelos que me recuerda a Junot Díaz, de quien leí su Oscar Wao, This Is How You Lose Her y Drown. Dicho de otra forma, Junot es para la República Dominicana y el fin del siglo XX lo que Hijuelos fue para Cuba y los mediados del siglo. Beautiful María… se enmarca en la literatura de la inmigración pero de manera indirecta, con algo de nostalgia por lo que ella dejó en su tierra, pero sin ser el tema principal de la novela. El tema principal es María, es una mirada posible sobre la mujer, una mujer que hace su camino, que se enamora pero no pierde de vista su interés, que utiliza lo que provoca en los hombre para su provecho, que es ama y señora de su propia vida, usando hábilmente aquello que la fortuna le dio, con sus éxitos y sus fracasos.

martes, 21 de febrero de 2023

La música ambivalente de este mundo


Leí Esta historia ya no está disponible, de Pedro Mairal, a quien hemos leído con devoción, y si no toda su obra publicada muy cerca de ello. Mairal es, en mi opinión, el mejor escritor de su generación argentina (lo que probablemente signifique de mi generación); Esta historia ya no está disponible es probablemente lo que menos me gustó de él, y así y todo es un libro que te da mucho. (Mi podio de la obra de Mairal hasta aquí: en tercer lugar un libro hermoso, sobre todo en su versión ilustrada en tapa dura, El gran surubí, una novela en verso; segundo lugar para otro libro que despliega a Mairal como un entrerriano por adopción, Salvatierra; y en primer lugar la que es para mí la gran novela argentina de comienzos del siglo XXI, El año del desierto, una novela brillante y profunda sobre nuestra historia.

Volviendo a Esta historia…, como es un libro que agrupa distintas colecciones de textos (desde los de El equilibrio, publicado hace muchos años por Garrincha, hasta textos post-pandémicos), es un libro dispar y a veces repetitivo. En términos generales, se trata más de textos de no ficción (aunque también hay algunos pequeños cuentos) en los que Mairal mira al mundo, a las pequeñas situaciones propias y ajenas que construyen al mundo, con su mirada personal y lo describe con el manejo de (y la pregunta por) el idioma que le es propio. Lo dice muy bien Alejandro Zambra en la contratapa: “Yo no diría que Marial vive para narrar: en algún momento, después de absorber, de calar sin pausas ni prisas el presente, Mairal decide narrar, y lo hace con tanta precisión, tan perfectamente adentrado en la experiencia, que es difícil no creerle; no creerle todo, digo.” (Lamentablemente, esto también es repetitivo: la editorial había usado el mismo blurb en Breves amores eternos).

Además de su mirada del mundo, hay una mirada del mundo literario y quizás también una mirada sobre su propia obra, o el comienzo de algunas preguntas en torno a ella. Nos dice: “Cada vez me da más miedo escribir. No hay manera de no transparentarse. Se te ve el alma. Tratás de opacar algunos aspectos de tu vida y no se puede. Lo que mostrás se vuelve invisible y lo que ocultás se ubica en primer plano. Escribir es siempre un furcio, un lapsus.” (p. 226) No es una despedida de la escritura, claro, pero también se ve en “Esta historia…” a un Mairal que además de ser escritor es músico, que piensa a veces en términos musicales. Quizás uno de los textos nuevos que más disfruté, de hecho, es uno en el que habla de cómo escribió una canción, “Soroche y Guayabo”. (Allí hay, además, una bella descripción de la mirada de Pedro como escritor, de esa herramienta que tiene para escribir, el ojo para mirar: “La vida de los otros se despliega como una novela alucinante” (p. 153).

El Mairal músico imagina que “El ruido del infierno son simplemente dos armonías alienadas que suenan en paralelo” (p. 164); el Mairal escritor sigue escribiendo con empatía y curiosidad la música ambivalente de este mundo.

martes, 14 de febrero de 2023

La peor (por ahora)



Creo que Nothing to Lose es la peor de las novelas de Jack Reacher que he leído hasta ahora. Todo lo que me molesta de la serie Reacher está acentuado acá: que cae de casualidad en medio de un caso súper complicado, que siempre se acuesta con la chica más linda, que él solo arregla todo, como McGyver –en palabras de la chica de ocasión, “No sos un ministerio de justicia individual” (p. 523)– , la inverosimilitud del argumento, la caterva de clichés, etc.

El cliché máximo, en este caso, es que la historia es la típica historia del pequeño pueblo en el que hay un señor malvado que es el dueño de todo. Como en “El duro” (“Roadhouse”), acá hay un señor malo –que es difícil de distinguir de Mr. Burns de los Simpsons– y que es dueño de las vidas de todos: “‘El Sr. Thurman. Es el dueño de la fábrica.’ ‘¿Y de este bar también?’. ‘Es el dueño de todo’” (p. 167). Sobre este fondo de cliché, Child traza con total inverosimilitud tres tramas paralelas. ¿Cuál es la probabilidad de que el pobre Reacher encuentre no uno sino tres líos al mismo tiempo en un pueblito perdido en el Este de Colorado?

Lo mejor de todo es esta frase matadora, que me resultó muy graciosa: “No busco una orden de allanamiento. Espero a que oscurezca” (p. 482).

 

Originales de las citas

“You’re not a one-man justice department” (p. 523).

“Mr. Thurman. He owns the plant.” “And this bar, too?” “He owns everything” (p. 67).

“Reacher said, ‘I’m not looking for a search warrant. I’m waiting for dark’” (p. 482).