viernes, 31 de agosto de 2012

Otro avance sobre la libertad de expresión


Hoy Clarín me publicó esta nota, que tuve que acortar por motivos de espacio. La versión original era la que sigue. Además, Fundación Pensar publicó este documento más largo sobre el tema.

La sanción a Consumidores Argentinos por informar sobre aumentos de precios no es un caso aislado: es una nueva instancia de un gobierno que avanza sobre la libertad de expresión. Esta nueva sanción se suma a las multas a las consultoras que publicaron mediciones de inflación y al escrache mediático realizado contra personas que alzaron su voz contra limitaciones previas de derechos como la manipulación de las estadísticas públicas y el cepo cambiario.
El caso de las consultoras económicas fue un gran avance contra la libertad de expresión. El caso es de dudosa legalidad ya que busca aplicar a las consultoras el artículo 9 de la Ley de Lealtad Comercial que se aplica a las presentaciones, publicidades o propagandas que induzcan a errores sobre productos o servicios. Más allá de ello, la multa busca acallar a quienes muestran la falencia de las estadísticas públicas, limitando la libertad de expresión. Como explica la Asociación por los Derechos Civiles en una nota reciente, el sistema interamericano de libertad de expresión no admite la limitación de expresiones vinculadas con cuestiones de interés público porque sean erróneas; ni por el posible efecto de las expresiones; ni limitaciones que provoquen efectos inhibitorios en el debate público. Justamente, lo que alega la Secretaría de Comercio es que las estadísticas de las consultoras son falsas y que pueden producir efectos negativos; y las sanciones han producido efectos inhibitorios en el debate público.
El caso de Consumidores Argentinos es calcado. Se inició un sumario y se suspendió a la organización por una “presunta infracción” del artículo 4 de la ley 24.240 por publicar un relevamiento que “carecería del rigor, el basamento científico y la consistencia estadística necesario” (sic). Nuevamente, el artículo invocado no corresponde, ya que obliga a los proveedores de bienes y servicios a suministrar información cierta, clara y detallada, pero Consumidores Argentinos no cumple con la definición de proveedor establecida por la propia ley en el artículo 2. Más importante, se vuelven a vulnerar los tres principios mencionados: se cuestiona la veracidad de los datos y sus posibles efectos y así se inhibe el debate público.
Estas dos instancias de limitación del derecho a la libertad de expresión parten del incumplimiento del Estado de su obligación de producir estadísticas veraces y oportunas. La manipulación de las estadísticas significa, según Jean-Louis Bodin, “la violación de un derecho humano, el derecho a la información” (ver más acá). La restricción a la compra de dólares también es una limitación a derechos constitucionales, y esta limitación también produjo limitaciones a la libertad de expresión.
El caso más llamativo de estos es el caso Toselli. El 11 de julio de 2012 la presidente de la Nación, durante una cadena nacional, cuestionó a un empresario que había dado un testimonio a Clarín sobre los efectos del cepo cambiario en la economía. Al día siguiente seinformó que la AFIP inhabilitó a la empresa, lo que llevó a ADEPA a cuestionar “la represalia estatal con fines de estigmatización y silenciamiento.” Es posible que la empresa no estuviera al día con la AFIP, pero el hecho de que la presidente se refiriera a esa persona y por cadena nacional, no puede sino obrar como un limitante a cualquier persona a que quiera hablar como fuente periodística, lo cual fue seguramente advertido por más de un periodista.
Estos casos son sólo una muestra de que el avance frente a Consumidores Argentinos no es un episodio aislado. El gobierno nacional tiene antecedentes de limitar la libertad de expresión de sus críticos que son el resultado de la limitación anterior de otros derechos. Aquellos que valoran la libertad deben unirse en defensa de cada derecho, porque cada vulneración lleva en sí misma el germen de una nueva limitación a la libertad.

jueves, 30 de agosto de 2012

¿Votar a los 16?



El gobierno nacional parece avanzar en una reforma para permitir el voto, optativo, entre los 16 y los 18 años. Más allá de a qué partido le convendría eso (la verdad es que no lo sé), la propuesta me genera muchas dudas, y la comparación internacional no me las despeja: de los 195 países del mundo, sólo 14 habilitan el voto en elecciones nacionales a menores de 18 años. De esos 14 no son muchos los países a los que me gustaría que se pareciera más el mío; los 14 son: Austria, Brasil, Bosnia, Corea del Norte, Cuba, Ecuador, Eslovenia, Guernsey, Jersey, Indonesia, Isla de Man, Nicaragua, Sudán y Timor del Este. Vamos a seguir estudiando el tema.

miércoles, 29 de agosto de 2012

After party


Uno aprende cosas nuevas todos los días. Que existe una cosa que se llama la previa a las fiestas yo ya lo sabía. También conocía el concepto de after office, y hasta he asistido a algún evento así llamado. Pero lo de "after party" para mí es nuevo, lo admito. Por otro lado, te banco a muerte si ponés estrípers; te banco un stripers o strípers. ¿Pero Streppers? Finalmente: si arriba dice show de streppers no me quiero imaginar lo que serían los desfiles de "modelos".

martes, 28 de agosto de 2012

Casi un milagro



Ayer funcionaban las dos boleterías automáticas en la estación. Parecía, casi milagrosamente, un día normal en un tren normal en un país normal. Enfocando más la mirada, sin embargo, me encontré con un comunicado de la Unión Ferroviaria advirtiendo que de registrarse nuevos insultos y agresiones hacia los trabajadores por culpa del mal servicio interrumpirá el servicio. Dice el comunicado:
“La reacción de los pasajeros hacia los trabajadores, intentando responsabilizarnos del pésimo servicio que presta la empresa, reacción que se concreta con insultos y agresiones, nos pone en la obligación de informar a los señores pasajeros que de registrarse nuevamente hechos violentos contra los trabajadores ferroviarios nos veremos en la obligación de suspender totalmente el servicio”.
Esto no es normal, muchachos. Esto no camina, no funciona. Y no hablo del tren. Hablo de estar al borde de la discusión violenta por cualquier cosa en cualquier lado. Hablo de la falta de leyes previas que normen las conductas.

lunes, 27 de agosto de 2012

El tipo del sillón



Leí Bernardino Rivadavia. El primer presidente argentino, biografía recién publicada por Klaus Gallo, a quien tuve de profe en la Maestría en Historia de Di Tella. El caso del personaje que le dio el nombre al sillón de los presidentes es extraño. Se trata de uno de los personajes más discutidos de la historia argentina porque ha sido y es campo de batalla en la guerra entre la tradición historiográfica liberal y los revisionistas. Uno de los grandes méritos de esa biografía es, justamente, que no tiene un objetivo político sino puramente académico. Así y todo, ese contraste entre héroe y villano vuelve al comparar su exitosa gestión como Ministro de Gobierno de Buenos Aires con su fallida experiencia presidencial, signada por el creciente alejamiento con las provincias y la guerra con Brasil. 
Además de la mesura, el libro está muy bien construido, pasando de etapa a etapa y de tema a tema con fluidez y con una prosa sencilla y directa. (Nada como la del “patovica de la historia”). En suma, la biografía se lee muy bien y los interesados en el personaje podrán encontrar acá una excelente aproximación al primer presidente argentino, quien dijera en su discurso de asunción:
“Cuando los representantes de la Nación, los pueblos que la componen, y cada individuo que la habita, estén persuadidos que no hay persona, ni personas, cuyas voluntades ni intereses sean capaces de preponderar sobre la mayoría de la Nación, y menos monopolizar los derechos de ella, bajo la salvaguardia de las formas y de las voces, entonces estaremos seguros, y verá el mundo que hemos formado una nación". (p. 146)

viernes, 24 de agosto de 2012

La fiesta del zapato


Cada tanto amontono zapatos.

Niño/a: dícese de ser humano de pequeño tamaño con acentuada tendencia a quitarse el calzado y andar dejándolo tirado por ahí.

Padre: dícese de ser humano mayor con cría que anda por ahí buscando y ordenando calzado de niños/as.

Consecuencias.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Riesgo

Hace un tiempo me crucé con esta publicidad en el subte.


El slogan de la campaña colombiana de turismo es: "Colombia, el riesgo es que te quieras quedar." Usar la palabra "riesgo" en un país considerado riesgoso parece... bueno, sí, un poco riesgoso. Quizás la intención era de alguna manera hacer referencia a eso que debe quedar en la mente de muchos (el peligro) y desecharlo sin atacarlo directamente. Quizás funciona, no sé, pero me llamó la atención porque lo primero que pensé con riesgo es en los peligros habitualmente asociados a Colombia en el pasado.


martes, 21 de agosto de 2012

El fantasma de la literatura

Un joven novelista visita a un consagrado escritor a quien querría tener de mentor y entra así, por unas horas, en la trama real de su vida. El joven tiene ciertas pistas del drama que está ocurriendo en la casa y el resto lo complementa con su imaginación. Con esas pistas, la imaginación y una discusión aún no cerrada con su padre por un cuento que revelaba demasiado de la vida familiar, el joven novelista que es el narrador en primera persona construye The ghost writer, de Philip Roth. Al despedirse, el consagrado le dice al joven: “Estaré curioso hasta que vea cómo quedamos todos algún día. Podría ser un cuento interesante. Vos no sos tan bueno y educado en tu ficción”. (p. 180)
El libro es así principalmente una reflexión sobre el lugar de la verdad en la literatura, la tensión entre experiencia e imaginación en su construcción y sobre los límites entre ficción y realidad. El joven se mete en problemas por decir demasiada verdad en la ficción (en aquel cuento) aunque "Como hasta el juez sabía, la historia literaria era en parte la historia de escritores enfureciendo a compatriotas, familia y amigos.” (p. 110) Lo mismo le ocurrió al narrador en la realidad al confesar infidelidades a su novia: “El odio a mí mismo que había inspirado por decir toda la verdad me tenía particularmente confundido”. (p. 42) Por otro lado, a veces la realidad es inverosímil: “Pero subí de un salto al bondi, y entonces detrás mío la puerta neumática, con su borde de goma dura, se cerró con lo que me pareció un golpazo demasiado apropiado, un símbolo de los que uno deja afuera de la ficción.” (p. 95) En ese equilibrio entre ficción e imaginación, el oficio del escritor es contar una verdad.
El libro no me conmovió, quizás porque haya leído demasiado Roth en los últimos tiempos (incluyendo Patrimony Counterlife) o porque se repite el trasfondo tan común a Roth de la vida de un escritor judío de Newark. Pero como siempre Roth se lee bien, es culto, profundo y da para pensar sobre la literatura y sobre la vida.

Otras citas que me gustaron
“I turn sentences around. That’s my life. I write a sentence and then I turn it around. Then I look at it and then I turn it around again. Then I have lunch. Then I come back in and I write another sentence. Then I have tea and turn the new sentence around. Then I read the two sentences over and turn them both around. Then I lie down on my sofa and think. Then I get up and throw them up and start from the beginning.” (p. 17-18) “Doy vuelta oraciones. Esa es mi vida. Escribo una oración y la doy vuelta. Después la miro y la doy vuelta otra vez. Después almuerzo. Después vuelvo y escribo otra oración. Después tomo el té y doy vuelta la nueva oración. Después leo las dos oraciones otra vez y las doy vuelta a las dos. Después me tiro en el sofá y pienso. Después me paro y las tiro y empiezo desde el principio.”
“Don’t worry too much about ‘wrong’. Just keep going. You’ll get there.” (p. 72) “No te preocupes demasiado sobre ‘mal’. Dale para adelante. Ya vas a llegar.”
“Fondling those papers of yours! Oh, she’ll see! I got fondled more by strangers on the rush-hour subway during two months in 1935 than I have up here in the last twenty years!” (p. 123-124) “¡Toqueteando esos papeluchos tuyos! ¡Oh, ya va a ver esa! ¡A mí me toquetearon más algunos desconocidos durante dos meses en 1935 en la hora pico del subte de lo que me tocaron acá en los últimos veinte años!”

Los originales usados arriba
“The hatred for me I had inspired by telling the whole truth had me particularly confused.” (p. 42)
“But I hopped up onto the bus, and then behind me the pneumatic door, with its hard rubber edge, swung shut with what I took to be an overly appropriate thump, a symbol of the kind you leave out of fiction.” (p. 95)
“As even the judge knew, literary history was in part the history of novelists infuriating fellow countrymen, family, and friends.” (p. 110)
“I’ll be curious to see how we all come out someday. It could be an interesting story. You’re not so nice and polite in your fiction”. (p. 180)

viernes, 17 de agosto de 2012

Londres, Catamarca


Ayer bajé del tren a la mañana y saqué esta foto. A la tarde, llegando al subte, escuché un grupito de cuatro chicas hablando de la lluvia que no para, de la humedad y sus rulos inmanejables y, como no podía ser de otra manera, una dijo que es como Londres. Justo ayer publiqué acá fotos de Arizona, San Luis, y un amigo en Facebook me hizo acordar que existe una Londres en Catamarca donde, por cierto, debe llover un poquito menos.
Ayer, también, Boudou presidió la sesión del Senado en que se trató la expropiación de Ciccone. Somos Londres con los Saadi en vez de Tony Blair.  

miércoles, 15 de agosto de 2012

Red subterránea


Una vez subí acá un poema donde figuraba Rancho Topo, un boliche que está en la estación Retiro de la línea C de subte. El otro día pasé por Once y descubrí que no es el único Rancho Topo: hay Rancho Topo Retiro y hay Rancho Topo Once. Y parece que hay Rancho Topo Constitución. Toda una cadena bajo tierra y buscando el sope en la base de la pirámide, como se dice por ahí. La estrategia de negocio parece tener sentido, aunque podrían unificar la imagen de marca. Sería un gran trabajo para mi amigo Claudio de Market Dynamo. Pero claro, si de pronto estás 10 días sin laburar por un paro todo se puede complicar...

 Rancho Topo Once

Rancho Topo Retiro

martes, 14 de agosto de 2012

No funciona


El post más leído en la breve historia de este blog se titulaba “Por qué no la voto” y lo sintetizaba en dos puntos: el qué y el cómo. Todo este enjambre con el subte y los trenes y la SUBE vuelve a ser lo mismo. Los proyectos del kirchnerismo son siempre chiquitos y en las formas admite cualquier cosa, hasta un spot oficial en Fútbol para Todos acusando a un opositor político.
En estos 10 años, años en que viajamos cada vez peor mientras el gobierno daba miles de millones de pesos a las empresas que nos daban un servicio cada vez peor, mientras murieron 52 personas en Once y descarrilaron trenes y se incendiaron vagones, lo mejor que hizo en transporte el kirchnerismo fue la tarjeta SUBE. Pero funciona mal y lo hicieron, una vez más, con pésimas formas. Si el kirchnerismo se hubiera embanderado en la reforma del sistema metropolitano de transporte, con un proyecto de largo plazo, podría haber mejorado la vida cotidiana de millones de personas. Pero no lo hace; se queda en la chiquitita, en ver si le puede ganar a Macri, así como hace unas semanas quería ganarle a Scioli. 
Tienen objetivos chicos y formas peligrosas. El kirchnerismo no funciona, muchachos, como la SUBE ayer en mi estación. Por eso el cartel nos decía ayer que viajemos sin boleto; el problema es que los costos tarde o temprano se pagan. Siempre.
 
Ex post
Y esto nos decía el cartel de hoy:

lunes, 13 de agosto de 2012

Esa cosa llamada matrimonio



La semana pasada leí El matrimonio, de Marina Mariasch, y cuando lo terminé lo leí de nuevo. Una de las cosas copadas de las novelas chiquititas (esta se autoproclama nouvelle), como Bonsái, de Zambra, es que se pueden leer y releer en un par de días. Nadie se pone a releer Ana Karenina apenas la termina, pero novelas como estas sí se puede.

Como Zambra, Mariasch hace poesía y esta es su primera novela y eso se ve o, más bien, se escucha, se siente. Aunque los significados a veces se oscurecen en un armado algo críptico, el lenguaje siempre fluye, las palabras hacen su propio juego aunque “lo estético no puede ser desgajado limpiamente de un sistema simbólico que aparece enredado en la trama.” (p.26) Las metáforas, las imágenes, el lenguaje siempre cuidado, tallado, muestran y esconden la anatomía de un matrimonio; la primera oración del libro no está puesta allí en vano: “En las relaciones de pareja lo esencial está oculto y debe permanecer así para los principales interesados.” (p. 7)

Mariasch construye todo esto a partir de esos juegos poéticos que surgen de situaciones muy prosaicas. El lavado de la ropa sucia puede hacer al equilibrio mismo de la pareja: “Lavo su ropa, todavía, para que él la encuentre limpia a la hora que venga. La semana que viene, la ropa tendrá otro perfume, el olor dulce y fuerte de los lavaderos automáticos.” (p. 49) Las madres en la puerta del colegio hacen a la competencia intergénero: “Al final del camino, la puerta del colegio. Un cúmulo de femineidades juega a la mamá, miss simpatía y elegancia casual. (...) Se jura no perder la batalla contra los ojos de las otras madres que buscan el defecto. Corte y confección de los figurines ideales.” (p. 13) Buscar un hijo en la casa de un amiguito rico despierta preguntas sobre las elecciones realizadas y sus consecuencias: “Confort. Confort. Confort. El confort es ajeno. No es para mí. (...) [Las torres] se repliegan sobre mí amenazantes y me dicen en voz grave al unísono, como un trío de bajos: Pudiste pertenecer aquí. Pudimos ser tus esclavas y que nuestros motores obedezcan mecánicamente a los deseos del tacto de tus yemas.” (p. 15/16) El supermercado despierta cuestiones de género y de ingresos: “Madres de azul marino abarrotan productos en sus changuitos, llenos, sin medida, sin restricción. Saben lo que quieren, saben lo que quieren sus varones, no vacilan. Suman sin hacer la cuenta.” (p. 27)

En el camino, surge una reflexión muy sensible sobre el amor (“El amor no necesita educación, se aprende sólo con no tenerlo.” - p. 37); sobre el género, sobre qué significa ser mujer en una pareja y en una familia y sobre lo extraña que puede ser nuestra propia existencia tras tomar determinados caminos: “Atraviesa el campo minado de los juguetes tirados. Es hora de poner orden en su vida. Control, diseño, planificación.” (p. 11) Finalmente, hay también una mirada crítica a la masculinidad, pero no la crítica obvia, sino una mirada inteligente que puede interpelar a muchos varones. En definitiva, un libro que es cierto que no es fácil, pero que convoca por la estética y por lo que ésta ayuda a descubrir: una mirada sensible y culta y bella sobre esa cosa que llamamos matrimonio.

viernes, 10 de agosto de 2012

Sr. Mensual


En "La autopista del Sur" en vez de darle nombres a los automovilistas Cortázar los llama por las marcas de sus autos; son la muchacha del Dauphine, el ingeniero del 404 y así. En un estacionamiento de la calle Moreno van un paso más allá: si tenés abono mensual sos el "Sr. Mensual". ¿Serán muchos señores Mensual? ¿Habrá muchos Sr. Estadía y Sr. Hora? El cartel tiene otras perlas, por supuesto: vehículo sin tilde y con mayúscula, el punto en vez de la coma después de habitual, el espacio antes del punto, la falta de signo de exclamación de apertura. Pero Sr. Mensual me pareció divertido; ahora que lo pienso, no sé si será tan divertido para las señoras y señoritas con abonos mensuales.

jueves, 9 de agosto de 2012

Tratarse bien


Me llaman la atención los graffitis. Mi ojo los detecta y me dice que frene y mire y lea. Y yo siempre fui muy obediente entonces saqué la foto pensando en el graffiti, en que hay que tratar bien a los animales y pensando también que hay gente que sale a defender eso. Quiero decir, que hay gente que milita contra el maltrato animal y está bien, por supuesto; es una buena causa, y hay muchas causas muy buenas. Después vi que atrás había dos chicos que parecían querer tratarse bien y sí, esa es otra buena causa. Tratar bien a los otros, a uno mismo, a los animales. Digo, ¿no?, habiendo tanto maltrato dando vueltas por ahí, ¿no?, tratarse bien parece una buena causa, un buen comienzo.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Collage Mayúsculo



Agarré esta nota, saqué todas las palabras en minúsculas y quedaron estas palabras, este poema, este Collage Mayúsculo.

Las
La
Cámpora
Río
Gallegos
“Releer
Néstor”
Discurso
Presidente
Néstor
Carlos
Kirchner
Presidencia
Transformación
Política
Cultural
Proyecto
Nacional
Popular
Santa
Cruz
Cristina
Presidenta.
Ese
Argentina
Vengo
Nación
Verdad
Justicia
Argentina
Primeramente
Y
Néstor
Proyecto
País
Finalmente
Espacio
Quedando
Néstor
Militancia 

lunes, 6 de agosto de 2012

Pequeño gran libro


Estuve releyendo Winesburg, Ohio, la obra más conocida de Sherwood Anderson, considerado un inspirador de buena parte de la así llamada “Generación perdida” de la literatura americana: Hemingway, Faulkner, F. Scott Fitzgerald y compañía. Winesburg es un libro de cuentos interrelacionados con eje en esa ciudad ficticia; es un conjunto de retratos de personajes y a partir de ellos un retrato de esa ciudad y de la vida en ciudades del Midwest a comienzos del siglo XX.
El libro no es muy divertido y es, como me decía por Twitter Santiago Llach, un poco infantil (y a veces, agrego yo, un poco cursi). Pero tiene algunas cosas muy buenas. Una de ellas es lo bien que retrata a los personajes secundarios. Con una imagen, un comentario al pasar o un detalle nos hace sentir que entendemos todo el contexto sobre el que se mueve la cosa (y el contexto, en este caso, es el libro). Por ejemplo, en un cuento nos habla sobre un tal Dr. Parcival: “Dormía en una oficina que era increíblemente sucia y cenaba en el comedor de Biff Carter, que estaba en un pequeño edificio de madera enfrente de la estación de tren. En el verano el comedor se llenaba de moscas y el delantal blanco de Biff Carter se ponía más sucio que el piso.” (p. 21)
La segunda gran virtud es que Anderson no juzga a sus personajes: andan todos por Winesburg haciendo cosas obvias o raras y el los deja hacer sin decirnos qué está bien y qué está mal. El primer cuento, “El libro de lo grotesco”, sirve de introducción a Winesburg y aunque se publica junto con lo demás está formalmente fuera de la serie. Allí quizás se prefigura esta falta de juicios de valor. “El viejo tenía una teoría bastante elaborada sobre la cuestión. Él tenía la idea de que en el momento en que alguna de las personas toma una verdad para sí misma, en que la llama su verdad e intenta vivir según ella, se convierte en un grotesco y la verdad que adoptó en una mentira.” (p. 3)
La tercera cuestión que destaco es que se oye el sonido de gente de verdad. Hoy nos hemos habituado a leer literatura que suena parecido a cómo habla la gente, pero a principios del siglo pasado no era tan común. Pocos años después, Dos Passos sería un maestro en esto: en Manhattan Transfer escribe los diálogos con el sonido de los acentos de irlandeses, italianos y demás habitantes de la Nueva York de los años 20. Wash Williams, por ejemplo, le dice al joven George Willard: “Fui un boludo, sabés, como el que vos sos ahora, y por boludo me casé con esa mina. Me gustaría ver que los hombre un poco empiecen a entender a las mimas., que entiendan que fueron enviadas a impedir que los hombres hagan que el mundo valga la pena. Son un truco de la naturaleza.” (p. 70)
Otras citas que me gustaron:
“Old Edward King was small of stature and when he passed people in the street laughed a queer unmirthful laugh. When he laughed he scratched his left elbow with his right hand. The sleeve of his coat was almost worn through from the habit.” / “El viejo Edward King era de baja estatura y cuando se cruzaba con gente en la calle se reía con una risa rara y sin gracia. Cuando se reía se rascaba su codo izquierdo con su mano derecha. La manga de su abrigo estaba gastada y casi agujereada por ese hábito.” (p. 59)
“‘If you are to become a writer you’ll have to stop fooling with words’, she explained. ‘It would be better to give up the notion of writing until you are better prepared. Now it’s time to be living. I don’t want to frighten you, but I would like to make you understand the import of what you think of attempting. You must not become a mere peddler of words. The thing to learn is to know what people are thinking about, not what they say’.” / “‘Si vas a convertirte en un escritor vas a tener que dejar de jorobar con las palabras’, le explicó ella. ‘Sería mejor abandonar la idea de escribir hasta que estés mejor preparado. Ahora es momento de vivir. No te quiero asustar, pero me gustaría hacerte entender la importancia de lo que pensás que estás intentando hacer. No tenés que convertirte en un mero mercachifle de las palabras. Lo que hay que aprender es a conocer qué está pensando la gente, no lo que dice’.” (p. 97)
“Everyone knows of the talking artists. Throughout all of the known history of the world they have gathered in rooms and talked. They talk of art and are passionately, almost feverishly, in earnest about it. They think it matters much more than it does.” / “Todos saben de los artistas parlanchines. Durante toda la historia registrada del mundo se han juntado en habitaciones y han hablado. Hablan del arte y se lo toman en serio apasionadamente, casi afiebrados. Ellos creen que importa mucho más de lo que realmente importa.” (p 101)
“‘Has a fellow got to do it?’, he asked. ‘Has he got to be harnessed up and driven through life like a horse?’” / “‘¿Es obligatorio hacerlo?, preguntó. ‘¿Hace falta que el chabón se deje ensillar para ser conducido por la vida como un caballo?’” (p. 125)

Los originales de arriba
“The old man had quite an elaborate theory concerning the matter. It was his notion that the moment one of the people took one truth to himself, called it his truth, and tried to live life by it, he became a grotesque and the truth he embraced became a falsehood.” (p. 3)
“He slept in the office that was unspeakably dirty and dined at Biff Carter's lunch room in a small frame building opposite the railroad station. In the summer the lunch room was filled with flies and Biff Carter's white apron was more dirty than his floor.” (p. 21)
“I was a fool, do you see, as you are now, and so I married this woman. I would like to see men a little begin to understand women. They are sent to prevent men making the world worth while. It is a trick in nature.” (p. 70)

viernes, 3 de agosto de 2012

El pasajero


Se sentó muy pancho él, más que aquel otro en el tren, en las butacas suaves y azules de la línea C. Estamos en Retiro y la señora de enfrente lee su copia de La Razón (La Razón a voluntad diario, dicen los chicos en el pasillo), sin importarle que un metro más allá él está tirado ahí, cómodo, calentito. Hasta que llega la maquinista de Metrovías, que se parece a tu tía Elvira, con rulos, con color de pelo de peluquería, con su culo rebalsando el pantalón gris del uniforme. “Dale, che, tenés que bajar”, le dice al perro, que la mira sin decir nada y que ante el tercer empujón suave se baja de la butaca y del vagón y camina por el andén. “Tres veces lo bajé ya”, dice la tía Elvira a nadie en particular, a todos juntos, para acompañarse en el ridículo que siente por estar bajando a un pobre perro del subte. La veo en el andén a la tía Elvira, empujando al perro para la punta, con la esperanza de que no vuelva a subirse a su tren mientras los pasajeros siguen subiendo y yo me acuerdo de esta canción.  

miércoles, 1 de agosto de 2012

Llegar tarde, pelear temprano



Hacía frío ayer a la mañana en la estación. En casa, unos minutos antes, me había preguntado si era mejor apurarme para tomar un tren relativamente temprano o esperar hasta 8:30, porque entre 7:50 y 8:30 no hay que viajar, hay demasiada gente. Me apuré: llego temprano a la reunión y leo el diario de la corpo mientras espero, pensé. No funcionó.
Llegué a las 7:43 pero el tren no venía y el andén se llenaba. Al rato un flaco fue hasta la boletería y preguntó: "¿va a venir un tren?" Me causó gracia cómo lo preguntó; no cuándo vendrá, sino si vendrá. Todo está en duda, nada es seguro. ¿Vendrá un tren? A las 7:58 ya tenía frío; los parlantes hicieron click; nos van a hablar, los chicos de TBA nos van a hablar, pensé. "Por cancelación de formación en Acassuso, servicio a Retiro se encuentra con demoras." Estoy hace quince minutos tomando frío en la estación, no me digas que hay demoras, no me digas la causa: decime cómo sigue la cosa, loco.
Trataba de leer "Winesburg, Ohio", de Sherwood Anderson pero me costaba concentrarme. Levanté la vista y vi un aviso de Mantecol que habla de las "verdades argentinas". "Cuando llegamos tarde al laburo decimos que el tren tuvo demoras", dice el aviso. Un sabio grafittió arriba: "el tren tiene demoras". Las primeras tres palabras en rojo, la palabra demoras en letras verdes, enormes, tan grandes como las demoras del tren. Miré para el costado y vi un flaco apoyado en su bici mirando al suelo. En eso escuchamos los gritos de un flaquito que se enojó, puteaba al de la boletería, golpeaba el mostrador. "¡Además me cargás, pelotudo!"; gritó y golpeó y se fue. Son las 8:01 y quiere trompear a José TBA. "Qué ganas de pelearse", le dije al de la bici. "Yo ya no me enojo por nada", me respondió, y siguió mirando al piso.
Mientras tanto, en el andén no faltaba nadie. Estaba el señor de traje, el chabón de jogging y campera del Liverpool, la señora enojada, y hasta una chica con un libro titulado: "La vida es como tu la hagas." Salvo el tren, claro. El tren es el que hizo Cirigliano o Roggio o Kirchner, no sé. Cada uno escríbalo como quiera. Yo ya no me quejo por nada, dijo el de la bici. Cuando llegó el primer tren el flaco ni intentó subirse; yo tampoco: estaba hasta las manos. Con el segundo intentó: se abrió la puerta del furgón, salió gente, entró gente y el flaco trataba de meter su bici. "¿No habrá un lugarcito para la bici en el lugar de las bicis? ¿No?", preguntó, con la misma voz suave que usó conmigo. El flaquito de la bici llegó tarde pero no se peleó temprano.