Leí Enlightenment Now, de Steven Pinker, un
libro maravilloso y monumental que defiende los logros de la civilización
occidental en un momento en el que abunda el pesimismo cultural. Esos logros,
dice Pinker, se remiten a un momento específico de la humanidad, la
Ilustración, que inauguró una avenida de progreso a partir de cuatro valores:
la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso. “El principio de la
Ilustración de que podemos aplicar la razón y la simpatía para aumentar el
florecimiento humano puede parecer obvio, remanido, viejo. Escribí este libro
porque me he dado cuenta de que no lo es. Más que nunca, los ideales de la
razón, la ciencia, el humanismo y el progreso necesitan una defensa
incondicional.” (p. 4) Eso es lo que hace Pinker en las 400 páginas que siguen
de una manera sistemática y profunda, con una prosa clara, con humor y alegría
y empatía hacia todos los que habitamos y hemos habitado este planeta.
Es cierto, también,
que se me hizo largo; aunque en parte eso se dio porque tengo hoy peores
condiciones de lectura que hace unos meses (¡qué vuelva el tren a Retiro
pronto!), yo recomendaría saltearse algunos capítulos, sobre todo de la segunda
parte. En la primera sección, Pinker establece algunas bases teóricas. Primero
define a trazos gruesos la Ilustración y luego algunas de las fuerzas básicas
que enfrenta la humanidad: la entropía (que en una visión muy básica significa
que las cosas decaen); la evolución y la naturaleza; y la información o
inteligencia. Como síntesis, el humano es un producto de la evolución que usa
la inteligencia para combatir la entropía: “Volviendo a la evolución, un
cerebro armado por información en el genoma para realizar computaciones sobre
información que viene de los sentidos podría organizar la conducta del animal
de una manera que le permitiera capturar energía y resistir la entropía.” (p.
21) La Ilustración, dice Pinker, es lo que logró una explosión de los logros de
la inteligencia para resistir la entropía.
La segunda parte es
la que se me hizo más larga. En contra de lo que dicen algunos contrincantes de
la Ilustración (movimientos religiosos, nacionalistas o culturales), la
Ilustración funcionó. En 17 capítulos, Pinker discute sus logros en términos de
aumento de la expectativa de vida, mejoras de la salud y del sustento, aumento
de la riqueza, reducción de la pobreza y de la desigualdad, menos guerras y más
seguridad, menos terrorismo, más democracia, igualdad de derechos, más
conocimiento y mejor calidad de vida. La evidencia es abrumadora. Esto no
implica, dice Pinker, que todo sea perfecto; tenemos problemas (donde los
ambientales son quizás los más obvios), pero lo que ha demostrado el ser humano
es la capacidad de ir resolviendo esos problemas a través de la razón.
¿Por qué no vemos
este progreso si es tan evidente? Por un lado, porque “la naturaleza del
periodismo interactúa con la naturaleza de la cognición para hacernos creer”
(p. 41) que el mundo está peor. Además, porque hay una actividad humana
particularmente importante que es particularmente refractaria a la razón: la
política electoral, que fomenta el tribalismo en lugar de la discusión
informada. Pero “no debemos dejar que la existencia de sesgos cognitivos y
emocionales o los espasmos de la irracionalidad del campo político nos disuadan
del ideal de la Ilustración de perseguir implacablemente la razón y la verdad.”
(p. 383) En definitiva, “La recompensa de una democracia secular cosmopolita
está ahí a la vista de todos. Igualmente, la atracción de las ideas regresivas
es perenne, y por ello siempre hay que defender a la razón, la ciencia, el
humanismo y el progreso.” (p. 452)
Originales de las citas usadas
“The Enlightenment principle that we can apply reason
and sympathy to enhance human flourishing may seem obvious, trite,
old-fashioned. I wrote this book because I have come to realize that it is not.
More than ever, the ideals of reason, science, humanism, and progress need a
wholehearted defense.” (p. 4)
“Getting back to evolution, a brain wired by
information in the genome to perform computations on information coming in from
the senses could organize the animal’s behavior in a way that allowed it to
capture energy and resist entropy.” (p. 21)
“Whether or not the world is really getting worse, the
nature of news will interact with the nature of cognition to make us think that
it is.” (p. 41)
“However long it takes, we must not let the existence
of cognitive and emotional biases or the spasms of irrationality in the
political arena discourage us from the Enlightenment ideal of relentlessly
pursuing reason and truth.” (p.
383)
“The bounty of a cosmopolitan secular democracy is
there for everyone to see. Still, the appeal of regressive ideas is perennial,
and the case for reason, science, humanism, and progress always has to be
made.” (p. 452)
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