El “tema Moyano” salió (o casi) de las portadas de los diarios, y tenemos desde ya noticias más fuertes como la tragedia aérea de Río Negro y por supuesto el gran affaire Strauss Kahn, llamado “el ponedor compulsivo” por el inefable Jorge Asís. Igual, déjenme insistir con el tema si no por otra razón, por el hecho de que el estallido o no de una conflagración entre el líder sindical y el gobierno cambiaría bastante nuestras vidas cotidianas: mi viaje en el tren, la posibilidad de cargar nafta y la circulación por la hermosa ciudad de Buenos Aires.
Entonces, recapitulando: cuando vino el exhorto de Suiza dije esperemos a ver que esto todavía no es un divorcio; cuando la presidente llamó a reducir la conflictividad dije esperemos que esto parece un pedido; y cuando se quejó de una “extorsión” y le respondieron que no se suicide también dije que esperemos, como el maestro zen.
Momo Venegas perdió 20 mil afiliados: los amigos de Moyano se alegran.
Hoy veo en la tapa de Tiempo Argentino el regodeo del gobierno (o parte de él) porque un sindicato que responde a Moyano le sacó 20.000 trabajadores a UATRE, sindicato que maneja el duhaldista “Momo Venegas”. Y desde la tapa de La Nación, Carlos Pagni te lo explica: “No todo el oficialismo está contra Moyano”. Hay un sector liderado por Zaninni que busca en la pelea con Moyano rédito electoral; y otro, que responde a Julio de Vido, que entiendo el poder de daño que puede tener Moyano en el marco de una campaña electoral – poder que Moyano, desde ya, entiende a la perfección. Así que, como vengo diciendo desde hace un tiempo: la tensión va a seguir, porque por ahora parece estar en el interés de ambos actores mantenerla, pero sin quebrar definitivamente la paz. Aunque en nuestra vida cotidiana a muchos no nos parezca, parece que estamos en una situación de equilibrio.
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