Después de mucho tiempo, ayer fui a la cancha gracias a la invitación de un gran amigo. Desde el palco local, tuve la suerte de ver el excelente gol que Martín Palermo, El Titán, le metió a mi propio equipo. Aplaudí de pie sin vergüenza, y lo mismo hice cuando fue reemplazado a los 24 minutos del segundo tiempo. El segundo gran momento del partido fue un hermoso caño del 8 de Independiente, Fredes, que recibió el festejo de mi amigo de Boca con un rotundo “¡ole!” a su propio jugador. Le salió del alma futbolera, sin pensar.
Hace años que no iba a la cancha. Desde un palco
se la pasa mejor. ¿Será una señal de envejecimiento?
La tercera perla en el marco de la mediocridad de un partido de fútbol argentino fue Marcos, el hijo de 6 o 7 años de un tercer integrante del palco. Marquitos vio el partido con la intensidad digna de la edad: cada vez que un jugador de Boca tomaba la pelota le hablaba, le aconsejaba qué hacer y lo retaba con cada equivocación. Cantaba con la hinchada cánticos sobre “correr” a las hinchadas rivales, enfrentar a la policía y abusar de sustancias. Y, sobre todo, nos miraba confundido: ¿cómo podía ser que un hincha de Independiente festejara un gol de Boca y un hincha de Boca un caño de Independiente?
A esta altura del partido, Martín Palermo debería ser indiscutido por todas las hinchadas, igual que otros “próceres” locales como el Pelado Almeyda en River y Eduardo Tuzzio en Independiente. No lo son por la extraña lógica del fútbol. Lo que es realmente curioso es que muchas veces traslademos esa misma lógica a la política, donde ciertas cuestiones deberían ser compartidas.
Eduardo Tuzzio procer? Al lado de Palermo y Almeyda??? andaaaaaaaa
ResponderEliminarExcelente analogía la del final. Creo que es el mal de esta próximas elecciones, no tener acuerdos básicos en una oposición mejor integrada y organizada.
ResponderEliminarFer, te banco con Tuzzio.
ResponderEliminarUna de las cosas más lindas de la cancha es cuando ambas hinchadas aplauden un jugador o cuando se aplaude al equipo contrario por el espectáculo dado. En ocasiones tenemos chispazos de civilidad.
Gracias, Juani y sí: las veces que se da esa civilidad deportiva es emocionante. Al Anónimo que no me banca con Tuzzio: probablemente es el menor de los tres (y muy lejos de Almeyda) pero ayer, en el medio de la mediocridad actual, parecía Beckenbauer...
ResponderEliminarGracias Fer por compartir conmigo tan bellas palabras de amor futbolero.
ResponderEliminarDe todos modos, lejos estoy de rotular de igual manera Tuzzio y Almeyda con un jugador de la talla del gran Martín Palermo.
Abrazo de gol.