lunes, 10 de junio de 2013

Vida breve, novela larga


Las primeras 30 o 50 páginas de The Brief Wondrous Life of Oscar Wao fueron como una piña a la cara. ¡Pum! Hacía rato, mucho rato, que un escritor no me cagaba a trompadas así, no me mostraba una manera tan distinta, tan original, de contar una historia. La prosa suena como otra cosa, suena como uno imagina que suenan los barrios dominicanos en New Jersey, una música distinta a todo lo demás, con un ritmo increíble. Las 280 o 300 páginas que vinieron después se me hicieron cada vez más difíciles, pero igual valieron la pena.
Junot Díaz cuenta la historia de una familia dominicana/americana: son tres generaciones, idas y venidas desde la isla a New Jersey, y una historia que termina con el último dominicano virgen, gordo y nerd: "Para Oscar, el secundario fue el equivalente de un espectáculo medieval, como ser puesto en el cepo y forzado a soportar el apedreo y la furia de una turba de retardados, una experiencia de la que se suponía que debería haber emergido como una mejor persona, pero eso no es lo que realmente sucedió - y si había lecciones a recoger del sufrimiento de aquellos años nunca dedujo del todo cuáles eran." (p. 19) El sufrimiento nunca paró.
Además del sonido de la prosa, destaco el lugar que Díaz le atribuye a la sexualidad en la cultura dominicana, una sexualidad que está siempre ahí afuera y que, salvo en el caso del pobre Oscar, parece ser siempre central a los personajes. "Todo barrio tenía su tetona pero Beli podría haber avergonzado a todas, ella era La Tetona Suprema: sus tetas eran globos tan inverosímilmente titánicos que hacían que las almas generosas tuvieran pena de su portadora y llevaban a todo hombre heterosexual en su vecindad a reevaluar su pobre vida. " (p. 92) "Lo que quería era chupar los enormes pechos de Beli, coger su conchita hasta que fuera un pantano de jugo de mango, mimarla hasta dejarla inconsciente..." (p. 124) El pantano de jugo de mango me hace acordar a otras metáforas e imágenes fuertes, interesantes, originales, como esta otra: en Santo Domingo "...los colectivos pasaban raudamente tan atiborrados de pasajeros que desde afuera parecía que estuvieran haciendo una entrega apresurada de extremidades a una guerra distante..." (p. 273)
Por momentos, sobre todo al principio, el autor intercala mucho de la historia de la familia con la del país. Incluso, con notas al pie y comentarios historiográficos. Es interesante cómo la Historia impacta en la historia de los personajes (por ejemplo: "La semana siguiente dos ojos atómicos se abrieron encima de centros civiles en Japón y aunque nadie lo sabía aún, ahí el mundo fue rehecho." - p. 236, lo que me recordó a una cita de Toni Morrison que anoté acá.) Al pasar, Díaz también hace crítica cultural; al hablar de uno de los malvados de la historia dice que era "uno de esos hombres muy malos que ni siquiera el postmodernismo puede explicar." (p. 294)
Toda narrativa es en algún punto una historia de los orígenes. El narrador principal (Díaz utiliza más de uno) es un novio de la hermana del anti-héroe. Él tiene que explicar esa historia, en parte, porque "Ella era el tipo de novia que Dios te da de joven, así sabés qué es la pérdida el resto de tu vida". (p. 324) Pero sobre todo porque no nos podemos escapar de nuestras historias, como Oscar no se podía escapar de la historia familiar. La única manera de escapar es hacia adentro, contándolo todo: "si estos años me han dicho algo es esto: nunca te podés escapar. Jamás. La única salida es adentro." (209)

Originales de las citas usadas arriba
"For Oscar, high school was the equivalent of a medieval spectacle, like being put in the stocks and forced to endure the peltings and outrages of a mob of deranged half-wits, an experience from which he supposed he should have emerged a better person, but that's not really what happened - and if there were any lessons to be gleaned from the ordeal of those years he never quite figured out what they were." (p. 19)
"Every neighbourhood has its tetúa, but Beli could have put them all to shame, she was La Tetúa Suprema: her tetas were globes so implausibly titanic they made generous souls pity their bearer and drove every straight male in their vicinity to reevaluate his sorry life." (p. 92)
"What he wanted was to suck Beli's enormous breasts, to fuck her pussy until it was a mango-juice swamp, to spoil her senseless..." (p. 124)
"...and the buses charged past so overflowing with passengers that from the outside they looked like they were making a rush delivery of limbs to some far-off war..." (p. 273)
"The next week two atomic eyes opened over civilian centers in Japan and, even though no one knew it yet, the world was then remade." (p. 236)
"...one of those very bad men that not even postmodernism can explain away." (p. 294)
"She was the kind of girlfriend God gives you young, so you'll know loss the rest of your life." (p. 324)
"But if these years have told me anything it is this: you can never run away. Not ever. The only way out is in." (209)

Las citas son de Díaz, Junot, The Brief Wondrous Life of Oscar Wao, Riverhead Books, New York, 2008

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