The Road to Los Angeles es una novela corta, de unas 160 páginas, y
recién en la página 152 de mi edición se hace referencia al camino a Los
Ángeles. Todo lo anterior es el camino interno que hace el protagonista y narrador,
Arturo Bandini, para ser un escritor. Más bien, para empezar a ser un escritor.
Arturo es un pibe de unos 20 años que
vive con la madre y la hermana en un departamento alquilado en una ciudad
costera cercana a Los Ángeles. Lee a los grandes filósofos y no logra
conectarse emocionalmente: ni con mujeres, ni con la madre, ni con la hermana.
Desprecia a todos y consigue torturados alivios sexuales con fotos de chicas arrancadas de revista, chicas a
quienes les inventa historias. Al llegar a la página 43 recordé haber leído
algo muy parecido a este personaje: el Ignatius Reilly de A Confederacy of
Dunces (La Conjura de los Necios), libro que me aburrió y no terminé. La
diferencia, claro, es que John Fante escribió esta novela, su primera aunque
sólo se publicó de forma póstuma, entre 1933 y 1936, y Kennedy Toole la suya en
la década de 1960. (Curiosamente, La Conjura... también se publicó de manera
póstuma; en ambos casos, los manuscritos se encontraron después de la muerte de
los autores.)
Doy vueltas, sí. La cuestión es que Bandini, este otro Ignatius,
anda vagando por la vida hasta que un día entra a comer a un boliche y una
conversación con el dueño lo pone en camino. "Dijo, 'Leés mucho. ¿Nunca
trataste de escribir un libro? Eso fue todo. Desde ese momento quise ser
escritor." (p. 28) De ahí en más pasan muchas cosas: un día mata a cientos
de cangrejos; va al parque a leer, lo rajan de un laburo y después el tío lo
obliga a trabajar, y entra a una fábrica de pescado envasado. Esa no es una
buena experiencia para Arturo: "Esa primera mañana no tuvo comienzo y no
tuvo fin. Entre vómito y vómito me paraba en el depósito de latas y tenía convulsiones. Y les dije quién era. Arturo Bandini, el escritor." (p. 60) Aunque la
mitad del tiempo parece ridículo, lo que es claro es que Arturo no pertenece y
es difícil ser artista sin esa condición.
Como decía, el resto del libro es el camino interno hacia Los
Ángeles, hacia convertirse en un escritor, en un típico Bildungsroman
literario. Ese camino se hace a veces medio cansador, pero tiene humor y tiene
momentos de poesía, como este que me hizo pensar en Bukowski, a quien parece que le gustaba
Fante: "Esa mujer. ¡Cómo la amaba! El espiral de su forma, el hambre en
sus ojos cazados, la piel de su cuello, su media corrida, el sentimiento en mi
pecho, el color de su tapado, el brillo de su cara, el hormigueo en mis dedos,
cómo flota bajando por la calle, el frío de las estrellas brillantes, el tonto
serpenteo de una luna creciente, el gusto del fósforo, el olor del mar, la
suavidad de la noche, los estibadores, el click de las bolas de billar, las
gotas de música, el espiral de su forma, la música de sus talones, la terquedad
de su caminar, el viejo con un libro, la mujer, la mujer, la mujer." (p.
129)
Es en ese momento que Arturo tiene una idea y empieza a escribir
una novela y la prosa de Fante se torna poética: dos páginas más adelante juega
con comas ("y aunque hacía el amor, y, tenía amoríos ... estaba solitario
y, encastillado para el, amor") y dos páginas más adelantes juega con los
sonidos de palabras (lo que ni voy a intentar traducir). El libro de Arturo no
funciona, claro, pero el personaje sabe qué tiene que hacer; sabe que tiene que
seguir probando (como yo no quiero probar); sabe que se tiene que ir. "Con
la valija en la mano, caminé hasta la estación. Había una espera de diez
minutos para el tren de la medianoche para Los Ángeles. Me senté y empecé a
pensar en la nueva novela." (p. 164)
Originales usados
"He said, 'You read a lot. Did you
ever try writing a book?' That did it. From then on I wanted to be a
writer." (p. 28)
"That first morning had no beginning
and no end. Between vomitings I stood at the can dump and convulsed. And I told
them who I was. Arturo Bandini, the writer." (p. 60)
"That woman. How I loved her! The
coil of her form, the hunger in her hunted eyes, the fur at her neck, the run
in her hose, the feeling in my chest, the color of her coat, the flash of her
face, the tingle in my fingers, the floating after her down the street, the
coldness of the glittering stars, the dumb slither of a warm crescent moon, the
taste of the match, the smell of the sea, the softness of the night, the
stevedores, the click of poolballs, the beads of music, the coil of her form,
the music of her heels, the stubbornness of her gait, the old man with a book,
the woman, the woman, the woman." (p. 129)
"and though he made love, and, had
love affairs ... he was lonely and, incastellated for, love" (p. 131)
"Suitcase in hand, I wlaked down to the depot. There was a ten
minute wait of the midnight train to Los Angeles. I sat down and began to think
about the new novel." (p. 164)
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