No country for old men es una notable novela del notable Cormac McCarthy, con quien hace
rato no puedo ser objetivo: lo leímos y lo amamos acá y acá y acá y acá. Pero
esta, que fue muy bien llevada al cine por los hermanos Coen, es realmente una
obra maestra desde los tópicos, las escenas, las imágenes y la sensación de que
McCarthy puede escribir siete millones de palabras sin que sobre una sola.
Tres cazadores se entremezclan en la frontera entre México y
EE.UU., en el sur de Texas, tras un enfrentamiento entre bandas de narcotraficantes.
Moss, un ex combatiente de Vietnam que estaba cazando por la zona y se quedó
con una bolsa con dinero; Chigurh, un agente de alguna de las bandas, busca
cazarlo para recuperar el dinero (y la droga que alguien más se llevó); y el
sheriff del condado, Bell, un veterano de mil batallas, busca cazar a los dos.
Como en todas las novelas de McCarthy, son todos hombres duros,
acostumbrados a la violencia. De hecho, todos los personajes con alguna
relevancia fueron a alguna guerra (primera y segunda guerras, Vietnam). Y como
en otras, hay también una sensación de fatalidad, que el destino no puede
torcerse. "Las cosas que te pasan te pasan. No preguntan antes. No
solicitan permiso" (p. 220), le dice Moss a una chica en la ruta. Y
sigue diciendo que lo que hiciste está hecho: "No podés empezar de cero.
De eso se trata. Cada paso que das es para siempre. No podés hacer que se vaya.
Nada." (p. 227) Casi lo mismo le dice Chigurh a otra chica: "Cada
momento de tu vida es un cambio y una decisión. En algún lado decidiste. Todo
siguió hasta acá. La contabilidad es escrupulosa." (p. 259)
Alrededor de una novela de crimen aparecen temas más
trascendentes, muchas veces a partir del discurso del sheriff veterano. McCarthy se sale con la suya de tener a un personaje
reflexionando porque la oralidad es perfecta; escuchás al texano como si
estuviera con vos frente a una chimenea, con su sombrero en la mano. Como un hombre de otro tiempo, Bell sigue creyendo en
la verdad: "Creo que cuando se digan y se olviden todas las mentiras la
verdad todavía va a estar ahí. No se mueve de lado a lado y no cambia de un
momento a otro. No la podés corromper más de lo que podés salar la sal." (p.
123)
Detras y en el centro está el cambio, el fin de la ilusión, las
promesas rotas. El país de McCarthy es un país roto por la violencia, por la
droga y por la ausencia de Dios. Para un país con esta historia, para hombres que pasaron por la guerra, no es neutral: "No se puede ir a la guerra sin Dios." (p. 295) Los nuevos criminales son distintos: "No
creo que hayamos visto esta gente antes. De
este tipo. No sé qué hacer con ellos. Si los mataras a todos tendrían que
construir un anexo en el infierno." (p.
79) Bell se da cuenta de que no tiene más idea "del mundo que se está
cocinando" que sus antepasados (p. 283) y se siente derrotado, como fue vencida la
promesa americana. Al final del libro, Bell ve un bebedero y se pregunta por el
hombre que lo hizo. "Este hombre se había sentado con un martillo y un
cincel y había tallado sobre la piedra un bebedero de agua que duraría diez mil
años. ¿Por qué? ¿En qué era que
tenía fe? No era en que nada
cambiara. Que es lo que vos podría pensar, me imagino. Tenía que saber más que eso. (...) Y tengo que decir que lo único que se
me ocurre es que había algún tipo de promesa en su corazón." (p. 307)
Como en el final del Gran Gatsby, como en esos cuentos de Flannery O'Connor en los que vemos una sociedad que cambió
lo suficiente como para que ya no se pueda confiar en nadie pero donde el cambio es tan reciente que aún quedan confiados, la promesa rota de un
mundo mejor queda expuesta en el centro de la literatura americana.
Originales de las citas usadas
"Things happen to you they happen.
They dont ask first. They dont require your permission." (p. 220)
"You dont start over. That's what it's about. Ever step you take is
forever. You cant make it go away. None of it." (p. 227)
"Every moment in your life is a turning and every one a choosing.
Somewhere you made a choice. All followed to this. The accounting is scrupulous."
(p. 259)
"I think that when the lies are all told and forgot the truth will
be there yet. It dont move from place to place and it dont change from time to
time. You cant corrupt it any more than you can salt salt." (p. 123)
"You cant go to war without
God." (p. 295)
"I dont know. I used to say they were the same ones we've always
had to deal with. Same ones my grandaddy had to deal with. Back then they were
rustlin cattle. Now they're running dope. But I dont know as that's true no
more. I'm like you. I aint sure we've seen these people before. Their kind. I
dont know what to do about em even. If you killed em all they'd have to build a
annex on to hell." (p. 79)
"And the truth is I dont have no more idea of the world that is
brewin out there than what Harold did." (p. 283)
"But this man had set down with a
hammer and chisel and carved out a stone water trough to last ten thousand
years. Why was that? What was it that he had faith in? It wasnt that nothin
would change. Which is what you might think, I suppose. He had to know bettern
that. (...) And I have to say that the only thing I can think is that there was
some sort of promise in his heart." (p. 307) Sheriff Ed Tom Bell, voz en
off.
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