Roque Larraquy, La Comemadre, Entropía, 2014
Está
muy bien La Comemadre, ópera prima de
Roque Larraquy. La ¿novela? está armada con dos relatos: en el primero, un
grupo de médicos positivistas hacen experimentos monstruosos en un hospital de
Temperley en 1907. En el segundo, un artista hace instalaciones monstruosas ("el
monstruo que me propongo crear" - p. 115) a comienzos del siglo XXI.
Los
relatos están unidos no sólo por la monstruosidad, por la pregunta sobre los
límites (¿hasta dónde llegaré?); también porque un personaje de 2009 es
descendiente de uno de 1907 y tiene unas ranas de juguete que aparecieron en el primer relato; porque el personaje del segundo lee sobre el primer evento; por la comemadre (una planta que genera larvas que se
devoran todo, y que son utilizadas en ambas monstruosidades); por un círculo de
hormigas en una pared; por el hecho de que en ambos relatos aparecen en primer
plano pedazos amputados de cuerpos. Sobre todo, en ambos hay un lugar especial para
la cabeza (en el experimento de 1907 se guillotinan cabezas para ver qué dicen
las cabezas cortadas y el artista tiene uno de los dos hemisferios de su
cerebro hiperdesarrollado) y una insistencia en la dualidad. La dualidad está presente,
desde ya, por los dos relatos; por la anteposición de ciencia y arte entre
ellos; por cuerpo y mente; por el todo y la parte (las cabezas en el primer
relato y las manos en el segundo); porque en 1907 los médicos buscan en el
cuerpo preguntas sobre el espíritu; porque en 2009 tenemos los dos hemisferios
del niño prodigio y a un niño con dos cabezas. Pero sobre todo, me parece a mí,
en los dos está la pregunta por la gran dualidad: aquella entre el bien y el
mal. ¿Es admisible el experimento de los doctores? ¿Es aceptable el uso de
partes mutiladas de cuerpos en obras de arte, se puede afectar la vida con
fines artísticos? El criterio científico debe definir entre lo verdadero y lo
falso; el artístico entre lo bello y lo feo; y el ético entre el bien y el mal.
La
¿novela? (me pregunto si lo es, y después me cuestiono mi pregunta: ¿qué importa
si lo es o no?) está escrita con precisión quirúrgica; con un lenguaje seco y
directo que debería ayudar a perturbar. Al final no me perturbó tanto, quizás
me resultaron demasiado ajenos los relatos; y mientras tanto me hizo reír un
poco, como, por ejemplo, cuando habla de un médico: "Papini no tiene una
cara científica. Tiene pecas. No hay diploma que borre las pecas." (p. 62)
La novela no me volvió loco, no me emocionó, y la monstruosidad más que
perturbarme me aburre un poco; pero el libro es inteligente, se lee muy bien y
está muy bien escrito. Valió la pena.
Otras
citas
"De
noche ideamos planes drásticos que de hacerse nos cambiarían por completo. Pero
el plan se disuelve con el día y uno vuelve a ser el mediocre que se arruina
empecinadamente la vida." (p. 15)
"la
monogamia es, como todas las cosas artificiales, algo estrictamente necesario,
porque el hombre inventa sólo lo que necesita." (p. 108)
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