miércoles, 10 de febrero de 2016

En franco declive


En Let Me Be Frank With You (cuarta entrega de la tetralogía de Bascombe de Richard Ford) nos encontramos con Frank Bascombe probablemente por última vez. Acaba de pasar el huracán Sandy por la costa de Nueva Jersey llevándose, entre otras cosas, su antigua casa. Frank, quien aspiró a ser escritor - "escribir una novela (la última avanzada de una cierta especie de optimista condenado)" (p. 185) -, quien se dedicó luego a escribir sobre deportes pero terminó, finalmente, como agente inmobiliario, ve la costa destruida, su antigua casa irreconocible y se da cuenta de algo: "una vez que se fue, qué poco cambia una casa. Con qué facilidad, casi con dulzura, reafirma el mundo sus derechos y vuelve a ser él mismo. (...) Nada perdura." (p. 34) ¿Qué mejor metáfora para un inmobiliario zen?
Frank tiene 68 y está retirado, disfruta "el Próximo Nivel de la vida - probablemente el último: miembro del grupo demográfico de los escritorios limpios, libre para hacer el bien más puro en el mundo, si eligiera hacerlo". (p. 7) Un poco trata de hacer eso en un libro estructurado por cuatro visitas que ocurren en cuatro capítulos en pocos días de distancia: Frank visita a la costa para asesorar a un amigo sobre qué hacer con su casa destruida por el huracán; después recibe una visita inesperada en su casa, una persona que había vivido allí y necesitaba cerrar heridas; en el tercer capítulo visita a su ex-esposa para hacerle un favor; y finalmente visita a un amigo que está al borde de la muerte.
Frank no hace demasiado bien ni, por otra parte, parece demasiado compenetrado en hacerlo; intenta, a medias, a veces a pesar suyo. Después de todo, no es que haya una esencia bondadosa de Frank, ni existe para él tal cosa como el carácter: "es otra mentira más de la historia y de las artes dramáticas. Para mí, sólo tenemos lo que hicimos ayer, lo que hagamos hoy, y lo que todavía podamos llegar a hacer. Más lo que sea que pensemos sobre todo eso. Pero nada más" (p. 145). "El amor no es una cosa, después de todo, sino una serie sin fin de acciones individuales." (p. 174)
Como en las tres novelas anteriores, Frank reflexiona sobre la vida. Pero ahora desde este lugar, más cerca del fin, del propio y de los demás. Su mujer, "Sally ve a la vida como una cosa que lleva naturalmente, con intriga, a otra; mientras que yo veo a la vida en términos de fracasos sobrevividos, dejando el horizonte gratificantemente - pero brevemente - libre de obstáculos." (p. 187) La novela se cierra mientras se acerca Navidad y una tormenta. Una novela puede ser así parecida a la visión de la vida de Frank: "la vida es una cuestión de substracción gradual que apunta a una esencia más sólida, más casi perfecta." (p. 5)

Originales de las citas usadas
"writing a novel (the last outpost for a certain species of doomed optimist)." (p. 185) 
"what little difference a house makes once it's gone. How effortlessly, almost sweetly, the world re-asserts its claim and becomes itself again. (..) nothing’s here to stay." (p. 34)
"I am content here in Haddam, aged sixty-eight, enjoying the Next Level of life—conceivably the last: a member of the clean-desk demographic, freed to do unalloyed good in the world, should I choose to." (p. 7)
"Character, to me, is one more lie of history and the dramatic arts. In my view, we have only what we did yesterday, what we do today, and what we might still do. Plus, whatever we think about all of that. But nothing else—nothing hard or kernel-like." (p. 145)
"Love isn’t a thing, after all, but an endless series of single acts." (p. 174)
"Sally views life as one thing leading naturally, intriguingly on to another; whereas I look at life in terms of failures survived, leaving the horizon gratifyingly—but briefly—clear of obstructions." (p. 187)

"life’s a matter of gradual subtraction, aimed at a solider, more-nearly-perfect essence" (p. 5)

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