lunes, 29 de diciembre de 2014
lunes, 22 de diciembre de 2014
Duelos
The Sportswriter es una novela que ocurre en Semana Santa pero sobre todo que
ocurre dentro de la mente de su personaje principal, Frank Bascombe. Cerca de
los 40, vemos a Bascombe en medio de un triple duelo: por la muerte de un hijo,
por la muerte de su matrimonio, por una carrera algo decepcionante.
Bascombe intenta no complicarse, pensar lo
menos posible, ser más literal de lo que es, pero generalmente no lo logra. Por
ejemplo, dice por allí: "Pará de buscar. Enfrentá a la tierra donde
puedas. Literalmente, es todo lo que tenés para seguir adelante." (p. 53)
O: "En cierta forma, supongo que podrías decir que estábamos y estamos todos perdidos, y que lo sabemos, y simplemente tratamos de asentarnos lo mejor
posible en nuestro estar perdidos lo más cómodamente y con la mejor educación y
con la menor curiosidad que podamos." (p. 80)
La
novela es también un retrato de una crisis de mediana edad, razón por la cual
pegó cerca de este lector (que tiene casi exactamente la misma edad de
Bascombe.) "Muchas cosas pasan y comienzan a tener efecto en tu vida
cuando estás por la mitad: tus padres pueden morir (...), tu matrimonio puede
cambiar y hasta desaparecer, un hijo puede sucumbir, tu profesión puede empezar
a parecer hueca. Podés perder toda esperanza. Cualquiera de esas cosas por sí
sola puede ser suficiente para ponerte en una espiral." (p. 132) En un
momento, Bascombe enseñó en una universidad "para desviar el dolor de un
tremendo remordimiento (...) la misma razón por la cual algunas personas se
desvían del rumbo y hacia una zanja." (p.
215)
Al
mismo tiempo, si no te fuiste a la zanja, como le pasa a otro personaje en esta
novela, siempre hay una oportunidad de recomenzar la vida, como Bascombe había
hecho tiempo atrás al dejar de escribir su novela y dedicarse a escribir sobre
deporte. No es casualidad que la novela ocurra en Pascuas: "Una promesa de
que la vida comienza acá." (p. 237) A lo largo de la novela discuten
dentro de la cabeza de Bascombe dos alternativas de vida: ser literal o
buscarle algo de misterio a las cosas. Bascombe bascula, si se me permite la
expresión, entre una y otra, tratando de convencerse a sí mismo de que es más
de una u otra manera, y la pregunta sobre el equilibrio ("¿De qué fina
hebra se suspende todo equilibrio?" -
p. 318) parece referirse también a esto (entre otras cosas).
El
equilibrio es una de las grandes virtudes de Ford. Su personaje principal busca
y generalmente logra ver a toda vida humana, la propia y las ajenas, con mesura
y compasión. Aunque a veces se meta demasiado para adentro, con Bascombe (comocon Dell en Canada), Ford
nos muestra la complejidad emocional de esta cosa que es vivir.
Originales de las
citas utilizadas
"Stop searching. Face the earth where
you can. Literally speaking, it's all you have to go on." (p. 53 )
"In a way, I suppose you could say
all of us were and are lost, and know it, and we simply try to settle into our
lost-ness as comfortably and with as much good manners and little curiosity as
we can." (p. 80 )
"Maturity, as I conceived it, was
recognizing what was bad or peculiar in life, admitting it has to stay that
way, and going ahead with the best of things." (p. 97 )
"A lot happens to you in your life
and comes to bear midway: your parents can die (...), your marriage can change
and even depart, a child can succumb, your profession can start to seem hollow.
You can lose all hope. Any one thing would be enough to send you into a
spin." (p. 132)
"I decided to go teach at Berkshire
College (...) to deflect the pain of terrible regret (...) the same reason most
of us make our dramatic turns to the right and left about midway, and the same
reason some people drive off the course and into a ditch." (p. 215 )
"A promise that life begins
here." (p. 237 )
"On what thin strand does all
equilibrium dangle?" (p. 318)
lunes, 15 de diciembre de 2014
Solos
This is how you lose
her es un gran libro de cuentos del dominicano-americano Junot Díaz.
El año pasado leí su novela The brief wondrous life of Oscar Wao (mis apuntes acá) y
me gustó mucho aunque se me hizo larga. Con los cuentos no me
pasó eso para nada, disfruté de la primera a la última palabra.
Los tres temas
principales del libro son las relaciones rotas, el machismo y la infidelidad
masculina y la soledad del exilio. En todos los cuentos hay una prosa que suena
distinto - como en la novela -, rápida, cercana, oral. En algunos de los
cuentos, como en el que le da el nombre a la novela, el autor escribe en
segunda persona, lo que acerca más; por ejemplo: "Vos, Yunior, tenés una
novia que se llama Alma, que tiene un cuello de caballo suave y largo y un culo
dominicano grande que parece existir en una cuarta dimensión más allá de los
jeans." (p. 49) Esa misoginia, o
machismo, una visión súper masculina de la vida y el sexo es una de las
constantes del libro. En ese mismo cuento, "Alma", sigue en segunda
persona: "en tu primera cita con ella te preguntó si querías acabarle en
las tetas o la cara y quizás en el entrenamiento de chicos no te llegó uno de
los memos pero vos estabas, tipo, ehhhm, ninguna." (p. 51)
Un poco por esa
visión del sexo, todos los personajes masculinos son furiosamente infieles. El
último de los cuentos, "The Cheater's Guide to Love" ("La guía
del amor del tramposo"), empieza cuando la novia deja al personaje principal porque descubre que en un período de seis años le fue infiel con 50 mujeres distintas.
Unos cuantos de los cuentos son sobre relaciones que terminan por esa razón, y
otros son sobre relaciones que son meras muletas emocionales. Personas que se
juntan un rato para estar menos solas, con diferencias de edad o de raza que a
veces lo hacen más difícil. Una de esas parejas es descripta así: "No
querés dejarme ir, pero tampoco querés salir herida. No es un gran lugar, pero
¿qué te puedo decir?" (p. 89)
Por más que se
acuesten con 50 o 100, casi todos están solos. Las relaciones con los padres o
las madres no ayudan, los hermanos siempre se llevan mal, los amigos son tipos
con los que salen a buscar minas (salvo una excepción, en el último cuento). Es
la soledad de la incapacidad de relacionarse y es la soledad de los
inmigrantes, presente sobre todo en los cuentos "Otravida, otravez" e
"Invierno": "Probablemente extrañe a su hijo, o al padre. O a
todo nuestro país, del que nunca pensás hasta que se fue, al que nunca amás
hasta que no estás más ahí." (p. 64) Solos en un país tan diferente, aún
así siguen adelante: "Esto es lo que sé: las esperanzas de la gente siguen
por siempre." (p. 78)
Originales de las citas usadas
"You, Yunior, have a girlfriend named
Alma, who has a long tender horse neck and a big Dominican ass that seems to
exist in a fourth dimension beyond jeans." (p. 49)
"on your first date she asked you if
you wanted to come on her tits or on her face, and maybe during boy training
you didn't get one of the memos but you were, like, umm, neither." (p. 51)
"You don't want to let go, but don't
want to be hurt, either. It's not a great place to be but what can I tell
you?" (p. 89)
"It is probably her son she misses, or the
father. Or our whole country, which you never think of until it's gone, which
you never love until you're no longer there." (p. 64)
"This is what I know: people's hopes
go on forever." (p. 78)
martes, 9 de diciembre de 2014
Retrato de un cambio de época
Supongo que les pasa a
muchos, pero yo leo distinto los libros de autores que conozco. Con Golden Boys, de Hernán Iglesias
Illa, me pasó un poco eso. Habiendo trabajado con él por casi un año ya, y
habiendo leído sus otros libros (acá la reseña de Miami y acá la de American Sarmiento), leí el
libro más pensando en el camino de Hernán como escritor que por el libro mismo.
El libro describe a
los jóvenes argentinos que triunfaron en Wall Street en los años noventa.
Publicado en 2007, el autor me preguntó estos días si el libro mantiene
vigencia; mi respuesta fue que se lee muy bien como un retrato del cambio de
época, de la convertibilidad donde reinaban las finanzas a un primer
kirchnerismo que las condenaba al infierno. El libro muestra bien lo que era
esa realidad y, salvo tres o cuatro veces, logra hacerlo sin juzgar a sus
protagonistas.
Golden Boys está muy bien
escrito (una rareza en el género de libros periodísticos) y bien editado (vi
una sola errata y yo las veo a todas...) Personalmente, me gusta cómo
metaforiza determinadas situaciones (muchas usando ese lenguaje paralelo de la
vida que es el fútbol) y tiene algunas perlas que son, más que metáforas,
comentarios sobre una época; por ejemplo, cuando define a Bernardo Neustadt
como el "árbitro sociocultural del primer menemismo" (p. 49). Otro
camino estrecho que, en mi opinión, el autor recorre con éxito es el de la
caricatura; utiliza por momentos una caricatura para dar una primera impresión
de un personaje y después afina la descripción. Por ejemplo: "No es un nerd: es un clásico petiso
porteño fanfarrón" (p. 87), dice al introducir a un nuevo personaje.
Quizás el gran logro
del libro no haya sido uno de sus objetivos principales y es el de describir a
los argentinos afuera. El tipo de amistades que se forman, los patrones de
sociabilidad, las tensiones típicas entre los maridos (que quieren quedarse) y
las esposas (que quieren volver a Argentina), son temas que se repiten, con
matices pero con formas similares, en otras ciudades que no son Nueva York y en
otras actividades que no son las finanzas. En esta descripción juega un gran papel en el
libro una serie de capítulos escritos en primera persona por una suerte de
narrador múltiple; son testimonios de muchas fuentes distintas, mujeres,
varones, más jóvenes, más viejos, juntados como si fueran uno y que hacen las veces
de un narrador comunitario.
Más que nada, igual,
yo estaba leyendo al autor. Con esto termino de leer toda su obra publicada
(que leí en orden inverso al de su aparición). Por un lado, es muy claro cómo
él se fue metiendo cada vez más en los libros, haciendo más explícita su mirada
subjetiva, sin pretender una mirada desde un lugar de verdad. Pero al mismo
tiempo, es claro que eso estaba presente desde este libro y que eso es parte de
la riqueza de Hernán; mientras te está contando algo está poniendo en duda el
lugar desde dónde cuenta: "Me podía permitir esta actitud, útil para mi
amor propio y habitual entre los pobretones y orgullosos miembros del campo cultural" (p. 18).
O, más fuerte aún, se está preguntando a sí mismo de qué vale contar:
"siento la punzada de envidia que a veces sufrimos los periodistas con
nuestras fuentes: cansados de nuestro comercio de palabras, siempre una o dos
capas de sentido por encima de la vida
real, vemos a nuestras fuentes modificar el mundo de una manera concreta -
moviendo plata, decretos, balones, películas, cadáveres - y nos duele que el
nuestro sea un trabajo para espectadores, escribas de lo que hacen las personas
verdaderamente importantes, que siempre son otros." (p. 153) Al final del
día, es eso, el hecho de que es una mirada particular y limitada, lo que genera
valor al relato.
miércoles, 3 de diciembre de 2014
Judíos en Alaska
Es un Chandler de judíos
en Alaska, pensé en un momento, y en la página 305 apareció en una biblioteca
de la isla de Baranof un libro de Chandler traducido al Yiddish. En The Yiddish Policemen's
Union, Michael Chabon inventa una historia paralela en la historia del
judaísmo: en 1948, el pueblo judío es desterrado de Medio Oriente y EE.UU. les
concede por un tiempo limitado un territorio en unas islas del sur de Alaska
para establecerse. Chabon se inventa una nueva geografía urbana, una comunidad,
una historia, un estilo que es judío y gringo y ruso y hasta una serie de
palabras lunfardas (el celular, vía cellphone, se convierte en shoyfer). Sobre todo eso,
Chabon monta un policial negro con todos los ingredientes habituales (un
muerto, un periodista, un detective, intereses poderosos) más el religioso y el nacional.
Efectivamente, toda la
historia se da en el marco de la Reversión: faltan sólo meses para que el
territorio de Sitka vuelva a control total de EE.UU. y muchos no tendrán dónde
ir. "Llegaron caminando a este lugar salvaje que nunca había visto un
judío antes y empezaron a prepararse para el día en el que los juntaran a
todos, los mandaran a mudar, los obligaran a resistir." (p. 380) A meses
de ese momento, "La Tierra Santa nunca había parecido más remota o
inalcanzable que lo que parece para un judío de Sitka". (p. 17) En Sitka
los judíos buscan su lugar, entrando en conflicto con los indios Tinglit como
en la realidad sucede en Israel con los palestinos. Pero la política de Sitka
se concentraba en intentar evitar o retrasar ese momento de la Reversión; son,
como se dice repetidas veces a lo largo de la novela, "tiempos extraños
para ser un judío".
En ese marco, la novela
empieza cuando aparece un muerto en el mismo hotel de mala muerte en donde vive
nuestro héroe, el detective Meyer Landsman. Landsman es el clásico detective de
la novela negra norteamericana, pero también único y, claro, judío; un hombre
con "sólo dos humores: trabajando o muerto." (p. 2) Chandler aparece
también en la maestría de los detalles de Chabon (describe desde los libros de
una biblioteca hasta los medicamentos que hay en una casa) y en las metáforas
únicas, usadas hasta para los olores: "Una nariz aplicada también puede
detectar, arriba o debajo de todo, el olor de forro de abrigo de billetes de
dólar gastados." (p. 69) O: "La necesidad de un trago es como un
diente que falta. Landsman no puede pensar en otra cosa, pero al mismo tiempo
hay algo placentero en sondear el espacio vacío." (p. 198)
La historia se hace
compleja porque alrededor del cadáver, que es siempre el centro de toda novela
negra, aparece una historia religiosa, un problema político y hasta el pasado
familiar. El argumento es, quizás, demasiado complejo. Pero las páginas se dan
vuelta solas y cada oración tiene un regalo, y todas parecen estar conectadas
entre sí, dejando rastros de toda la novela. En el medio de esa trama, Landsman
y compañía van haciendo la historia de la única manera en que es posible para
ellos hacerla. Como en Chandler y más aún en el Chandler rural que es McCarthy,
hay una fuerte dosis de fatalidad o destino: mirándolo desde el lado más
positivo, se sugiere que Landsman debería tener fe, no tanto en Dios o en sus
compañeros, sino "en el precepto fundamental de que todo lo que les sucediera
(...), bueno y malo, estaba destinado a ser". (p. 393) Visto desde una
óptica un poco menos positiva, como le dice un representante del poder a
nuestro héroe, "no estamos contando una historia. (...) La historia,
detective Landsman, nos está contando a nosotros. Igual que como lo viene
haciendo desde el principio." (p. 365)
Originales
de las citas usadas
"They
walked into this wild country that had never seen a Jew and set about preparing
for the day when they would be rounded up, sent packing, forced to make a
stand." (p. 380)
"The
Holy Land has never seemed more remote or unattainable than it does for a Jew
of Sitka." (p. 17)
"the
truth is Landsman has only two moods: working and dead." (p. 2)
"strange
times to be a Jew".
"The
keen nose can also detect, above or beneath it all, the coat-lining smell of
worn dollar bills." (p. 69)
"The
need for a drink is like a missing tooth. He can't keep his mind off it, and
yet there's something pleasurable in probing the gap." (p. 198)
"but
in the fundamental precept that everything befalling them from the moment they
met, good and bad, was meant to be." (p. 393)
"we
aren't telling a story. (...) The story, Detective Landsman, is telling us.
Just like it has done from the beginning." (p. 365)
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