Es un Chandler de judíos
en Alaska, pensé en un momento, y en la página 305 apareció en una biblioteca
de la isla de Baranof un libro de Chandler traducido al Yiddish. En The Yiddish Policemen's
Union, Michael Chabon inventa una historia paralela en la historia del
judaísmo: en 1948, el pueblo judío es desterrado de Medio Oriente y EE.UU. les
concede por un tiempo limitado un territorio en unas islas del sur de Alaska
para establecerse. Chabon se inventa una nueva geografía urbana, una comunidad,
una historia, un estilo que es judío y gringo y ruso y hasta una serie de
palabras lunfardas (el celular, vía cellphone, se convierte en shoyfer). Sobre todo eso,
Chabon monta un policial negro con todos los ingredientes habituales (un
muerto, un periodista, un detective, intereses poderosos) más el religioso y el nacional.
Efectivamente, toda la
historia se da en el marco de la Reversión: faltan sólo meses para que el
territorio de Sitka vuelva a control total de EE.UU. y muchos no tendrán dónde
ir. "Llegaron caminando a este lugar salvaje que nunca había visto un
judío antes y empezaron a prepararse para el día en el que los juntaran a
todos, los mandaran a mudar, los obligaran a resistir." (p. 380) A meses
de ese momento, "La Tierra Santa nunca había parecido más remota o
inalcanzable que lo que parece para un judío de Sitka". (p. 17) En Sitka
los judíos buscan su lugar, entrando en conflicto con los indios Tinglit como
en la realidad sucede en Israel con los palestinos. Pero la política de Sitka
se concentraba en intentar evitar o retrasar ese momento de la Reversión; son,
como se dice repetidas veces a lo largo de la novela, "tiempos extraños
para ser un judío".
En ese marco, la novela
empieza cuando aparece un muerto en el mismo hotel de mala muerte en donde vive
nuestro héroe, el detective Meyer Landsman. Landsman es el clásico detective de
la novela negra norteamericana, pero también único y, claro, judío; un hombre
con "sólo dos humores: trabajando o muerto." (p. 2) Chandler aparece
también en la maestría de los detalles de Chabon (describe desde los libros de
una biblioteca hasta los medicamentos que hay en una casa) y en las metáforas
únicas, usadas hasta para los olores: "Una nariz aplicada también puede
detectar, arriba o debajo de todo, el olor de forro de abrigo de billetes de
dólar gastados." (p. 69) O: "La necesidad de un trago es como un
diente que falta. Landsman no puede pensar en otra cosa, pero al mismo tiempo
hay algo placentero en sondear el espacio vacío." (p. 198)
La historia se hace
compleja porque alrededor del cadáver, que es siempre el centro de toda novela
negra, aparece una historia religiosa, un problema político y hasta el pasado
familiar. El argumento es, quizás, demasiado complejo. Pero las páginas se dan
vuelta solas y cada oración tiene un regalo, y todas parecen estar conectadas
entre sí, dejando rastros de toda la novela. En el medio de esa trama, Landsman
y compañía van haciendo la historia de la única manera en que es posible para
ellos hacerla. Como en Chandler y más aún en el Chandler rural que es McCarthy,
hay una fuerte dosis de fatalidad o destino: mirándolo desde el lado más
positivo, se sugiere que Landsman debería tener fe, no tanto en Dios o en sus
compañeros, sino "en el precepto fundamental de que todo lo que les sucediera
(...), bueno y malo, estaba destinado a ser". (p. 393) Visto desde una
óptica un poco menos positiva, como le dice un representante del poder a
nuestro héroe, "no estamos contando una historia. (...) La historia,
detective Landsman, nos está contando a nosotros. Igual que como lo viene
haciendo desde el principio." (p. 365)
Originales
de las citas usadas
"They
walked into this wild country that had never seen a Jew and set about preparing
for the day when they would be rounded up, sent packing, forced to make a
stand." (p. 380)
"The
Holy Land has never seemed more remote or unattainable than it does for a Jew
of Sitka." (p. 17)
"the
truth is Landsman has only two moods: working and dead." (p. 2)
"strange
times to be a Jew".
"The
keen nose can also detect, above or beneath it all, the coat-lining smell of
worn dollar bills." (p. 69)
"The
need for a drink is like a missing tooth. He can't keep his mind off it, and
yet there's something pleasurable in probing the gap." (p. 198)
"but
in the fundamental precept that everything befalling them from the moment they
met, good and bad, was meant to be." (p. 393)
"we
aren't telling a story. (...) The story, Detective Landsman, is telling us.
Just like it has done from the beginning." (p. 365)
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