La
pasé muy bien leyendo Nenes bien. Historias de jóvenes privilegiados, una
colección de cuentos compilados por mi amigo Martín Kunik con prólogo de
Claudia Piñeiro.
Está
bien el prólogo al decir, más allá del afán por categorizar, por generalizar,
que lo importante de la selección es que trae lo individual. Esto me recordó a
la crítica que le hizo un amigo al libro Vida de Ricos, de Soledad Vallejos:
que el libro generalizaba un tipo de rico (los ricos famosos) y no veía que hay
"muchas formas de ser rico, y muchas de esas no están" en el libro.
Nenes bien, en cambio, dice Piñeiro, "se ocupa de este grupo desde la
individualidad". (p. 15)
Es
decir: une a estos relatos el hecho de que sus personajes son de los más ricos
de la sociedad (aunque no provienen necesariamente del mismo mundo) y el hecho
de que Martín Kunik los haya seleccionado. Lo primero puede ser lo que atraiga
al marketing literario, pero lo que importa (y acá tiene que haber un mérito
del compilador) es lo que traen esas historias individuales, que de maneras
diferentes tienen los mismos problemas que todos los seres humanos: no saben
cómo vivir, tienen miedos, inseguridades, amores, odios, y paro porque vuelvo a generalizar.
Individualizo:
un maestro, siempre, Mairal, aunque esta vez nos dio algo demasiado breve; muy
bueno el cuento de Hernán Firpo, con un excelente uso de los diálogos; siempre
hay magia en Pablo Ottonello (aunque le hubiera sacado sus diálogos con Damián,
sorry), a quien creemos destinado a grandes cosas; tremendo el cuento
"Coronas fúnebres" de Cecilia Sluga; hermoso el cuento de José
Santamarina ("Arial verde sobre fondo rosa fluorescente").
La
pasé muy bien leyendo Nenes bien, que tiene además el gran mérito de ser
relativamente corto y de que casi todos sus cuentos son cortos. Comprad y leed.
No hay comentarios:
Publicar un comentario