martes, 25 de abril de 2017

Temores generalizados


Leí Los peligros de fumar en la cama, de Mariana Enríquez, y disfruté de su forma más que de su contenido. Son doce cuentos bien construidos y me gusta el sonido de Enríquez, pero la temática no es la que a mí me gusta.
En los cuentos sobresale lo sobrenatural, lo inexplicable y sobre todo el miedo, el horror. Lo que se dice de una familia en uno de los cuentos vale quizás para personajes de todos los cuentos: “Tenían miedo. Siempre tenían miedo.” (p. 55) En los cuentos hay suicidios, mutilaciones, flagelaciones, gente que se hace daño, casos psiquiátricos, obsesiones, pero sobre todo gente con miedo, incluyendo fóbicos que no pueden salir a la calle y gente que se refugia en soledad. (La soledad es un tema recurrente, también, hasta en la sexualidad, con dos o tres cuentos que enfocan sobre mujeres que se masturban furiosamente, con o sin la interacción de hechos supuestamente sobrenaturales).
También hay asquerosidades: gente que caga en la calle, vómitos, gente que come a gente muerta, fetiches con la enfermedad. Todo esto en medio del mundo normal de la clase media del área metropolitana de Buenos Aires, como a la señora a quien “los demás la trataban con deferencia porque mamá era kinesióloga, pero todos pensaban que era médica, y la llamaban doctora.” (p. 43) O ese padre que le dice a su esposa: “¡Que tu vieja deje de contarle pelotudeces a la nena” ¡No quiero que le llene la cabeza, ignorante supersticiosa de mierda!” (p. 59) (¿La superstición es cosa de mujeres?)
Ese contraste entre esa clase media típica y lo inexplicable o monstruoso es sin duda interesante. Y, de nuevo, en general es una prosa que nos va llevando desde su simplicidad y frialdad. Pero no es la temática que más me interesa a mí.

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