El viernes vi "El discurso del rey", que me gustó mucho y recomiendo y que me hizo pensar sobre mi responsabilidad política y la tuya.
El Rey Jorge VI de Gran Bretaña.
En esencia, la película trata sobre la responsabilidad. En la película Jorge VI se ve impulsado a superarse no por ambición personal sino por su deber como monarca. Su figura se construye en contraste con la de su hermano Eduardo VIII, quien abdica al trono para casarse con quien desea, y que es presentado como un hombre guiado por sus deseos y rehuyendo permanentemente de sus obligaciones. Jorge, en cambio, es forzado por las circunstancias a superarse, con gran costo personal, para poder cumplir la misión que el destino le presenta: liderar a Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial desde una monarquía conmovida por la misma irresponsabilidad de su hermano.
Traído a la Argentina actual, alguno podría comentar sobre la responsabilidad o irresponsabilidad de determinados dirigentes. Pero lo que más me interesa resaltar es la responsabilidad propia de quienes no somos dirigentes. ¿Hacemos algo además de votar? ¿Pagamos todos nuestros impuestos? ¿Apoyamos a quienes nos representan? ¿Diferenciamos a los corruptos de los honestos?
Es muy fácil quedarse afuera y criticar a todos por igual. Por eso me molestó tanto la actitud de quienes se mofaron del ingreso a la política de Miguel del Sel. Yo no sé si sería buen o mal gobernador. Tampoco importa, porque es el pueblo de Santa Fe el que deberá juzgar esa cuestión. Pero cuando alguien que desde lo personal tiene poco que ganar y mucho que perder por meterse en política lo hace, merece todo mi respeto. Quienes no asumimos la responsabilidad de ser representantes debemos, por lo menos, asumir la de representados: cumplir con nuestras obligaciones legales e impositivas; y respetar a quienes se involucran con buenas intenciones.
Mauricio Macri y Miguel Del Sel en conferencia de prensa.
Hola, no ví la política, espero verla. Yendo a la abdicación de Eduardo, creo que la realidad tiene alguna diferencia con la versión oficial. Eduardo tenía una simpatía no muy disimulada por Alemania y por su líder A. Hitler (al cual visitó en su casa de Berchtesgaden). La guerra se venía y eso era inconveniente. Encontraron como excusa a su novia, hubieran encontrado otra de no haber existido esta. Nunca subestimemos la habilidad inglesa.
ResponderEliminarUn saludo, el Melli
Ver el discurso en el que Del Sel se lanzaba y los reportajes posteriores, ayuda a entender a los que cuestionan su candidatura. Dan vergüenza.
ResponderEliminarTendrá fama y buena onda, pero es un papelón.
Estoy de acuerdo. Soy un militante del "hacerse cargo y dejar de quejarse". Pero no hay que ser ingenuos con respecto a Del Sel. Es claro que la política demostró ser un buen negocio para algunos artistas o deportistas a quienes no les quedaba mucha tela por cortar en sus respectivas disciplinas (menos para Nito Artaza). ¿Realmente crees que Miguel del Sel hace esto por compromiso cívico? Para mostrar responsabilidad o compromiso cívico, no basta con presentarse como candidato. También hace falta, por ejemplo, dejar de alimentar ciertos prejuicios históricos con "dichos desafortunados" (porque se haya convertido en un lugar común, la crítica no deja de ser pertinente, y no por defender la corrección política). Me parece que en el caso que nos ocupa, sería más responsable de su parte ponerse una fundación o algo así y dejar el puesto a un tipo un poco más capaz, como, por ejemplo, Giustiniani. Lo de la fundación no paga tanto, así que no creo que lo haga.
ResponderEliminarCambiando de tema, ¿la irresponsabilidad que le atribuís a Eduardo es por haberse casado por amor?
Abrazo,
Mateo
¡Gracias por sus comentarios!
ResponderEliminar1) Melli: el post es sobre los personajes de la película, no de la realidad histórica. Por una cuestión de síntesis, borré una oración en donde decía justamente "más allá de la veracidad histórica"...
2) Anónimo: yo no digo que haya que amar a Del Sel, ni siquiera votarlo. Pero burlarse me parece equivocado y hasta anti-democrático. Él se pone en juego, y el electorado decidirá. Pero prefiero eso que los que gritan "que se vayan todos" y después no pagan sus impuestos y no paran en los semáforos.
3) Mateo: tenés dos comentarios muy distintos. El primero dice que Del Sel no hace esto por vocación cívica sino por conveniencia económica / estirar su carrera. No tengo razones para dudar de su buena fe, y entiendo que va a dejar de ganar bastante plata; así que no, ese argumento no lo veo. No puedo refutarlo, pero creo que la carga de la prueba debería ser tuya.
El segundo dice que Del Sel debería dejar ese lugar a Giustiniani por capacidad. Creo que tu argumento puede llevar a posturas anti-democráticas. El cargo al que aspiran es un cargo electivo, de representación; la gente elige por capacidad, ideas, gustos, y muchas cosas más. Pero pensar que Del Sel debería dejar su lugar a otro por capacidad, llevado al extremo, es volver a la idea de un filósofo-rey.
Respecto del otro tema, vuelvo a mi primer respuesta: no importa la realidad sino la peli. En la peli lo único que le importa a Edward es conseguir el champagne de la cosecha indicada...
Tiene razón, saludos,
ResponderEliminarel Melli
Estoy de acuerdo: la carga de prueba debería ser mía. Y no la tengo para el caso. Pero creo que la política no se trata de compromiso cívico. No se si alguna vez se trató de eso. Pensar que es asì me parece ingenuo. La política fuera de los libros se trata de poder, de rosca y esas cosas. Acá y en China. Hablando mal, pronto y "peronistamente", creo que vos y yo sabemos que el discurso del compromiso cìvico es para la gilada, diga quien lo diga.
ResponderEliminarMe parece más interesante, útil y actual para un laboratorio de ideas discutir de la "real politik", mas que de "La Repùblica". Es decir, discutir las estrategias de Del Sel como actor político más que sus condiciones morales.
De paso cañazo, te cuento que la patrona le hizo un "toque" al golcito. Casi me muero. No sabés cómo te lo cuido...
Te mando un abrazo,
Mateo
Sos muy joven para ser tan cínico, Mat. Obvio que en política siempre hay "realpolitik", pero creo que casi nunca es sólo eso. Me parece que si no ves las dos cosas te quedás rengo. Si querés realpolitik, quedate con las secciones políticas de los diarios, que no hablan más que de la rosca.
ResponderEliminarSiento mucho lo del golcitó, cuidámelo...