viernes, 18 de febrero de 2011

El sabio


Es una parábola vieja, pero ayer la recordé gracias a una vieja amiga con la que volví a encontrarme y no viene mal dejarla escrita.
Cuentan que un hombre estaba pasando un momento pésimo en su vida; tenía problemas familiares y laborales, y no encontraba amigos que lo consolaran. Alguien le comentó de un gran sabio en el Tíbet que podría ayudarlo, y el hombre emprendió un larguísimo viaje: avión, tren, auto y casi un día caminando por las montañas. Así llegó a la pequeña choza del gran sabio. Al contarle todos sus problemas, el sabio le respondió: "ya pasará hijo, ya pasará", y con eso lo mandó de vuelta a su casa.
Pasó el tiempo, y de a poco las cosas se fueron acomodando para el hombre. Rearmó su situación familiar, encontró un camino laboral redituable y que lo llenaba de satisfacción y tenía amigos con quien compartir los éxitos y las alegrías. El hombre creyó necesario volver al Tíbet para agradecer al sabio por su ayuda. Volvió a hacer el largo viaje y al estar nuevamente frente al anciano le relató durante diez minutos sin parar todo lo bueno que le había ocurrido desde la última visita. Cuando el hombre hizo silencio, el sabio dijo: "ya pasará, hijo, ya pasará..."

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