miércoles, 5 de septiembre de 2012

Una rana en el espejo


A veces no voy en tren, ni en avión, y voy en auto nomás. Algunas veces de esas veces, descubro cosas extrañas, como el paraíso en un lugar inesperado. Ayer, en un semáforo, miré por el espejo retrovisor y me encontré con la rana René, que me saludaba, siempre alegre,  porque se ve que el tráfico no le molesta, desde un auto casi tan verde como ella. Mis hijas discutían si era La Rana René o Kermit the Frog y ella seguía allí, feliz, mientras en el auto dos mujeres charlaban y reían. La rana René, la que yo veía en la tele en lo de mis viejos los sábados a la mañana hace treinta años, apareció de pronto en mi espejo retrovisor.

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