lunes, 7 de enero de 2013

Silencio


Termino El silenciero, de Antonio Di Benedetto, el día que parto de viaje, solo, en busca de silencio. Tengo tres hijas, así que el silencio es algo extraño, algo que extraño. El silenciero, el personaje sin nombre del libro, se ve acosado por los ruidos de la vida moderna: altavoces, talleres mecánicos, una feria, la pandillita del barrio. El silenciero va buscando estrategias para evitar el ruido, incluyendo estrategias geográficas (mudarse una y otra vez) y políticas (ayudar para aprobar una ordenanza sobre ruidos) pero no logra solución. Ya sabemos la razón: su problema es interno.

El silenciero está casi solo. Hay un amigo y unos pocos familiares, y su lucha con el ruido lo va aislando cada vez más hasta que el desenlace lo deja solo entre cientos de hombres. Todos los ruidos indeseados le molestan: "la música, que es sonido, cuando es música impuesta se convierte en ruido. (...) Sin mi adhesión o aceptación, la TV se me vuelve ruidos con figuras." (p. 93)

Yo busco silencio. De unos meses de yoga no recuerdo muchos ejercicios pero sí un mantra: "el sonido no tiene sustancia". A pesar de ello no me involucré con el personaje ni con el libro. Pienso que el libro me aburrió y me doy cuenta de que hace rato que no me entusiasma un libro. Pienso que quizás el problema soy yo, que quizás mi problema, como el del silenciero, es interno. Sólo un libro me gustó de los últimos cinco que leí, y es entre ellos el único de cuentos, de Manuel Soriano. Ahí parece estar la pauta. Quizás no pude encontrar suficiente silencio, interno o externo, para sostener una novela. Dice de un nuevo ruido el silenciero "No sé si me hace daño, pero sí sé que me obsesiona, sin herirme, que me liga y me entorpece, como si sobre mi cuerpo se hubiera derramado una espesa y adhesiva crema de turrón." (p. 64)

Termino el libro y escribo esto mientras emprendo un viaje solitario. Esos viajes son siempre también viajes hacia adentro. "Usted oye ruidos metafísicos", le dice el amigo al silenciero hacia el final. ¿Qué son los ruidos metafísicos?, pregunta el silenciero. "Los que le alteran el ser", responde el amigo. (p. 175) Viajo y espero volver a encontrar la capacidad de leer, de ser lector.

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